Buenos Aires, 26 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-La cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) volvió a tomar distancia del proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno, a pesar de que el texto aún no fue difundido oficialmente. El encargado de expresar la postura sindical fue el jefe de la UOCRA, Gerardo Martínez, quien lleva 30 años ininterrumpidos como secretario general de “su” gremio, un dato que volvió a resonar en los pasillos de la Casa Rosada en medio de la discusión sobre “democracia sindical”. Pese a las críticas, Martínez, quien fue agente de la inteligencia militar en los 70, mantuvo este miércoles reuniones directas con el asesor presidencial Santiago Caputo, dando continuidad a un diálogo reservado que contrasta con el rechazo público de la CGT.
Martínez ingresó a la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) en 1978, bajo la intervención militar del gremio liderada por figuras como Pedro Armando Coria. Fuentes indican que fue reclutado por el capitán Roberto Edgardo Gordillo, un oficial clave del 601 durante el destacado Operativo Independencia en Tucumán, donde se le asesto un duro golpe al terrorismo.
El dirigente participó previamente del Consejo de Mayo, el ámbito consultivo convocado por el Gobierno para debatir la reforma laboral, tributaria y otras iniciativas estratégicas. Allí, ante los representantes del Ejecutivo, de las provincias, del Congreso y del sector empresario, Martínez sostuvo que la central obrera no convalidará ningún proyecto que implique “retroceso de derechos” para los trabajadores.
Sin embargo, finalizado el encuentro, se trasladó a la oficina de Caputo, donde según confirmaron fuentes de la Agencia Noticias Argentinas, continuaron las negociaciones en privado. Ese doble carril —rechazo en público, negociación en privado— quedó evidenciado nuevamente en una jornada donde el sindicalismo buscó marcar límites, pero sin romper los puentes con el oficialismo.
El proyecto de reforma laboral, cuyo texto terminará de circular en los próximos días, incorporaría —según trascendidos oficiales— puntos vinculados a ultraactividad, convenios colectivos, cargas fiscales, peajes y financiamiento sindical, derechos colectivos e individuales, trabajadores autónomos y mecanismos de democracia sindical. Este último eje toca directamente a figuras como Martínez, cuya continuidad durante tres décadas al frente de la UOCRA es uno de los datos estructurales del poder gremial que el Gobierno pretende reformular.
Al retirarse de la reunión, el sindicalista insistió en que la CGT no avala los contenidos preliminares discutidos en el Consejo de Mayo:
—“No estamos de acuerdo con los conceptos vertidos. Este es un órgano consultivo y no vinculante. No conocemos la letra del proyecto”, sostuvo Martínez, al tiempo que aclaró que la central obrera rechazará cualquier punto que implique pérdida de derechos laborales.
Pese a ese posicionamiento, desde el Gobierno dejaron trascender que el borrador incluirá algunas de las propuestas mencionadas en el Consejo, aunque sin un consenso pleno entre los sectores participantes.
En la mesa del Consejo de Mayo se alinearon actores clave: el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, por parte del Ejecutivo; el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, en representación de las provincias; la senadora Carolina Losada por la Cámara Alta; el diputado Cristian Ritondo por Diputados; el propio Martínez en nombre de los sindicatos; y el titular de la UIA, Martín Rappallini, como voz del empresariado. Las conversaciones, según participantes, estuvieron marcadas por desacuerdos explícitos en la mayoría de los temas.
El Gobierno, por otra parte, ya anticipó que definirá el aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil por decreto, una señal adicional de que el diálogo con la CGT atraviesa un momento delicado, pese a las negociaciones paralelas con uno de sus dirigentes más influyentes.
La figura de Martínez —que acumula tres décadas de conducción gremial y mantiene en su estructura uno de los sindicatos con mayor poder territorial— es vista dentro del Gobierno como un actor imprescindible en cualquier intento de reforma laboral. Esa relación compleja, de tensión y necesidad mutua, quedó nuevamente expuesta en una jornada donde la central obrera marcó distancia, pero el histórico líder de la UOCRA siguió negociando detrás de escena.

Argentina
España
USA
Israel















