
El sanrafaelino Emir Félix ya comenzó los días más agitados de la campaña peronista, de cara a las elecciones de octubre próximo. Los primeros pasos están dados. La base está. Y se puede pensar en un resultado distinto a los últimos reveces. Unir al peronismo para hacerlo más competitivo ante las urnas y lograr el primer lugar entre los candidatos a representar a Mendoza en el Congreso. Ahora -como él dice- a “caminar la provincia, hablar con la gente, las ONGs”. Fotos, reuniones, saludos a vecinos, entrevistas periodísticas. Y, como “postre preelectoral”, el mal momento del gobierno de Javier Milei, la sensación de que los sectores más vulnerables han perdido relevancia en la gestión nacional y un triunfo rutilante en la provincia de Buenos Aires. La tentación de nacionalizar la contienda es demasiada para el presidente del PJ provincial y Mendoza Today se lo pregunta.
-Después de la victoria de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, suponemos que están más envalentonados que nunca.
-El resultado de las elecciones en Buenos Aires no nos envalentona, sino que nos da una muestra clara de lo que ya percibíamos en la sociedad y en nuestros territorios: una fuerte oposición a las políticas del Gobierno Nacional. Mendoza no es Buenos Aires, pero lo ocurrido allá confirma lo que ya veníamos escuchando en nuestros departamentos y barrios. Por eso, cuando veía las encuestas, sabía que la situación era muy desfavorable para el oficialismo. Esto abre un panorama muy positivo para nuestra fuerza política. El resultado nos ofrece una imagen clara: el peronismo ha ganado en sectores de la provincia de Buenos Aires que han sido históricamente adversos para nosotros.
-¿Apuesta a que en Mendoza suceda algo similar?
-Aunque se pueda interpretar como un premio a los intendentes del Conurbano y al gobierno provincial de Buenos Aires, y si bien podría tener alguna repercusión, creo que la situación de Mendoza es distinta. No es el resultado electoral lo que nos impulsa, sino las acciones del gobierno. Si la provincia de Buenos Aires ya alertó que este modelo económico los destruye, incluso en zonas productivas como Tandil donde el peronismo hizo una gran elección, imagínate el impacto en Mendoza, una de las provincias más perjudicadas por esta economía. A este gobierno lo sostenía la expectativa de que el sufrimiento valdría la pena y en un año estaríamos mejor. Sin embargo, la situación es cada vez peor. Lo que el gobierno está perdiendo es su relato y la credibilidad de que este es el camino hacia un futuro mejor para la Argentina.
-Entonces, el eje de la campaña en Mendoza será nacional. ¿Qué le dirán a los mendocinos?
-Les diremos que no podemos quedarnos en el reclamo, sino que debemos pasar a la acción. A este gobierno le quedan más de tres años y no podemos permitir que siga con esta destrucción insensata. Hay que ponerle un límite a la locura y al fanatismo de esta gestión. Los modelos económicos fanáticos y extremos han fracasado en todo el mundo. Países como China o Estados Unidos actúan con pragmatismo, protegiendo su industria y su trabajo. El camino global es el pragmatismo económico, no el extremismo ideológico que este gobierno está aplicando, el cual va a destrozar nuestro sistema industrial y la generación de empleo. La supervivencia social es insostenible en sistema político-económico. Está destinado al fracaso. Ni las tribus más bárbaras abandonan a sus niños.
-Pero en Mendoza, el adversario concreto para la Legislatura es el “cornejismo”.
-El mensaje provincial es absolutamente el mismo, porque hoy Milei es Cornejo y Cornejo es Milei. Después de su reunión con Alfredo Cornejo, Milei firma el veto al financiamiento de las universidades, de las provincias y al sostenimiento del sistema pediátrico del país. Evidentemente, Milei hace esto con el apoyo de Cornejo. Además, su candidato a diputado nacional, Luis Petri, también firmó los vetos. Por lo tanto, la única fuerza política con la capacidad de ponerle un límite a este gobierno es el justicialismo de Mendoza, ya que no ha habido una sola grieta entre los diputados opositores mendocinos frente a las locuras de esta gestión.
