Una declaración que complica el entramado interno del caso
Buenos Aires, 17 de octubre de 2025 — Total News Agency-TNA —La detenida Florencia Ibáñez declaró ante el fiscal Adrián Arribas y afirmó que Celeste Guerrero —también imputada en el triple crimen con sello narco ocurrido en Florencio Varela— se refirió a “un traidor” en la previa del juicio, mientras golpeaba las paredes y lanzaba groserías. Ibáñez sostuvo que Guerrero gritaba: “Te dije que no tenías que confiar en él”, en alusión a Miguel Ángel Villanueva, otro de los acusados.

Silvia Aimalzal y el cocalero Evo Morales en una marcha.
Silvia Almazán mano derecha de Baradel, es dueña de la casa del horror de Florencio Varela. Se la alquiló a Marcela Guerrero, Directora de Educación Primaria de La Matanza. Su hija Celeste lavó la sangre del triple crimen. Acá con Evo Morales y con Axel Kicillof.

La casa utilizada en el triple crimen de Florencio Varela “pertenecía a la mano derecha de Baradel y era alquilada a la madre” de Celeste Guerrero, quien es funcionaria de Kicillof.
Celeste Guerrero y sus conexiones con el poder político y sindical
Celeste Guerrero no es una figura ajena al entramado político bonaerense. Pariente directa de una funcionaria del gobierno de Axel Kicillof, Guerrero mantiene además vínculos estrechos con el gremio docente SUTEBA, organización que en los últimos años ha sido señalada en varias oportunidades por su influencia territorial en el sur del conurbano.
Estas conexiones generan inquietud en los investigadores, que ahora indagan si existió algún tipo de encubrimiento o protección política en torno a los involucrados. La red de relaciones entre miembros del sindicato, dirigentes locales y actores judiciales podría arrojar nuevas líneas sobre la estructura detrás del crimen.
Contexto de la causa y cargos imputados
Ibáñez está acusada de los delitos de privación ilegal de la libertad coactiva agravada por la pluralidad de intervinientes y por involucrar a una víctima menor de edad, en concurso real con homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y la participación premeditada de dos o más personas. La investigación apunta a que el triple asesinato estaría ligado a disputas internas dentro de una organización vinculada al narcotráfico.
Una causa que crece en complejidad política y judicial
El caso, inicialmente presentado como un conflicto entre bandas, comienza a mostrar ramificaciones más amplias, con posibles nexos institucionales. La fiscalía evalúa si las relaciones políticas de Guerrero pudieron haber influido en la manipulación de pruebas o en intentos de desviar la investigación.
El expediente, que ya acumula más de nueve detenidos, podría convertirse en un nuevo escándalo que salpique al entorno político del oficialismo bonaerense y a estructuras sindicales con presencia territorial en la zona sur.

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