Tegucigalpa, 2 de diciembre de 2025 – Total News Agency-TNA-La tensión política y social en Honduras continúa en ascenso mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE) mantiene sin definiciones el escrutinio de las elecciones presidenciales celebradas el domingo. Con más de 48 horas transcurridas desde el cierre de los comicios y sin un resultado claro, la incertidumbre domina a un país marcado por antecedentes de sospechas y crisis poselectorales.
El último corte oficial divulgado por el CNE fue emitido el lunes al mediodía y refleja apenas el 57,03% de las actas procesadas. Con ese porcentaje, los opositores Nasry Asfura y Salvador Nasralla aparecen en un empate técnico, con menos de 600 votos de diferencia entre ambos: Asfura suma 749.022 votos (39,91%) y Nasralla 748.507 (39,89%). En tercer lugar se ubica la candidata oficialista de Libre, Rixi Moncada, con 359.584 votos (19,16%).
La situación se agrava por el hecho de que el 47% de las actas todavía no ha sido contabilizado, según confirmó la consejera presidenta del CNE, Ana Paola Hall, quien anunció además el cierre del Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP). Los documentos pendientes corresponden a actas escaneadas que no pudieron ser transmitidas o que directamente no fueron digitalizadas, por lo que deberán llegar físicamente al Centro Logístico Electoral (CLE) para un escrutinio especial y posterior revisión general. El CNE tiene un plazo legal de 30 días para la declaratoria final.
La demora ha generado reclamos simultáneos de los candidatos que lideran el conteo. Nasralla afirmó poseer todas las actas que demostrarían su triunfo y advirtió que casi la mitad del escrutinio sigue sin incorporarse. Asfura, por su parte, también aseguró contar con actas que lo posicionan como ganador, aunque pidió calma a sus seguidores. Ambos demandaron transparencia y la rápida publicación de los resultados pendientes.
El clima de suspicacia se profundiza en un país donde los antecedentes pesan. En las elecciones de 2017, Nasralla encabezaba el conteo preliminar cuando un apagón eléctrico interrumpió la transmisión de datos; tras ese episodio, el entonces candidato oficialista Juan Orlando Hernández terminó imponiéndose en medio de fuertes denuncias de fraude.
La incertidumbre hondureña cruzó fronteras luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugiriera que el país estaría intentando alterar los resultados. “Si lo hacen, se armará un escándalo”, escribió en Truth Social. El comentario añadió presión a un CNE que enfrenta críticas internas por las inconsistencias operativas y las intermitencias del sistema de divulgación.
Desde el organismo electoral, la consejera Cossette López explicó que la institución debe verificar cada acta antes de contabilizarla para evitar la incorporación de documentos con inconsistencias, algo que —según afirmó— los partidos políticos sí suelen sumar en sus conteos propios. Hall, por su parte, pidió calma y aseguró que todas las actas serán cotejadas de forma rigurosa.
La Misión de Observación Electoral de la OEA felicitó el desarrollo general de la jornada electoral, aunque recomendó robustecer la infraestructura tecnológica para garantizar la estabilidad en la divulgación de resultados, tras fallas e intermitencias registradas durante el proceso.
Mientras tanto, Honduras avanza hacia su elección más reñida en años, con casi la mitad del país pendiente de un escrutinio que avanza a cuentagotas y que mantiene en vilo a una ciudadanía que reclama claridad, certezas y garantías democráticas.
Fuentes consultadas: Infobae; AP; OEA; declaraciones públicas del CNE y candidatos.

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