-El PJ tiene otro desafío, aunque no lo diga: trascender al kirchnerismo.
-Hay que superarlo e incorporarlo. El kirchnerismo también fue ideologista a su manera. No se trata de estar a favor o en contra. Lo que planteamos es que el peronismo, para ser amplio, debe contener sus matices y tener un sistema de tolerancia interna. Esta es una etapa donde debemos definir concretamente la problemática del pueblo mendocino. Vengo de reunirme con industriales metalúrgicos y ahora lo haré con representantes del comercio, y la situación es desesperante, de subsistencia. El agro mendocino está en caída absoluta.
-Hay que reconocer que el peronismo vive una interna permanente, pero a la hora de armar listas, se une. Y a veces gana.
-Claro. Mientras tanto, mantenemos las diferencias que puedan existir, las cuales son saludables en una fuerza política que necesita ser amplia y contundente. El gobernador de la provincia ha decidido apoyar un veto al financiamiento de la universidad pública de la que él mismo egresó y donde militó. Petri también viene de la universidad pública. ¿Dónde está el compromiso con su propia historia? En esto, el justicialismo no tiene dudas. Cuando nos acusaban de pelearnos entre nosotros y de las internas con el kirchnerismo —que, como decía Néstor Kirchner, era una forma de bajarle el precio al peronismo—, nosotros demostramos que tenemos un peronismo que toma sus decisiones aquí, en Mendoza, con los compañeros de Mendoza. Y desde ya, adoptaremos una postura de defensa ante todo lo que le haga daño a la provincia. Creo que nuestra fuerza se está consolidando, conviviendo y encontrando.
-¿Me dice que esta vez fueron menos verticalistas que los radicales?

-Los peronistas estamos construyendo una fuerza política sana e importante para Mendoza. Empezaron diciendo que nos íbamos a destruir al elegir las autoridades del partido, pero llegamos armónicamente a una lista de unidad. Dijeron que nos enfrentaríamos al armar los frentes, pero nuestro Congreso fue un lujo y se desarrolló perfectamente, mientras que el del radicalismo se detonaba en pedazos.
-¿De verdad, no cree Emir que el país necesitaba achicar el gasto público? ¿O por lo menos revisarlo?
-Tenemos muy claro de dónde venimos y qué necesita el pueblo de Mendoza: una política de expansión económica. Hablar de vencer el déficit achicando la economía es una locura. Cuando se achica la economía, el recorte debe ser aún mayor, lo que genera un sistema de implosión. Todos los países desarrollados han cubierto sus déficits produciendo más y generando mayor consumo. Este camino actual no es solo un sacrificio innecesario para llegar a un destino imposible, que es el fracaso.
-Está bien, pero Mieli recibió la herencia de Alberto Fernández, militante peronista.
-En el peronismo estamos superando etapas y hemos aprendido de los errores cometidos. Además, es muy difícil ir en contra de la propia historia. Si venís del radicalismo, que impulsó la transformación del sistema educativo y la universidad pública participativa, no podés atacarla. Tanto el radicalismo como nosotros hemos trabajado mucho para que la universidad pública argentina sea superior a la de los países limítrofes. Romper lo que está bien es una locura.
-¿Pero está tan mal revisar en qué y cómo gasta un Estado quebrado?
-Entiendo que hay sectores del Estado que necesitan modificaciones y lo comparto. Pero atacar al Hospital Garrahan, donde 1.400 niños mendocinos fueron atendidos el último año, es inaceptable. Y en la misma línea, el gobierno provincial desarma los equipos de tratamientos paliativos del Hospital Notti. ¿En qué nos estamos convirtiendo como sociedad? Debemos proteger a nuestros niños y jubilados. ¿Qué clase de gobierno inhumano y perverso tenemos los argentinos? Queremos que termine su mandato, pero no podemos permitir que destruya nuestro sistema de educación y salud pública.
-¿No le reconoce mérito a la estrategia económica del gobierno provincial para potenciar la minería y reformular el negocio petrolero?
