Buenos Aires, 26 noviembre 2025 – Total News Agency-TNA–En una jugada que reconfigura el tablero político en la Cámara de Diputados, un grupo de gobernadores peronistas decidió avanzar con la conformación de un interbloque propio, separado del kirchnerismo y al margen de Fuerza Patria. La decisión, que desde hace semanas venía madurándose en reuniones discretas entre mandatarios provinciales y legisladores, coloca al espacio que responde a Cristina Kirchner ante el riesgo real de perder su histórica capacidad de bloqueo parlamentario. Al mismo tiempo, abre al Gobierno una ventana estratégica para construir las mayorías que necesita con miras a la aprobación del Presupuesto 2026.
Los gobernadores implicados —principalmente jefes territoriales con fuerte anclaje en sus provincias y con un perfil más pragmático que el ala kirchnerista— tenían desde hace tiempo diferencias de enfoque con la conducción de Fuerza Patria sobre la relación con la Casa Rosada. Mientras el kirchnerismo apostaba a mantener una línea de confrontación cerrada, los mandatarios provinciales reclamaban un diálogo más amplio, especialmente en materia fiscal y de obras públicas, ante la urgencia de destrabar fondos y garantizar gobernabilidad en sus distritos.
El quiebre y sus razones
La fractura se terminó de activar luego de que varios diputados con vínculo directo con las gobernaciones manifestaran que la estrategia de resistencia de Fuerza Patria los dejaba atrapados en un conflicto ajeno a sus prioridades locales. Según fuentes legislativas, el malestar se profundizó cuando el bloque kirchnerista decidió condicionar toda negociación con el oficialismo, incluso aquellas que involucraban recursos para provincias que atraviesan situaciones financieras críticas.
El nuevo interbloque surgirá formalmente con un número que, si bien aún no fue comunicado, se estima suficiente para dejar al kirchnerismo a escasos escaños de perder la primera minoría efectiva. La señal política ya repercute en el ámbito parlamentario: la Casa Rosada observa la movida como una oportunidad inesperada para encarar la discusión presupuestaria con un margen mayor de negociación.
Un impacto directo en la disputa por el Presupuesto 2026
La aprobación del Presupuesto 2026 se había perfilado como una pulseada compleja para el Gobierno, que llegaba a la instancia con números ajustados y un kirchnerismo dispuesto a bloquear cada artículo sensible. Con la irrupción del nuevo interbloque peronista, el escenario se modifica de manera drástica: el oficialismo podría alcanzar o acercarse a las mayorías simples necesarias para aprobar la ley clave del próximo ejercicio económico.
Fuentes del entorno presidencial admitieron que la fragmentación del peronismo abre “una ventana de racionalidad” para encarar acuerdos específicos, no solo con los gobernadores sino también con bloques provinciales menores. En la Casa Rosada consideran que esta dinámica permitirá incorporar pedidos locales sin que ello implique concesiones estructurales que alteren el espíritu del proyecto oficial.
Reacción del kirchnerismo y tensiones internas
En el kirchnerismo la reacción fue inmediata. Dirigentes de Fuerza Patria calificaron la movida como un intento de “desgajar” al peronismo en un momento de tensión nacional y señalaron que detrás de la ruptura existe “presión directa del Gobierno” sobre los mandatarios provinciales. Sin embargo, puertas adentro admiten que la relación con varios gobernadores venía erosionándose desde hace meses, especialmente desde la discusión por la coparticipación, la eliminación de subsidios y los recortes en transferencias no automáticas.
Si bien desde el entorno de Cristina Kirchner evitaron pronunciamientos públicos fuertes, la lectura interna es que la ruptura implica un golpe político considerable. La eventual pérdida de la capacidad de bloquear sesiones o artículos clave representa para Fuerza Patria una merma de influencia parlamentaria que podría extenderse a otras negociaciones del próximo año legislativo.
El mapa hacia adelante
Con un peronismo dividido en al menos dos grandes expresiones y con varias bancadas provinciales orbitando de manera independiente, el Congreso se encamina hacia un escenario de mayor fragmentación pero también mayor fluidez. Para el Gobierno, esta nueva geometría abre una oportunidad para gestionar acuerdos caso por caso, siempre que logre sostener un equilibrio entre demandas provinciales y la hoja de ruta económica fijada para 2026.
El interbloque peronista de gobernadores, en tanto, se prepara para presentarse como un espacio “federal, autónomo y con prioridades territoriales”, diferenciándose tanto del kirchnerismo como de la lógica nacional del oficialismo. La disputa por el Presupuesto será la primera prueba concreta de esta reconfiguración y marcará el tono político de los próximos meses.
Fuentes consultadas:
Infobae; La Nación; Clarín; Ámbito; Télam.

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