Hacían entregas de droga en modalidad delivery, una modalidad que aumentó mucho durante la cuarentena. Cerca de nueve meses demoraron los investigadores en ubicar el lugar donde acondicionaban la cocaína y arrestar a los encargados de la distribución.
La organización era conocida como la banda de los santafesinos. Tenía su base de operaciones en la ciudad de San Lorenzo, a unos 30 kilómetros de Rosario, donde desde hace varios años hay una guerra sangrienta por el control del negocio narco.
Según fuentes judiciales, la investigación estuvo a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). En marzo pasado recibieron una denuncia anónima con información clasificada sobre una red de distribución a pocos kilómetros de Rosario. Sin embargo, no fue fácil dar con los responsables ni con el lugar donde salía la droga que comercializaban.
Con tareas de inteligencia y seguimiento, la PSA logró determinar la existencia de una estructura criminal que vendía droga en modalidad delivery e individualizar a tres de los supuestos miembros.
En el avance de la pesquisa, advirtieron que una mujer, que aparentemente participaba del negocio, estaba cumpliendo prisión domiciliaria.
En la causa anterior estaba sospechada de adulterar pruebas en un operativo que se realizó en el marco de la investigación que llevó a la cárcel al jefe de la Brigada Operativa Antinarcóticos VI de la Policía de Santa Fe, subcomisario Cristian Acosta, y el abogado Leandro Demicheli. Pese a que nuevamente aparece en medio de un procedimiento narco, la justicia dispuso que igual continúe con el beneficio.
Según las fuentes, el fiscal federal Claudio Kishimoto pidió cinco allanamientos para desarticular esta banda. Los operativos se llevaron a cabo en distintos domicilios del barrio Vila, donde los oficiales detuvieron a tres personas y secuestraron droga; dinero en efectivo; celulares y motos, entre otros elementos útiles para la causa judicial.
Además de la mujer fueron imputados dos hombres. En los objetivos allanados se incautaron de marihuana y cocaína acondicionada en 22 dosis listas para su venta; una balanza de precisión; 152.060 pesos; 401 dólares; dos motos; 12 teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos.
“En general estas redes criminales tienen características comunes: son de tipo familiar, homogéneamente de nacionalidad argentina; emplean viviendas particulares para la venta en zonas donde no hay presencia estatal -que se da de modo represivo o regulador del negocio ilícito-; tienen droga ya fraccionada, balanzas, eso demuestra que están aprestadas para la venta”, explicó el director nacional de la PSA, José Glinski.
En consonancia con los lineamientos de la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, de profundizar las investigaciones para prevenir y neutralizar el delito complejo, la PSA avanzó en las pesquisas hasta lograr los operativos.
Glinski enfatizó que la ciudad de “Rosario tiene casi el mismo nivel de comercialización de Buenos Aires pero sin un control unificado de las drogas”. “Nuestra hipótesis -amplio el jefe de la PSA- es que distintos segmentos de la policía local pujan por cuotas del mercado disputando el territorio; la regulación del negocio está atomizada y eso posibilita que haya más violencia. Por eso hay tantas armas. Después hay una cuestión geográfica: tiene puerto, hidrovía, un centro urbano importante que hace que una parte de la droga que pasa, quede y genere un mercado paralelo”.
Los detenidos quedaron incomunicados y a disposición del Juzgado Federal Nº 4 de Rosario, a cargo de Marcelo Bailaque.
LN