-Con respecto al petróleo, este modelo económico está destruyendo el esquema de explotación; los equipos de empresas contratadas en los yacimientos se están deteniendo. En cuanto a la minería, creo en la autonomía de los departamentos. Si los malargüinos quieren desarrollar la minería de cobre, quienes vivimos lejos no somos quiénes para oponernos. Cada pueblo debe tomar su propia decisión. También entiendo que la peor contaminación es la miseria, y este gobierno nos está llevando directo hacia allá. Con este modelo, tampoco seremos competitivos en la minería, ya que esta compite a nivel mundial. Estoy de acuerdo con que el gobierno plantee la discusión, pero el desarrollo tomaría siete u ocho años. En ese plazo, con esta economía, la minería no será una salida porque no va a quedar nada en pie.
-La metalmecánica mendocina parece entusiasmada con ser proveedores.
-Vengo de reunirme con la entidad que nuclea a las empresas metalúrgicas, y se dan cuenta de que a este paso no llegarán a fin de año. Escucho hablar de que “hay que cambiar la matriz productiva”. De ninguna manera. ¡Hay que ampliarla! Pero protegiendo la matriz actual, porque si no, no quedará nada.
-Encima el turismo no anda bien. Usted que es de la zona conoce bien el tema.
-Hemos hecho un esfuerzo muy grande con promociones. Fuimos competitivos en la temporada alta, pero ya no hay dinero en la población. La pérdida de competitividad económica nos está matando. Me comentan de paquetes turísticos internacionales con vuelo incluido por 700 dólares, que es lo que a nosotros nos cuesta un vuelo a Buenos Aires con media pensión. Las diferencias que marca el modelo macroeconómico son sorprendentes. Es mentira que se está anulando el déficit y sosteniendo el equilibrio fiscal. Es falso.
-¿No estamos esperando demasiado que todo lo haga el Estado? Cornejo dice que la misión de los privados es invertir, arriesgarse.
-Al gestionar el Estado, hay que invertir en el mantenimiento de la infraestructura. Si no se hace, se acumula un pasivo. Hoy en Mendoza deberíamos estar construyendo varias líneas de media tensión para que la estructura productiva siga creciendo, pero no se está haciendo. Las obras de saneamiento o remediación ambiental no las hará un privado. Plantearon hacer obras públicas con dinero privado, pero en casi dos años, ¿qué han puesto en marcha? El Estado sigue financiando todo. Por lo tanto, es un equilibrio fiscal falso; están generando una bola de necesidades de infraestructura, sobre todo energética, que luego nos impedirá crecer. De la gastronomía ni hablar… Todo el empleo que había generado se está destruyendo.
-Las acusaciones de corrupción contra el entorno de Milei también es un factor clave. El relato “kirchnerismo = corrupción” parece así perder fuerza. ¿También incide en la campaña?
-A mi no me distraen los casos puntuales de corrupción en los diferentes ministerios, aunque sean importantes. Lo que realmente me preocupa es lo que hace el ministro de Economía, Luis Caputo: la venta de propiedades del Estado y la repetición de esquemas que llevaron a la fuga de capitales y a la pérdida de reservas durante el gobierno de Macri. Por supuesto, es un detalle político relevante cuando se encuentran hechos de corrupción tan evidentes, sobre todo cuando provienen de las mismas áreas donde se recortó la ayuda a personas con discapacidad, acusándolas de fraude. Dijeron que iban a auditar el PAMI y el área de discapacidad, pero no hay resultados de esas auditorías. Simplemente cortaron por cortar. Que en medio de esa situación surja corrupción en la misma área de discapacidad es realmente inentendible.
-¿Vio? Me está hablando de temas nacionales y también elegimos legisladores provinciales. ¿Qué ideas o proyectos proponen para Mendoza?
