JERUSALÉN, 16 de septiembre de 2025 – Total News Agency – TNA –Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dieron inicio este martes a una ofensiva terrestre de gran escala contra la Ciudad de Gaza, tras semanas de preparación, intensos bombardeos y llamados reiterados a la evacuación de civiles. La operación, definida por el alto mando como la “etapa final” contra Hamas, fue acompañada por la arenga del jefe del Estado Mayor Conjunto, mayor general Eyal Zamir, quien destacó que la prioridad es destruir la capacidad militar del grupo islamista y garantizar la seguridad de los soldados en el terreno.
El avance israelí combina la irrupción de divisiones regulares en los accesos norte y este de Gaza con un respaldo aéreo masivo, destinado a eliminar centros de mando, depósitos de armas y túneles subterráneos. Según informes oficiales, hasta el 40% de la ciudad ya se encuentra bajo control de las FDI, mientras se intensifica la presión sobre los bastiones restantes de Hamas. La estrategia, en palabras de Zamir, apunta a “debilitar decisivamente la estructura operativa” de la organización terrorista, sin apresurar los movimientos en terreno urbano para reducir el riesgo sobre las tropas. El ministro de Defensa, Israel Katz, ratificó el enfoque: “Gaza está en llamas. Nuestras fuerzas avanzan con determinación y mano de hierro para liberar a los rehenes y derrotar a Hamas. No habrá retroceso”.
En paralelo, decenas de miles de palestinos intentaron huir hacia el sur por la carretera costera, en caravanas de vehículos y a pie, tras los bombardeos nocturnos que, de acuerdo con el Hospital Al Shifa, dejaron al menos 34 muertos. El portavoz militar en árabe reiteró el llamado a desplazarse por la ruta Al-Rashid hacia zonas designadas al sur de Wadi Gaza, advirtiendo que la ciudad fue declarada “zona de combate peligrosa”.
La escalada bélica se produjo en un contexto de crecientes presiones internacionales. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, tras reunirse con el primer ministro Benjamín Netanyahu y continuar gestiones en Qatar, advirtió que Hamas dispone de “una ventana muy breve, de días o pocas semanas” para aceptar un acuerdo. Subrayó que cualquier negociación debe incluir la liberación inmediata de rehenes y la desmovilización total del grupo armado.
El conflicto se agudizó también en el plano diplomático. Un informe de expertos independientes comisionado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU acusó a Israel de cometer genocidio en Gaza. Tel Aviv calificó las conclusiones como “distorsionadas y falsas”, denunciando un sesgo sistemático en su contra. A la controversia se sumó la declaración del presidente egipcio Abdel-Fattah el-Sissi, quien por primera vez desde el tratado de paz de 1979 calificó a Israel como “enemigo”, reflejando un giro en la relación bilateral.
La ofensiva terrestre marca un punto de inflexión en la guerra: Israel busca una victoria militar definitiva contra Hamas, mientras la presión internacional y el riesgo de una mayor crisis humanitaria crecen de manera simultánea. La incertidumbre gira en torno a si el operativo logrará acelerar un desenlace militar o si, por el contrario, empujará a la región a una nueva ola de inestabilidad y aislamiento diplomático.

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