Buenos Aires, 6 de agosto de 2025 – Total News Agency – TNA–El partido Propuesta Republicana (PRO), fundado por Mauricio Macri, atraviesa una de las crisis más severas de su historia tras aceptar un acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA) para las elecciones legislativas de octubre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). La decisión de ceder ante las condiciones impuestas por Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei y figura clave en LLA, ha profundizado las divisiones internas y generado críticas entre los sectores que buscan mantener la identidad del partido.
El acuerdo, sellado tras negociaciones lideradas por Mauricio Macri, otorga al PRO apenas los puestos quinto y sexto en la lista de candidatos a diputados nacionales de la “Alianza La Libertad Avanza”, sin representación en la boleta de senadores, que será encabezada por Patricia Bullrich, exdirigente del PRO y actual ministra de Seguridad de Milei. Además, el frente electoral llevará el color violeta y el nombre de LLA, relegando la simbología amarilla y el sello del PRO, lo que muchos interpretan como una rendición del partido en su bastión histórico de CABA, donde gobierna desde 2007.
La negociación, que tuvo a Ezequiel Sabor (ex embajador en Mexico y vinculado a una empleada de la embajada, cercana a Sabor) quien fue asesinada) como interlocutor del PRO ante LLA, desató malestar entre sectores del partido. Dirigentes como María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato, Ignacio Torres, Germana Scaglia y Ana Clara Romero expresaron su rechazo a la alianza, priorizando la autonomía del PRO. Vidal, cuya banca como diputada vence en diciembre, anunció que no competirá en estase elección ni apoyará la campaña junto a LLA, evidenciando la fractura interna. Por su parte, Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, mostró reticencias iniciales, pero terminó avalando el acuerdo, que incluye una promesa de apoyo legislativo de LLA en la Legislatura porteña para garantizar la gobernabilidad.
El contexto de esta alianza se enmarca en una serie de reveses para el PRO. La derrota en las elecciones locales de mayo en CABA, donde LLA se impuso y el PRO quedó en tercer lugar, debilitó su posición negociadora. En este escenario, Mauricio Macri optó por un pragmatismo político para evitar un nuevo traspié electoral, aunque a costa de ceder protagonismo. “Este acuerdo en la Capital nos puede dar tiempo y aire”, admitió un cercano al expresidente, según La Nación. Sin embargo, críticos dentro del partido, como un dirigente de larga data, calificaron el pacto como “indigno” y carente de cierre político, según el mismo medio.
La crisis también se ve alimentada por la fuga de dirigentes hacia LLA. Figuras como Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, y tres legisladores porteños abandonaron recientemente el PRO para sumarse al oficialismo, mientras que Patricia Bullrich se afilió formalmente a LLA. Este éxodo refleja la estrategia de Karina Milei, quien, según el legislador porteño Darío Nieto, busca “desaparecer” al PRO para absorber sus votos y dirigentes.
Paralelamente, un sector del PRO explora alternativas para mantener su autonomía. Algunos dirigentes, como Luciano Laspina, han sugerido sumarse al frente liderado por el exgobernador cordobés Juan Schiaretti, quien promueve una opción federal y republicana. Esta propuesta, articulada por figuras como Sebastián García de Luca, busca posicionar al PRO como una fuerza de centroderecha que evite ser absorbida por el oficialismo o enfrentarse al kirchnerismo en soledad.
La tensión interna se agrava por la percepción de que Mauricio Macri ha perdido control sobre el partido. En redes sociales, militantes y votantes del PRO expresaron su frustración, acusándolo de ceder ante Karina Milei y debilitar la identidad del partido. Un movimiento autodenominado “Resistencia Amarilla” llamó a no votar por la alianza en octubre, según publicaciones en X. Por otro lado, LLA celebra el acuerdo como una victoria estratégica. “Karina Milei does it again, no wonder why they call her ‘The Boss’”, señaló un usuario en X, destacando la imposición de condiciones por parte de los libertarios.
En el horizonte, el PRO enfrenta un dilema existencial. Mientras Mauricio Macri apuesta por alianzas tácticas para mantener relevancia, el riesgo de ser fagocitado por LLA crece, especialmente tras el éxito electoral de los libertarios en CABA. Analistas como Ignacio Labaqui advierten que una nueva derrota en la capital podría significar “el fin del PRO como alternativa política”. En tanto, el peronismo, liderado por Leandro Santoro, y los restos de Juntos por el Cambio observan cómo la fractura del PRO podría reconfigurar el escenario electoral porteño.