La industria conmemoró su día en la ciudad de Córdoba, con reivindicaciones al orden macro, reclamos por infraestructura y el costo de financiamiento, un pedido por el fin de los “extremos” y un contrato productivo.
La Unión Industrial Argentina (UIA) llevó el centro a Córdoba, para compartir el día con el 17° Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), con el lema “El tridente del desarrollo: competir, invertir, integrar”.
El presidente de la Unión Industrial de Córdoba, Luis Macario, destacó los logros alcanzados por el equipo económico, en especial la baja de la inflación, el equilibrio fiscal, la normalización parcial del cepo, la simplificación, entre otros.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien llegó acompañado del vicejefe de Gabinete del interior, Lisandro Catalán, el secretario de Producción, Pablo Lavigne, y el presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, coincidió mayoritariamente con los planteos industriales.
Mantuvo una suerte de controversia con el gobernador cordobés Martín Llaryora. Hubo algunos reproches, en tono amable, que dejaron traslucir ciertas diferencias.
Los industriales reclamaron: “Estamos en la cancha, no en la tribuna. Queremos ser parte de las soluciones”. En esta línea, planteó que es necesario mantener el superávit, pero que es necesario que las provincias y municipios bajen las cargas tributarias.
“Los tributos nacionales relevados pasaron de 46 a 45 (eliminación de impuesto PAIS), los tributos provinciales se mantuvieron en 25, y los tributos municipales crecieron de 84 a 85. Total 155, entre impuestos, tasas y contribuciones”, agregó Macario.
Por último, remarcó la necesidad de consensos ampliados para sostener las reformas (en especial laboral e impositiva), habló de dejar las imposiciones y del hartazgo sobre la “grieta”, además de pedir reflejar el verdadero costo de la Argentina y reactivar la inversión en infraestructura.
En el mismo sentido, el presidente de la UIA, Martín Rappallini, criticó la presión fiscal, la legislación laboral rígida y anti productiva, resultado de una macroeconomía inflacionaria que destruyó el crédito, y los altos costos logísticos, así como también, la falta de infraestructura.
“Competimos todos los días con el mundo, y cuando acumulamos distorsiones, se trasladan a precios y perdemos competitividad”, subrayó Rappallini, un poco en respuesta a las críticas sobre presunto reclamo de protección del sector.

Macario, Francos, Llaryora y Rappallini.
“La sociedad nos exige lo que corresponde, que los productos tengan la calidad y los precios de productos internacionales”, agregó el dirigente industrial, que subrayó que en Argentina es caro producir, transportar, vender y entregar, y que es necesario revisar la competitividad de la economía.
La preocupación industrial gira en torno a tres temas: la falta de recuperación de la actividad, la tasa de interés que dificulta la inversión y la velocidad de la apertura comercial sin resolver las distorsiones estructurales.
Para resolverlo, pidieron que el Estado asuma un rol en las políticas productivas y propusieron un contrato productivo con 10 propuestas.
El contrato de la industria
El decálogo propuesto por la UIA se centra en 10 puntos que abarcan desde la institucionalidad y la relación público privada, el orden macroeconómico y baja de la inflación con orden de las cuentas públicas, la competitividad sistémica y la evaluación del costo argentino (como un sistema impositivo distorsivo, infraestructura deficiente, sobrecostos logísticos, formación del capital humano, entre otros), las exportaciones y la inserción internacional para atraer inversiones y divisas con la eliminación de impuestos a las exportaciones y la devolución de tributos internos.
También incluye el desarrollo federal, equilibrado e integrado, la modernización laboral para reducir la litigiosidad y las cargas no salariales mientras se promueve la formalización, el financiamiento productivo a largo plazo y accesible, la inversión en infraestructura y logística para reducir el costo del transporte y favorecer la integración, capacitación, innovación y tecnología, compromiso con la ética y la sustentabilidad.
El Gobierno “escuchó”
Guillermo Francos reivindicó el rol de Lavigne en las negociaciones por los aranceles al “defender la industria nacional. Viaja a defenderlos ante las autoridades económicas de Estados Unidos todas las semanas”.
Ante el reclamo por infraestructura, citó el déficit de los años previos para subrayar las deficiencias, pero subrayó que el Gobierno “escuchó los reclamos del sector” y que en una segunda etapa, cuando el oficialismo tenga más peso en el Congreso, plantearan las reformas pedidas, como la laboral y tributaria.
Francos sostuvo que la rebaja de impuestos fue sobre tributos que van a la nación, algo que le retrucó el gobernador Martín Llaryora, quien explicó que el ajuste fue soportado por las provincias, que se hicieron cargo de los servicios que habían dejado de financiar Nación.
El gobernador hizo énfasis en la necesidad de tener infraestructura e invitó a invertir en su provincia que lanzó una serie de rebajas impositivas para empresas como, entre otras, la rebaja de ingresos brutos.
Sobre los audios presuntamente grabados a la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, en Casa Rosada, Francos acusó que se intenta ensuciar el proceso electoral, y que para concretar un acuerdo productivo, es necesario el Estado de derecho y el respeto a las instituciones.
Fuente El Cronista