-El principal problema es el agro. Un porcentaje elevadísimo de la producción de vino del año pasado todavía está en las bodegas, y los productores están vendiendo sus stocks por debajo del costo de elaboración. Lo mismo ocurre con una lata de durazno, que se vende por debajo del costo de producción de este año solo para sostener los gastos de la fábrica. La situación económica de Mendoza es de caos absoluto. Me gustaría que toda la clase política mendocina estuviera peleando por el trabajo de los mendocinos, pero eso no ocurre. Tenemos un gobernador que, por un acuerdo electoral, se alió con el gobierno nacional, apoyándolo en contra de los intereses económicos de nuestra provincia. Nosotros haremos lo que siempre hemos hecho: defender nuestra producción y la generación de empleo en Mendoza.
-Eso en las zonas rurales. Pero en el Gran Mendoza el peronismo no la tiene fácil. Cornejo domina casi todo alli y se concentran muchos votos.
-¡Pero los relatos se desvanecen! El 60 por ciento de la manufactura y de la generación de empleo en Mendoza depende del agro. Al agro lo están fundiendo, por lo tanto, ese 60 por ciento del empleo industrial se va a caer. Esto provocará una caída en el consumo, y el comercio de las grandes zonas urbanas, el otro gran motor de empleo, también comenzará a derrumbarse. Se puede intentar tapar la realidad con un relato, pero este se cae cuando la gente pierde su trabajo por estas políticas que Cornejo apoya. Como fuerza política, debemos mantener nuestra posición histórica en defensa de la industrialización y la sustitución de importaciones, porque la economía ha dejado de ser ideológica en el mundo.
-Una versión aggiornada de la famosa “tercera posición”, de la que hablaba el General.
-En China no se encuentra el comunismo, sino un capitalismo con fuerte inserción del Estado. En Estados Unidos ya no existe el liberalismo; son proteccionistas de su industria y aplican aranceles para proteger el trabajo norteamericano. Europa es proteccionista. El mundo es económicamente pragmático, pero a nosotros nos gobierna un proyecto de locura fanática. Cuando te alias electoralmente a un proceso así, no tengas duda de que vas a sufrir las consecuencias.
-Si le va bien en octubre, sale un “Emir 2027”?
-No soy un mesianista; creo en los proyectos colectivos. Entiendo que hay que construir una fuerza política que no dependa de una sola persona, que es el problema que tiene este gobierno nacional. Para mantener políticas públicas que generen transformaciones verdaderas, se necesita un equipo. Desde el peronismo estamos construyendo eso: un gran equipo político para que en las elecciones de 2027 pongamos al próximo gobernador de esta provincia. Este modelo actual oculta la basura debajo de la alfombra en todas las materias, porque no quiere dialogar con nadie.
-El crecimiento de la inseguridad sigue siendo una deuda pendiente. ¿Pero no le reconoce a Cornejo que está poniendo foco, recursos y esfuerzo?
-En seguridad, Mendoza está viviendo una “rosarización” de su territorio. Lo digo con todas las letras. Estamos viendo una gran cantidad de “ajustes de cuentas”, que no es un término del Código Penal. No se trata de dos bandas matándose entre sí, como a veces se comunica. Un ajuste de cuentas es el disciplinamiento del territorio, donde una banda mafiosa comete asesinatos selectivos para dominarlo. Hemos pedido reiteradamente que el gobierno provincial nos convoque a todos para encontrar una salida, pero no hemos logrado que nos llame. Si no actuamos, será tarde y nos tomará muchísimos años desarmar un sistema como el que se está instalando.
-Otro tema importante para Mendoza: ¿Está de acuerdo con las políticas para el manejo del agua?
-Pasa lo mismo. No hay diálogo para definir el plan hídrico de Mendoza; hay decisiones unilaterales, y en muchos casos se llevará el agua a lugares sin un plan de negocio que lo justifique. Además, estamos utilizando el dinero de Portezuelo del Viento, una oportunidad única para la provincia, en mantenimiento de rutas existentes, no en rutas nuevas. El mantenimiento ya lo paga usted cada vez que carga combustible. Gastar esta plata en eso es grave. Nosotros no buscamos aglutinar para impedir o poner palos en la rueda, sino para poner límites, tanto al gobierno nacional como al provincial. Llegó el momento de decir: “Hasta acá”. En eso estamos, convocando y juntando fuerzas.
