La Plata, 19 de julio de 2025 – Total News Agency‑TNA‑A pocas horas del cierre definitivo de listas para las elecciones legislativas provinciales del 7 de septiembre, los principales frentes políticos que competirán en la provincia de Buenos Aires transitan momentos de máxima tensión, intensas negociaciones internas y movimientos inesperados de dirigentes que alteran los equilibrios previos. A la medianoche, las fuerzas deberán oficializar ante la Junta Electoral provincial la nómina de candidatos que buscarán renovar 46 bancas en la Cámara de Diputados, 23 en el Senado y numerosos cargos en concejos deliberantes y consejos escolares.
El escenario político se encuentra particularmente convulsionado por las divisiones internas dentro de La Libertad Avanza (LLA) y el PRO, que intentaron llegar a una lista conjunta pero se encuentran atravesados por conflictos territoriales y estratégicos. Aunque la alianza sigue en pie a nivel formal, varios referentes históricos del PRO bonaerense, como Adriana Cáceres (Pilar), Alejandro Trotta (Lomas de Zamora) y Florencia Retamoso (Almirante Brown), anunciaron su decisión de competir por fuera del acuerdo, incorporándose a la flamante fuerza Nuevos Aires, impulsada por figuras críticas al rumbo adoptado tras la alianza con los libertarios.
En paralelo, desde el entorno del presidente Javier Milei se habría buscado una lista lo más “libre de halcones” posible para evitar choques con Victoria Villarruel, en medio de la crisis interna del oficialismo nacional. Sin embargo, trascendió que desde el espacio de Santiago Caputo se intentó imponer listas sin consenso territorial, lo que agudizó la fuga de dirigentes, principalmente del PRO con base en el Conurbano.
La disputa por los lugares en las secciones electorales más gravitantes, la Primera y la Tercera, concentra la mayor parte de las tensiones. En la Primera sección, que incluye distritos clave como San Martín, Tigre, Morón, Ituzaingó y Pilar, se espera que Luis Petri impulse candidaturas propias en alianza con sectores de la ministra Patricia Bullrich, mientras que en la Tercera sección (Lomas, La Matanza, Quilmes, Florencio Varela, entre otros), la incertidumbre es mayor.
Allí se baraja la posibilidad –aún no confirmada oficialmente– de que Cristina Fernández de Kirchner vuelva a competir como primera candidata a diputada provincial, en una jugada que reforzaría la boleta del oficialismo bonaerense, reunido en el frente Fuerza Patria, que integran el PJ, el Frente Renovador y La Cámpora. La expresidenta ya había dado señales de su regreso a la arena política activa y su presencia en la boleta se consideraría clave para consolidar votos en bastiones peronistas del sur del conurbano.
La figura del gobernador Axel Kicillof, aunque no será candidato, será eje de campaña en toda la provincia. Su respaldo será central para la construcción de unidad en medio de las tensiones internas del oficialismo provincial, que también enfrenta el desafío de retener el control de la Legislatura, donde actualmente ostenta mayoría en Diputados pero no en el Senado.
El frente opositor Somos Buenos Aires, integrado por UCR, Coalición Cívica, GEN, el peronismo republicano y otros espacios de centro, también presenta una ingeniería compleja. Aunque logró evitar una fractura mayor, las candidaturas se definen en un clima de disputa entre el sector de Maximiliano Abad y aliados de Martín Lousteau, quienes buscan mayor protagonismo territorial y representación en las listas seccionales.
Por su parte, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad (FIT-U) fue el primero en oficializar sus candidaturas, con Nicolás del Caño encabezando en la Tercera sección y Romina del Plá en la Primera. Desde la izquierda destacaron que fueron los únicos en presentar listas sin internas ni fugas, reivindicando la coherencia política frente a lo que calificaron como una “fragmentación creciente del régimen de alternancia”.
El cierre de listas también involucra elecciones municipales clave. En distritos como La Matanza, Lomas de Zamora, Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca, se reconfiguran las alianzas locales con fuerte peso de los intendentes, que buscan consolidar poder territorial de cara a una elección que será, más que nunca, un termómetro del clima político nacional.
La campaña formal comenzará el próximo lunes, y los analistas coinciden en que los resultados del 7 de septiembre en Buenos Aires influirán de manera decisiva en la estrategia nacional de cada fuerza para las elecciones legislativas generales de octubre. A horas del cierre, la política bonaerense se muestra atravesada por la incertidumbre, la desconfianza entre aliados y un fenómeno creciente de realineamientos que marca un escenario volátil y de alto voltaje.