Asistimos con estupor a la actualidad política que nos agobia y nos conduce a los abismos de un averno cristinista.Por R. Mena-Martínez Castro-.
Es un hecho consagrado hasta el hartazgo que las relaciones entre la multitud y las clases dirigentes en este país no son lo exacta que debiera ser, como tampoco es verdad que la República está constituida por una sola alma movida por anhelos similares y agitada por ideales idénticos. En una semana ajetreada recorremos las jubilaciones, ajustes y otras yerbas.
Tampoco es verdad que las masas populares en los trágicos momentos de crisis tienen capacidad de mirar hacia hombres honestos y capaces, los cuales existen cada vez menos. Los vemos abigarrados en la plaza histórica de la Nación, como multitud de pigmeos bulliciosos vociferando consignas espurias que caen al pie del pedestal impune, donde se han encaramado los corruptos ante la pasiva inopia, en que el músculo, sobre el que descansa el esplendor de todas las glorias fuera reemplazado por la cultura de los planes.
Alguien dijo que el pueblo no existe en la lógica normal del pensamiento, como también sería negar que, ante una prédica falaz de políticos de barricada, estos se dejen engañar acerca de la mejor manera de elegir sus candidatos, en las circunstancias liminares por las que atraviesa la Argentina.
¿Dónde están las multitudes de la historia que pensaban en el bienestar nacional y se aglomeraban en las plazas públicas inflamadas de patriotismo, en el cual los impulsos por pequeños que fueran mutaban en resultados trascendentes?
Quizá haga falta un intérprete que conduzca a la muchedumbre civilizada, educada y culta, para enseñar lo que es el republicanismo hoy, ausente de la otrora cultura del trabajo y la casi plena alfabetización. Argentina supo estar a la cabeza de ciudadanos alfabetizados en el concierto del territorio sudamericano.
Asistimos con estupor a la actualidad política que nos agobia y nos conduce a los abismos de un averno cristinista, sin designios serios de futuro, sin esperanzas en la economía puesta de rodillas ante los dictados del fondo internacional que, con sus recetas sirven a la continuidad de un gobierno feble atravesado por las incoherencias y la pandemia que nos aflige hace ocho meses, sin resultados a la vista.
¿Mala política sanitaria?
Estamos percibiendo claramente más allá de los ocho meses de medidas mendaces, como aquellas con que se quiere estafar a los jubilados, llevan a muchos de ellos a concurrir al mendrugo público para su subsistencia. Los cantos de sirena con que se quiere convencer a los pasivos, no dejan de ser nada más que eso: cantos de sirena, cantos sin valor, solamente oportunistas y serviles al extranjerismo del fondo, que sólo mira sus propios intereses.
La deuda es innegablemente astronómica, pero no se puede creer que falten cerebros para poner de pie un país que, como decíamos anteriormente, debió ser el contrapeso del continente. Las mesas de café se pueblan de rumores pidiendo hombres talentosos y por sobre todo honestos, a orillas de la corruptela cristinista, que piensen que hacen falta líderes que sobrenaden la incoherencia del chavismo, mintiéndose a sí mismos y envueltos en relatos miserables.
Cristina Kirchner quiere hundir el barco de la Ciudad sin importarle para nada la situación de sus habitantes. Lo cierto que las balas y los Exocets pican cada vez más cerca de un Horacio Rodriguez Larreta que, quizá, debiera enfrentar la mafia oficialista de una manera más contundente.
El costo político es ya inmenso, sin credibilidad, entonces, quienes quieren una república sana deben pensar sin desatender las urgentes necesidades del momento, en realidades concretas, ausentes del nefasto populismo de la jefa y sus adláteres. Sabemos que Cristina siempre fue campeona de la prebenda, del cohecho, de la obediencia debida como también de ausentes reflexiones equilibradas.
Los jubilados
No podemos todavía cantar victoria, pero ingentes sectores de la sociedad se oponen al vergonzante aumento del 5% sin movilidad y con aumentos generados sobre la base del acrecentamiento de salarios.
¿Qué aumentos, qué acrecentamiento de salarios, cuando la inflación galopante los devora inexorablemente? Veremos qué pasa en estos próximos días.
La educación
El peronismo incontaminado que ha gobernado tantos años, debe abrir los ojos a tiempo para contemplar los despojos dejados por el kirchnerismo, antes de ver sesgado su futuro, apostando a la producción y a la inversión para integrarse al proyecto republicano, como lo están haciendo convencidos peronistas conscientes.
La educación devastada por la falta de planes, la pandemia y la obtusa obstinación de un Baradel que más bien debiera no abrir las fauces del desagrado, enturbiando la pedagogía sana para transformarla en barricada sindical, (con perdón de los sindicatos honestos).
Se abrieron canchas de fútbol y negocios varios no esenciales, pero las escuelas siguieron anidando bajo la sombra del tenebroso Baradel. ¿Puede ser este personaje un maestro para las juventudes nacionales?
Argentina, bendito país en manos de gente irresponsable ha perdido su calidad educativa, a pesar de contar con maestros excepcionales que podrían sacar a la incultura de su cueva mafiosa. El gobierno parece no ver esta situación y pierde hermosas oportunidades convertidas en daños irreversibles que exhiben contundentemente la esencia del fracaso.
Este desconcierto en la gestión, no solamente se manifiesta en la educación, sino que, palmariamente lo hizo en la desastrosa tarea contra el Covid, pues en un principio fue buena, para fracasar posteriormente, ya que la imagen altamente positiva de sus inicios cayó estrepitosamente a niveles preocupantes.
¿El presidente dibujado subestima la inteligencia ciudadana cuando dice: “En Argentina no hay hambre”, sabiendo que los índices de pobreza treparon al 44% coexistiendo con un 60% de jóvenes sumidos en el barro por falta de trabajo y en condiciones paupérrimas?
Con la negociación de la deuda ocurrió el mismo desastre, pues el gobierno en un principio exhibiendo cualidades de macho hermoso terminó cediendo con el agregado de un mayor interés que, por otra parte, era cuestión ineludible. Esto no fue suficiente para calmar los mercados ni disipar la crisis cambiaria, como tampoco la suba del dólar ni el riesgo país.
¿Buscamos inversores con tamañas mentiras y con un cambio de reglas sin aviso previo? ¿Sin seguridad jurídica? Nadie en su sano juicio lo haría.
Otro fuerte desatino fueron las honras fúnebres de Diego Maradona, donde el desquicio y la falta de organización tuvieron evidentes pruebas. Quisieron imputar el mal manejo a Horacio Rodríguez Larreta, a quien hurtaron gran parte de la coparticipación que le correspondía, de acuerdo a lo que aporta.
En definitiva: le tienen miedo, pues su administración ordenada le ubica en uno de los probables candidatos presidenciales para las elecciones del 2023. Tienden a defenestrarlo como hicieron con Scioli, pues se saben irremisiblemente perdedores.
Ojalá así lo sea en esta oportunidad, como forma de fortalecer la Cámara de Diputados y dar un fuerte mentís a sus desmedidas ambiciones. El Senado a los pies de la jefa.
Para terminar, decimos: señor Presidente, ante el éxodo de cerebros y técnicos destacados, comentamos que gobernar es prever, y ya es tiempo que el pueblo joven aproveche las ventajas de su propia juventud para beneficio de la patria y la república. No más tampoco irreflexiones impulsivas que nos llevan a ese retroceso del caudillaje urbano
Fuente El Intransigente