La tensión cambiaria se hizo lugar en la city porteña sobre el cierre de un complicado 2020, y el blue a $200 volvió a ubicarse en el horizonte.
La tensión cambiaria volvió ayer a la city porteña, donde un nerviosismo “casi” inesperado llevó al dólar blue de los $152 a los $159.
En ese contexto, la incertidumbre volvió a prevalecer. ¿Por qué se produjo el salto en la cotización? ¿Fue una suba aislada o es el comienzo de una larga tormenta en el frente cambiario?
“Las empresas tuvieron una fuerte necesidad de pesos a principios de mes. Ahora, esa plata llegó a la gente y el que está con el aguinaldo en el bolsillo, mucha gente, está yendo a comprar billetes”, comentó un operador de la City
La fuente, que destacó el intenso movimiento del miércoles, agregó: “Hace una semana no había nadie queriendo comprar. Pero hoy, con los pesos en la mano, el particular se va al dólar. No queda otra”.
En cuanto a lo que depara el futuro inmediato, el ánimo de la City indica que el dólar blue terminó su siesta.
“Creo que enero también va a ser un mes de demanda. No creo que aparezca una oferta que lleve el precio por debajo de los $150”, señaló un operador al sitio ‘iProfesional’.
En la medida que no se resuelvan los problemas económicos de fondo, “más temprano que tarde” la cotización de dólar paralelo o blue “va a pasar la barrera de los 200 pesos”, pronosticó el economista Esteban Domecq.
“Estamos en un período de estabilización cambiaria claramente temporal”, aseguró en declaraciones radiales, al tiempo que advirtió que más allá de cuestiones coyunturales “la suba del dólar tiene que ver con un problema macro, en una economía inflacionaria”.
En ese sentido, señaló que las variaciones de la cotización se dan en el marco de una “irregularidad en la que se exagera muchísimo tanto en las alzas como en las bajas, pero siempre en con una tendencia ascendente”. “En la medida que no se resuelvan los problemas de fondo, la tendencia va a ser siempre al alza y más tarde o más temprano el dólar va a pasar la barrera de los 200 pesos. Yo diría más temprano que tarde”, auguró.
Para Domecq, los últimos días, en los que el Banco Central pasó de una posición vendedora a compradora y las reservas internacionales abandonaron su declinación, “se dan en un marco en el que se están frenando las importaciones” y si bien “una brecha (entre las cotizaciones del dólar) del 70% es mejor que una del 120%, sigue siendo una brecha importante”.
El economista atribuyó esas diferencias entre blue, MEP, contado con liquidación y oficial a “este esquema de desdoblamiento múltiple que se impuso el año pasado, por el cual nadie sabe cuánto vale el dólar”.
De todos modos, advirtió que el aumento de las reservas “se da en cuentagotas” y que no ve “a pesar de estos días positivos, que se esté iniciando un proceso de acumulación de reservas sostenible”.
Luego de reconocer que “se terminó de hacer el ajuste externo y la cuenta corriente ya es superavitaria”, alertó sobre el déficit fiscal, “que este año va a ser el más abultado en 60 años y se financia en un 100% con emisión monetaria”. “La incógnita es qué pasara el año que viene”.
“Si siguen usando mucho la maquinita, eso esta economía no lo resiste”, aseguró, al tiempo que alertó sobre las consecuencias que eso podría tener en la inflación.
Al respecto, Domecq dijo que en 2020 “tuvimos una inflación con barbijo, reprimida, y a pesar de eso muy alta” y manifestó su preocupación por la “mezcla” entre “una inconsistencia económica y las necesidades políticas de un año electoral, en el marco de una coalición política compleja”.
Para 2021, Domecq trazó “dos escenarios en materia de inflación, dependiendo de lo que se logre en el frente cambiario”.
“El escenario optimista es del 45 al 50 por ciento”, señaló, al tiempo que precisó que “con congelamiento de tarifas y salarios nominales a la baja, vamos a terminar 2020 con 37%, pero con precios que corren al 15% y otros al 50%, 60% o más”, razón por la que “cuando se corrijan los precios relativos van a aparecer muchos aumentos que hoy están debajo de la alfombra”.
Domecq reconoció que “la visión pesimista es muy difícil de modelar, porque no podemos saber cuánto de este exceso de pesos se va a desarmar ni cuánto va a caer la demanda de dinero”, por lo que “sería muy imprudente decir un número, no tiene sentido”.
“Lo que va a importar es cómo volantean esta colisión que empezó en septiembre”, finalizó.
Fuente Urgente24