Una encuesta publicada por Funcas este jueves revela que la población española tiene un nivel de conocimiento bajo sobre el funcionamiento del sistema de pensiones y, sobre todo, sobre cuáles son las cuantías reales de las pensiones de jubilación actuales. Las prestaciones han subido notablemente en los últimos años debido a que los nuevos jubilados tuvieron carreras laborales mejores y a que las revalorizaciones están ligadas por ley al IPC. Sin embargo, la población sigue pensando que los jubilados cobran poco.
La encuesta pregunta a 1.070 personas de nacionalidad española si la pensión media de jubilación es mayor o menor que el Salario Mínimo Interprofesional y una mayoría abultada, el 66%, afirma que las pensiones son algo o bastante menores que la retribución mínima. La percepción dista de la realidad tanto en el momento actual como desde hace años. El SMI es de 1.184 euros brutos en 2025 (en 14 pagas), mientras que la pensión media de jubilación se encuentra en el entorno de los 1.500 euros (1.508 en agosto).
En realidad, si se compara la serie histórica de los últimos 20 años, el SMI nunca ha estado por encima de la pensión media de jubilación y durante los años posteriores a la crisis financiera la brecha entre el salario mínimo (congelado) y las pensiones (revalorizadas) se amplió. En los últimos años han vuelto a converger el ritmo de crecimiento de ambos, pero posible que gran parte de esta percepción se derive de las reducidas cuantías de otro tipo de pensiones también extendidas en la sociedad, como las de viudedad y las no contributivas.
La encuesta refleja que la percepción de que las pensiones son más bajas de lo que realmente son se extiende a todos los grupos de edad y a los dos sexos. El 69% de los que tienen entre 18 y 30 años afirman que las pensiones de jubilación son más bajas que el SMI. De hecho, el colectivo que más acierta en la respuesta son los mayores de 60 años, ya que baja al 59% los que señalan que la pensión es menor.
Esto lleva a la autora del informe e investigadora de Funcas, Elisa Chuliá, a afirmar que “no hay indicios de un conflicto intergeneracional” porque los jóvenes “no creen que los pensionistas estén cobrando mucho más que ellos”. Según su análisis, la pregunta debería arrojar el resultado contrario entre los jóvenes para afirmar que existe una percepción de que la generación de mayores “está percibiendo pensiones opulentas”. Un elemento que explica esto es, según Chuliá, que la familia “amortigua” el conflicto intergeneracional y en España la familia tiene un peso social elevado.
La distorsión de la creencia en torno a la cuantía de las pensiones se enmarca en un contexto de bajo conocimiento sobre cómo funciona el sistema y cómo se financia. A la pregunta de cuál es la fuente principal para financiar las pensiones, el 46% de los encuestados responde correctamente que es con cotizaciones sociales que pagan los trabajadores actuales y un 3% más considera que tienen el mismo peso estas cotizaciones y los impuestos, una idea algo errónea, aunque la parte de impuestos cada vez tiene más protagonismo.
Sin embargo, el 51% restante apunta a que la vía de financiación principal son los impuestos generales o las cotizaciones que pagaron los pensionistas cuando trabajaron. Esta última idea está bastante extendida entre los propios jubilados, ya que la señala un 25% de los mismos. En total, teniendo en cuenta tanto las respuestas a esta pregunta como a la anterior, Funcas señala que solo el 12% de los encuestados ha logrado responder correctamente, lo que supone solo uno de cada ocho.
“El desconocimiento es bastante generalizado por edad y se supondría que tendría que ser menos ostensible entre la población ocupada porque es la que está financiando las pensiones en buena medida”, señala la investigadora. Esto concuerda con otras preguntas de la encuesta, como el declarado bajo interés por las noticias económicas, ya que más del 50% afirma que es pequeño o nulo.
Rechazo a retrasar la jubilación y percepción de recortes
Según Chuliá, “es muy probable que el desconocimiento genere cierta ansiedad” sobre el devenir del sistema de pensiones, algo que también confirman los resultados. El 67% de los encuestados activos (parados u ocupados) afirma que está bastante o muy preocupado por la suficiencia de la futura pensión cuando se jubile. El porcentaje es elevado en todas las franjas de edad, incluso entre los que tienen entre 18 y 30 años, con un 58%, aunque el mayor se da entre los que tienen 46 y 60 años, con un 72%.
Del mismo modo, el 72% de los encuestados cree que las pensiones serán más bajas dentro de diez años, ascendiendo al 78% entre la franja de los más jóvenes y solo al 60% entre los que tienen más de 60 años. “Es una idea que se ha extendido entre la sociedad y lo cierto es que ni las reformas recientes han logrado aplacar esa preocupación”, apunta la autora del informe.
El Gobierno espera que más de 30.000 jubilados vuelvan a trabajar en los próximos cinco años
Cristina Dolz
Sin embargo, a pesar de la preocupación por la pensión futura, el 87% de los encuestados rechaza la idea de retrasar la edad legal de jubilación ordinaria de los 67 años a los que llegará en 2027 a los 70. La negativa es casi total entre los jóvenes, con un 91%, aunque desciende con la edad hasta el 82% de los mayores de 60 años. Tampoco se percibe una opinión mayoritaria favorable a complementar la pensión de jubilación con otras fuentes de financiación privada como planes de pensiones, ya que solo el 27% de los encuestados afirma tenerlo, aunque la ratio es algo más elevada cuando se pregunta sobre si piensan que es útil la financiación adicional a la pensión pública.
La percepción sobre la idea de prolongar la vida laboral más allá de lo necesario por ley mejora con la edad y, sobre todo, mejora entre los que ya están jubilados. En concreto, el 29% de los encuestados que son pensionistas afirman que estarían dispuestos a volver a trabajar “probablemente” o “con seguridad”, aunque quizás no a jornada completa. Aunque esta tendencia no representa una base sólida para realizar proyecciones (también depende de si las empresas quieren contar con trabajadores envejecidos y con jornadas menores), refleja que existe una disposición favorable de parte de los jubilados a retomar de alguna manera su carrera laboral.
Fuente El Confidencial