
El presidente Javier Milei se alzó con una contundente victoria, sumando en todo el país el 40% de los votos dejando muy atrás, en segundo lugar, al peronismo, que alcanzó el 25% de las preferencias.
Ello representó un escenario atípico e inesperado, ya que se estimaba que habría cierta paridad entre las dos fuerzas políticas predominantes y sin embargo La Libertad Avanza superó ampliamente al resto de la oferta electoral.
Incluso pudo verse un triunfo, aunque leve, insospechado en la provincia de Buenos Aires, donde la lista encabezada por Diego Santilli venció a la de Jorge Taiana aún sin que su cara aparezca en la boleta.
Es que tras la retirada de José Luis Espert de la candidatura y la denegatoria de la Justicia Electoral ante el pedido de la reimpresión de boletas, la imagen del economista apreció en el cuarto oscuro a pesar de ya no aspirar a la Cámara de Diputados.
Sin embargo, no se puede dejar pasar de largo una tendencia que se repitió en las distintas elecciones provinciales, y en esta última nacional, que se fueron celebrando a lo largo del 2025: la baja concurrencia.
Tal es así que la inasistencia superó en porcentaje a los votos obtenidos por el peronismo. El ausentismo, con el 34% se quedó en el segundo lugar de las preferencias, lo que remarca, una vez más, el descontento social sobre la oferta política.
Ese, a pesar de no hacerlo público, fue un número que chocó de frente con las aspiraciones del Gobierno Nacional. Según supo Diario Mendoza Today, desde la administración de Milei se esperaba una participación de entre el 70% y el 75% del padrón.
Es en tal sentido que nuevamente, toda la política, oficialismo y oposición, deberán analizar el panorama político, electoral y social para poder determinar la razón por la cual se registró la participación más baja desde el regreso de la democracia. El voto obligatorio ya se demostró poco efectivo.
Por otro lado, lo que capitalizó el triunfo de La Libertad Avanza fue la campaña del miedo, la del “no votes al otro”. El slogan era elocuente: “La Libertad Avanza o Argentina retrocede”. La polarización con el peronismo fue una estrategia acertada.
Hubo algún que otro anuncio importante, como el de la reforma laboral, pero lo cierto es que la campaña del miedo fue la que recaudó el voto antikirchnerista. Ciertamente, del 40% hay una porción que no pertenece al voto libertario pero que teme el regreso del peronismo, en cualquiera de sus facciones, al poder.
Lo que le resta a Milei en los próximos dos años es afianzar ese voto para transformarlo en propio y que no sea finalmente la variable que lo lleve a perder en sus aspiraciones reeleccionistas que ya adelantó el propio presidente.
El mandatario no debe ignorar la historia y debe verse en el espejo del ex presidente Mauricio Macri, quien ganó en 2015 y en las legislativas de 2017. Sin embargo, luego de cimbronazos económicos, perdió en las generales del 2019.
En fin. Los ánimos están más altos que nunca en la Casa Rosada. No es para menos. Una victoria como la del domingo es mucho más de lo que el Gobierno esperaba y será motivo de celebración durante un buen tiempo.
Sin embargo, desde la administración nacional deberán trabajar para afianzar el voto libertario, convencer a la población argentina de concurrir a las urnas y, por último, desarrollar la capacidad de la autocrítica si no quiere sufrir el mismo destino que el líder del PRO. Todo un desafío.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today

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