Un sector del equipo económico cuestiona la estrategia de vender a precio de remate bonos nacionales para forzar a la baja la cotización del contado con liquidación.
Las internas en el equipo económico volvieron a evidenciarse esta semana con la filtración de un paper de un sector alineado con la estrategia del Banco Central, que fue remitido a Guzmán defendiendo la decisión de Pesce de la semana pasada de no subir las tasas de interés.
En ese texto se sostiene que subir la tasa sería una convalidación de la expectativa devaluatoria y se anticipa que noviembre va a ser el mes “del terror”, por las intervenciones en el mercado para hacer caer el dólar paralelo.
Como las tasas de interés son casi nulas para los plazos fijos en dólares y superan el 34% para los plazos fijos en pesos, el diferencial de tasas de interés reflejaría el dólar de convergencia cercano a la cotización actual del dólar ahorro -con impuesto PAIS y adelanto de Ganancias incluido- en torno a lo que estimó Claudio Loser que sería el tipo de cambio unificado que pedirá el FMI, es decir unos $136. Si fuera más alta la tasa en pesos, en ese caso, mayor sería el tipo de cambio objetivo.
Lo llamativo de esta defensa es que el Banco Central esta semana cambió y convalidó una suba de la tasa de pases, aunque no de plazos fijos.
Como sea, la crítica central que el paper hace a Guzmán es por las ventas a precios de remate de bonos nacionales que están haciendo las entidades públicas, para forzar a la baja la cotización del contado con liquidación y llevando el riesgo país por las nubes.
El riesgo país determina el costo del financiamiento para empresas, provincias y el Estado mismo y en dos semanas el Gobierno va a intentar una colocación en dólares.
“La consigna puertas adentro de la Casa Rosada es llegar a diciembre de la mejor manera posible y postergar para la temporada estival el sinceramiento cambiario”, denuncian desde el Banco Central disconformes con las intervenciones en el mercado del contado con liquidación mediante bonos presuntamente de la Anses como un atajo artificial para contener la brecha.
“Solo resta emprolijar nuestras cuentas, forjar la estructura económica y apostar al crecimiento endógeno. El valor de nuestra moneda es el correlato del valor de nuestro tejido productivo independientemente de las especulaciones espurias de determinados agentes del mercado. Sin valor agregado y sin productividad, el valor de nuestra moneda no parará de erosionarse”, advirtieron.
Es la primera vez que desde organismos oficiales no respaldan el objetivo de Guzmán de llegar a marzo sin devaluar. Fuego amigo a dos meses de llegar a fin de año.
Es que Pesce tampoco es partidario de la devaluación y viene aguantando a fuerza de restricciones en el mercado cambiario -algunas como las del 15 de septiembre metiendo tanto un virtual feriado cambiario y disparando el contado con liquidación.
El “sinceramiento cambiario” -o lisa y llanamente devaluación- que pide este sector del mundo económico cercano al Gobierno, evalúa que podría frenar la pérdida de reservas internacionales por goteo y tras una disparada del dólar (overshooting), la divisa bajaría a una convergencia debajo de los $140 de acuerdo a una peculiar lectura de la relación entre el tipo de cambio y las tasas nominales anuales (TNAs) en dólares y en pesos en el mercado doméstico.
Fuente La Politica on line