La partida de ajedrez entre el Gobierno y el campo, por la suspensión de exportaciones maiceras que motivó el anuncio de un paro de tres días, a partir del lunes próximo, sigue con pronóstico indescifrable.
Aunque el ministro de Agricultura, Luis Basterra, se manifestó satisfecho con la garantía de abastecimiento del cereal en el mercado interno, que le presentó el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) el jueves a la tarde, más de 24 horas después la eventual rectificación de la medida oficial seguía en análisis. Y el cese de comercialización de granos previsto, vigente.
Todo indica que el problema ya no es lo productivo- económico: ni los volúmenes ni los precios, sino la política. Y en relación a ello, la dificultad del Gobierno para mostrarse rectificando una medida que perdió el argumento de cuidar “la mesa de los argentinos”.
De hecho, nadie desmintió lo que expusieron los privados: hay en stock no sólo 4 millones de toneladas de maíz, que con el cepo se buscó garantizar hasta marzo, sino más del doble. E incluso se ofrecieron acuerdos entre agricultores y productores de carnes, huevos y leches para que no falte el cereal.
Silencio oficial
Ninguno de los funcionarios involucrados con el tema hizo declaraciones pese a las solicitudes periodísticas para entender los motivos del mantenimiento de la medida.
Incluso los más negociadores del campo por estas horas, tanto los referentes del CAA como los de Coninagro, no entendían avanzadas las horas del viernes por qué no había una rectificación oficial.
Incluso desde la entidad de la mesa de enlace que no se plegó al paro, este viernes le pidieron a Basterra que revise la suspensión de exportaciones en forma urgente, tras haberse comprobado que no hay inconvenientes en el abastecimiento. En ese mensaje al ministro, desde Coninagro ratificaron que no están de acuerdo con “medidas que no alientan el trabajo y el crecimiento del productor”. Y le recordaron que no se adhirieron al paro por apostar al diálogo.
Pero el paso de las horas, justamente, demuestra que no hay diálogo conducente sin hechos concretos.
Mientras todo el campo, halcones y palomas, sigue tratando de entender por qué el Gobierno mantiene la medida anunciada el 30 de diciembre, un mensaje del dirigente social Juan Grabois en redes sociales alumbra cuál podría ser el punto de vista en las altas esferas del oficialismo.
Si no se puede sostener una tibia medida de regulación del comercio exterior, hay que entregarle la llave del ministerio a Etchevehere y que gobiernen los estancieros. Por el contrario, se debería controlar el alevoso contrabando de granos.
— Juan Grabois (@JuanGrabois) January 8, 2021
“Si no se puede sostener una tibia medida de regulación del comercio exterior, hay que entregarle la llave del ministerio a Etchevehere y que gobiernen los estancieros. Por el contrario, se debería controlar el alevoso contrabando de granos”, disparó el ministro sin cartera.
Y luego agregó: “No hay desarrollo humano posible con una Argentina despoblada que organiza su producción para satisfacer las necesidades de países poderosos y la ambición de unos pocos. Así no podremos garantizar la mesa del pueblo ni proyectar su futuro”.
Hay que reconocerle a Grabois que logra poner como eje la sostenida inquietud de Cristina Kirchner por “el mercado interno”. Y en ese camino alinea al Presidente Alberto Fernández, dejando en segundo plano sus declamados objetivos de mantener dinámico al principal sector aportante de alimentos y dólares.
Se cree que, en función de una picardía política polémica, el Gobierno podría levantar la medida poco antes del comienzo del paro, el lunes próximo a las 0 hs, de manera que los que aparezcan retrocediendo sean los ruralistas. O bien sostener la medida para que el campo quede como “insensible frente a la crisis”. Así, aunque no se gane la opinión pública generalizada, dejaría contento a sus partidarios.
La postura de la Mesa de Enlace
En la Comisión de Enlace acordaron que recién después de una retractación pública del Gobierno evaluarán el levantamiento del paro.
Con todo, hay productores que consideran que la suspensión de exportaciones al maíz es la gota que rebalsó el vaso y creen que ya no hay margen para desactivar la protesta. En Pergamino, Jesús María y este viernes en el cruce de las rutas AO12 y la ruta 34, en las proximidades de Rosario, varios productores pidieron sostener el paro aunque se levante la suspensión de exportaciones.
En ese sentido, los dirigentes nacionales piden mesura para no quedar como “los malos de la película” frente a la sociedad. Pero a su vez entienden que si no hay soluciones a la vista y el Gobierno sigue provocando la gente va a responder pidiendo lógicamente un endurecimiento”.