Buenos Aires, 29 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-Hugo Moyano, acorralado por frentes judiciales, tensiones internas y el deterioro de la obra social de Camioneros, consiguió ayer lo único que nunca estuvo realmente en duda: su reelección como secretario general de la Federación Nacional de Camioneros. Sin oposición real, el veterano líder sindical retuvo el control. Pero la verdadera noticia —y la que encendió alarmas en el mundo gremial y la interna de “la familia”— fue otra: designó a dedo a su hijo menor, Jerónimo Moyano, de 26 años, como nuevo secretario Gremial e Interior de la Federación, uno de los cargos más sensibles y estratégicos del sindicato.
La movida expone el repliegue del histórico jefe camionero hacia su círculo más íntimo, en un momento en que enfrenta crisis superpuestas: la fractura con su hijo Pablo, la disputa interna por el control de la poderosa rama de Recolección de Residuos, la investigación judicial por una presunta estafa en el hotel del sindicato en Mar del Plata, y una obra social que acumula deudas millonarias y reclamos de prestadores.
La Secretaría Gremial —que hasta ahora ocupaba el histórico Pedro Mariani, mano derecha de Moyano desde los años 80— es clave: articula las negociaciones en conflictos, coordina medidas de fuerza y conecta a las bases con la conducción. Jerónimo asume sin experiencia y con un antecedente que inquieta a muchos dentro del gremio: “El pibe de Hugo está verde”, deslizaron dirigentes que esperaban la designación de algún referente de peso de los sindicatos adheridos a la Federación.
Mariani, dicen en Camioneros, se retiró “por voluntad propia”, tras atravesar una cirugía cardíaca y sentirse desplazado. Pero para la tropa camionera, su salida simboliza algo más profundo: la consolidación del clan Moyano dentro de todas las estructuras posibles.
El mapa del poder familiar
El jefe camionero tiene seis hijos, y cuatro de ellos ya ocupan posiciones formales dentro del andamiaje sindical:
- Karina Moyano, secretaria de Accidentes de Trabajo en el sindicato bonaerense y secretaria de la Mujer en la Federación.
- Jerónimo, ahora secretario Gremial, además de su rol en Formación Político-Sindical.
- Hugo Moyano (h), secretario de Coordinación Jurídica.
- Facundo, quien controla el gremio de Peajes.
Solo Paola, casada con Claudio “Chiqui” Tapia, y Facundo, por fuera del Consejo Directivo camionero, permanecen alejados de la cocina diaria del gremio. Pablo Moyano, enfrentado con su padre, no pisa la sede de Constitución desde hace casi un año.
Mientras tanto, Jerónimo ya se instaló en el séptimo piso del edificio, en una oficina cuyo diseño moderno —descripta por quienes ya la visitaron como “más penthouse que despacho sindical”— contrasta con el viejo estilo camionero. Una postal del nuevo tiempo interno.
Señales de cierre y defensiva
La exclusión de Marcelo “Feúcho” Aparicio, uno de los dirigentes con mayor ascendencia sobre las bases, acrecentó las especulaciones sobre un cierre de filas del moyanismo. Aparicio, con peso especialmente fuerte en la rama de Recolección, representaba un polo de poder alternativo capaz de disputar influencia dentro del gremio.
En paralelo, Moyano enfrenta crecientes reclamos salariales, malestar en los recolectores por indemnizaciones no abonadas en la Ciudad de Buenos Aires, y un frente judicial cuyo avance, aseguran fuentes del entorno, podría generar novedades “inminentes”.
En ese marco, la designación de su hijo como secretario Gremial es leída por muchos como una decisión de autopreservación familiar, un intento de blindar la conducción ante un escenario de desgaste acelerado. Una apuesta riesgosa en un gremio históricamente rudo, donde la legitimidad no proviene del apellido sino de la capacidad de sostener conflictos, contener a las bases y negociar bajo presión.
Hugo Moyano, a los 81 años, vuelve a jugar una carta conocida: apostar a los suyos. Resta ver si esa estrategia alcanza para contener la tormenta que lo rodea o si, por el contrario, profundiza las tensiones dentro de una estructura sindical que, aunque poderosa, también exhibe fisuras cada vez más visibles.

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