Miami, 27 de agosto de 2025-Total News Agency-TNA-.El gobierno de Nicolás Maduro anunció que la Armada intensificará la vigilancia de las aguas territoriales con drones, infantería de Marina y buques de mayor porte, en respuesta al despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe sur. La medida se suma al envío, informado la víspera, de 15.000 efectivos a la frontera con Colombia para operaciones antidrogas, en un marco que Caracas califica como “escalada de acciones hostiles”.
Washington sostiene que su dispositivo está orientado a operaciones contra el narcotráfico internacional. Sin mencionar una invasión, la administración de Donald Trump dispuso el movimiento de tres destructores lanzamisiles y 4.000 marines, a los que se agregan otros dos buques. No hay, por ahora, precisión oficial sobre cuándo ni dónde arribará la flota al Caribe sur. Este incremento coincide con la suba de la recompensa a 50 millones de dólares por información que lleve a la captura de Maduro y con la declaratoria del “Cartel de los Soles” como organización terrorista.
En un mensaje difundido en redes, el ministro de Defensa Vladimir Padrino detalló “un despliegue importante de drones con distintas misiones” y “recorridos fluviales con infantería de Marina” en el noroeste del país, además de patrullas navales en el lago de Maracaibo y el golfo de Venezuela, y unidades de superficie “más al norte, en nuestras aguas territoriales”.
Paralelamente, Maduro abrió el registro de la Milicia Bolivariana, cuerpo civil adscrito a la Fuerza Armada. Aseguró que Venezuela cuenta con 4,5 millones de reservistas, cifra que especialistas ponen en duda. En las calles, la hipótesis de una intervención estadounidense se mezcla entre la broma y la inquietud, mientras analistas consideran lejano el escenario de una operación directa: según Phil Gunson (Crisis Group), el movimiento apunta a “crear ansiedad” en esferas del gobierno y forzar negociaciones.
En el plano diplomático, Caracas pidió en Naciones Unidas el “cese inmediato” del despliegue estadounidense. El canciller Yván Gil solicitó al secretario general Antonio Guterres su “apoyo” para “restablecer la sensatez”.
Pese a la tensión, persisten canales de gestión específicos entre Washington y Caracas. En materia migratoria, continúan los vuelos de deportación de venezolanos sin documentos. En el frente energético, tras ordenar la suspensión de operaciones de Chevron, la Casa Blanca renovó una licencia especial que permite exportaciones, lo que mantuvo activos embarques de crudo hacia Estados Unidos. “Todos los días pendiente de un barco y la verdad es que los barcos que están saliendo son los de petróleo; algunos de Chevron para los Estados Unidos”, señaló el lunes la vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez.
Con dos armadas en alerta y mensajes cruzados, el escenario queda marcado por demostraciones militares, presión judicial y financiera desde Washington, y una ofensiva diplomática de Caracas, mientras la región observa la evolución de un pulso que combina seguridad, energía y migración.