Jerusalén, 17 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-La República Islámica de Irán intensifica su producción de misiles con el objetivo declarado de lanzar hasta 2.000 proyectiles simultáneamente contra Israel en un eventual nuevo conflicto, una marcada escalada frente a los cerca de 70 que disparó durante la guerra de 12 días entre ambos países en junio. El anuncio ha encendido nuevas alarmas en Jerusalén y Washington sobre la capacidad de disuasión e intervención en la región.
Según un informe del diario The New York Times, funcionarios iraníes indicaron que sus fábricas de misiles trabajan “las 24 horas del día” con el fin de alcanzar una capacidad de ataque masivo destinada a “discapacitar a Israel” de un solo golpe. timesofisrael.com+1 El dato, citado por International Crisis Group, fue aportado por su director del programa para Irán, Ali Vaez, quien subrayó que el régimen ve la reanudación de hostilidades como “una cuestión de tiempo”. timesofisrael.com+1
Durante la confrontación de junio, Irán logró lanzar aproximadamente 500 misiles, mientras Israel empleó contramedidas aéreas que liquidad con rapidez los sistemas de lanzamiento móviles iraníes y sitiaron los objetivos mediante inteligencia avanzada. The War Zone Esa guerra relámpago puso en evidencia que, aunque la capacidad declarada es alta, la ejecución está limitada por la superioridad aérea israelí, la vulnerabilidad de los lanzadores móviles y la complejidad logística de las armas de combustible líquido. Newsweek+1
Expertos independientes interpretan que la amenaza de Irán tiene más carácter de campaña psicológica que de plan operativo ya maduro. El centro conservador estadounidense Middle East Forum advierte que Irán aún no posee capacidad refinada para lanzar misiles desde silos defendidos, depende de plataformas móviles expuestas y, en caso de activarse, se enfrenta a procesos de repostaje y preparación que pueden durar horas, lo que facilita su interceptación. Newsweek+1
No obstante, la amenaza tiene efectos reales: la sola decantación de un escenario en el que Irán podría saturar el sistema de defensa israelí —Iron Dome y otros interceptores— obliga a reforzar alianzas, despliegues y estrategias de defensa ante un posible ataque masivo. El complejo militar-industrial israelí y sus aliados estadounidenses actúan con celeridad ante indicios de que Teherán ha incrementado no solo la producción de misiles sino también la adquisición de precursores, tecnología china y mejoras en maniobrabilidad y evasión de defensas. The War Zone+1
Aunque la estrategia iraní alberga limitaciones técnicas, logísticas y tácticas, su proclamada meta de 2.000 misiles simultáneos representa más que una cifra: es una señal de intenciones y una advertencia a Israel y a Estados Unidos de que la regulación del conflicto podría cambiar. Para Jerusalén, la determinación es mantener la iniciativa, ejecutar ataques preventivos al sistema misilístico iraní y seguir asegurando la superioridad aérea. Esta dinámica de acción-reacción convierte al golfo pérsico y al Levante mediterráneo en una zona latente de confrontación mayor, donde las capacidades declaradas pueden derivar en escaladas rápidas.
Por ahora, ningún documento oficial iraní confirma un despliegue inmediato de tales capacidades, y algunos analistas sostienen que Irán necesitaría aún tiempo para lograr un volumen de lanzamientos y logística de esta magnitud. Sin embargo, el simple hecho de que lo declare públicamente ya constituye un factor de destabilización. En los próximos meses, la comunidad internacional observará de cerca la capacidad de Irán para convertir su retórica en hechos y la forma en que Israel y sus socios actúen para prevenir o neutralizar ese escenario.

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