Algunos analistas repiten como un mantra que el problema de Argentina es que faltan dólares y sobran pesos. Para el economista Fausto Sportorno, ese enfoque es errado: “La cuestión de fondo es que no hay confianza en el peso, entonces se fugan los dólares, el ahorro”.
Según los cálculos privados, el monto de dólares que se requerirá en 2021 para cubrir las principales necesidades (deuda, importaciones, entre otros) rondaría entre US$ 66.000 y US$ 69.000 millones. A priori, la ecuación entre ingresos y egresos proyectados muestra que se lograría cubrir, aunque la cuenta luce “ajustada”, y contempla dos supuestos: que se cierre un acuerdo con el FMI para postergar los pagos de vencimientos de capital con el organismo, y que se mantenga el actual cepo cambiario. “No hay margen para abrirlo”, asegura Guido Lorenzo, de LCG.
Radiografía: dólares, deuda y pesos
Tras la reestructuración de la deuda, se despejó mucho el horizonte de pagos de vencimiento en 2021. “Los vencimientos de deuda pública con organismos internacionales son alrededor de 10.000 millones, de los cuales la mitad son con el FMI”, calcularon tanto Fernando Baer de Quantun Finanzas, como Lorenzo.
Del lado comercial, las importaciones demandarían entre US$ 49.000 y US$ 54.000 millones, según distintas estimaciones.
Asimismo, el egreso vía Formación de Activos Externos (FAE) –los dólares que compran los privados– exigiría entre US$ 3.600 y US$ 5.000 millones
Como se vislumbra un escenario favorable para las exportaciones por la suba en el precio de las commodites, en especial la soja, y en cantidades por la recuperación de la economía mundial esperada, la balanza comercial registraría un superávit de entre US$ 13.000 y US$ 15.000 millones.
“El flujo de los dólares comerciales permitiría pagar las amortizaciones de deuda”, afirman Baer, Lorenzo y Claudio Caprarulo, de Analytica.
A su vez, Juan Pablo Di Iorio, de ACM, trazó dos escenarios (ver infografía) para calcular los dólares necesarios en 2021. “Lo que difiere es la existencia de un escenario desfavorable en términos de un menor nivel de cosecha por una eventual sequía”, explica.
Los riesgos de la brecha cambiaria
No obstante, los analistas advierten que será un factor clave la brecha cambiaria, porque si se mantiene elevada, podría complicar el panorama, al desalentar la liquidación de exportaciones, y acelerar el pago de importaciones, como ocurrió en 2020.
“El superávit de bienes y servicios sería superior al egreso de divisas y Argentina tendría un superávit de cuenta corriente cercano a US$ 4.000 millones”, proyectó la consultora PxQ dirigida por Emmanuel Álvarez Agis, pero alertó que “para que ese superávit se traslade de la balanza de pagos (base devengado) al balance cambiario (base caja) es condición que la brecha cambiaria se achique, y que las expectativas de devaluación se reduzcan”.
El año que viene hay vencimientos por unos US$ 10 mil millones, la mitad con el FMI
Caprarulo sostuvo que “la pregunta respecto al saldo de la cuenta corriente es qué va a pasar con las importaciones, y ahí juega mucho la brecha, porque mientras haya incentivo a importar para bajar los costos de reposición que en el futuro puedan ser más altos, las empresas seguirán haciéndolo; más allá del ingreso efectivo de bienes, hay que mirar el mercado de cambios”. También Di Iorio juzgó que con una brecha del 80% “es difícil que efectivamente se traduzca el superávit comercial al mercado de cambio” y remarcó que “en los últimos meses, fue más alto el resultado superavitario que mide el Indec del que luego reflejó el mercado de cambios”.
En sintonía, Baer planteó que “la brecha limita el saldo comercial en términos de caja porque desincentiva al exportador a liquidar; no necesariamente el saldo positivo se transforma en disponibilidad de dólares”. En ese marco, especuló que con brecha alta “podría haber un faltante de dólares, y requerir otro tipo de financiamiento como un préstamo de organismos internacionales”.
En ese sentido, circulan versiones de que el Gobierno buscará conseguir US$ 5.000 millones en créditos del BID y Banco Mundial. Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, señaló que “el saldo comercial está tendiendo a disminuir por la brecha, y si se volvieran a abrir las fronteras, en general Argentina tiene déficit en la cuenta turismo, y ahí se podrían ir más dólares”. Prevé que habrá “un balance cambiario ajustado, la duda es si el gobierno conseguirá financiamiento extra como para que la situación no este tan pareja”.
Lorenzo coincidió en que “es clave” ese financiamiento adicional “porque está todo muy justo”, y cree que “en el caso de que alcancen las divisas para cubrir las necesidades, el gobierno va avanzar en un control más estricto de las importaciones, limitando cupos, etc”.
Para Spotorno, “el mecanismo para corregir el faltante o el sobrante de dólares es el precio, si no corregís el tipo de cambio, vas a estar batallando todo el tiempo contra la demanda de dólares”.