-A Anabel Fernández Sagasti no le fue bien en ninguna elección y a los “históricos” tampoco. ¿Tiene recambio el justicialismo mendocino?
-Por supuesto que sí. El partido tiene cuadros políticos muy importantes, que entienden de gestión y de políticas públicas, que es la discusión de fondo. En nuestro último proceso interno, fuimos el único partido que llamó a una interna para elegir democráticamente a sus candidatos, por lo tanto, están legitimados. Para los cargos provinciales y nacionales, aunque se logró una lista de unidad, no fue a dedo. Cada sector se ganó su lugar. Tuvimos una interna en cinco departamentos con una movilización maravillosa y un proceso democrático perfecto, sin un solo conflicto. Estamos dando la oportunidad para que surjan nuevos cuadros y construyendo una fuerza política que sea una alternativa competitiva en 2027, y esperamos ser competitivos ahora también. Le puedo mencionar a Matías Stevanato, Flor Destèfanis y varios más, que vienen muy bien.
-Usted viene de una familia de la política y el peronismo. ¿Cuál fue la mayor enseñanza que le dejó su papá (Chafí Félix), que fue intendente de San Rafael tres veces?
-Mi padre, al igual que mi hermano (Omar Félix, actual intendente sanrafaelino y ex legislador nacional) y yo, se dedicó con mucha pasión a la política. Pero él era un productor agrícola, un comerciante, un productor; era una persona del área de la producción, igual que nosotros. Venimos del sector productivo. Pertenecemos a las entidades intermedias de San Rafael, que trabajan junto con el gobierno. Es lo que aprendí en mi partido sobre la comunidad organizada y cómo podemos ir hacia adelante.
-¿Comparte el sentimiento de “abandono” de la Capital provincial con respecto al Sur?
-Podría pensar que es sólo el Sur, pero si va al Este le dirán exactamente lo mismo. Un gobierno debe equilibrar las necesidades de todos sus habitantes, desde los que viven en el secano hasta los de las zonas más cercanas a la capital. Eso es lo lógico porque permite un crecimiento armónico. De lo contrario, se generan asentamientos no planificados en la periferia de las ciudades, con gente que llega buscando vivir un poco mejor. Es necesario generar infraestructura en todas las áreas de la provincia. Es verdad que en los últimos gobiernos, tanto de Cornejo como de Suárez, no ha habido una mirada integral de la provincia de Mendoza. Hay una mirada parcial. No me quejo de eso, pero hace falta un gobierno que vea la provincia integralmente y que no piense que una obra es más rentable donde da más votos, sino donde hay más necesidad.
-Con su sangre y apellido sirio – libanesa. ¿Cómo ve los conflictos actuales de Oriente Medio?
-Antes de responderle, una aclaración: tengo una mezcla de orígenes: sirio-libanés, italiano y español. La línea del apellido es siria. La desgracia de los países que no son una potencia pero que tienen un capital de recursos naturales tan importante que termina convirtiéndose en un tumor. Se entiende que Ucrania tenía demasiadas “tierras raras” y por eso la empujaron a una guerra. O el infierno que viven algunos países de África, como el Congo con el coltán, que es la mezcla de columbita y la tantalita que se usa para fabricar los chips. Esos intereses han generado guerras civiles terribles, impuestas desde afuera, que provocaron la explosión interna de países que estaban muy bien. La geopolítica del mundo es cada vez más cruel y dura.
-Es de creer que tampoco estará de acuerdo con el sesgo de la política exterior de Milei.
-Argentina siempre tuvo una posición a favor de la agenda de la paz. Por primera vez en nuestra historia, ni siquiera con los gobiernos militares, votamos en la ONU en contra de la agenda de la paz, junto a Israel y Estados Unidos y en oposición a todo el resto del mundo. Este gobierno lleva a la Argentina a una situación vergonzosa. Vamos a tener que cargar con la vergüenza de la posición geopolítica que toma este gobierno nacional. Es un proceso histórico parecido a nuestro rol en la Guerra del Paraguay, una vergüenza que todavía cargamos. Este gobierno nos hará cargar con una más.
Fuente Mendoza Today