Park, hija del dictador militar Park Chung Hee, fue sentenciada en 2018 a 24 años de prisión al ser declarada culpable de 16 de los 18 cargos de corrupción que se le imputaba
n y a pagar una multa de 18.000 millones de wones (13,4 millones de euros) por todas los abusos en los que incurrió durante su mandato.
El pasado mes de mayo, la Fiscalía surcoreana pidió una pena de 35 años de prisión para Park y una multa de 30.000 millones de wones (22 millones de euros) y otra de 200 millones de wones (150.000 euros) por los cargos de soborno.
Sin embargo, finalmente la pena se ha visto reducida después de que el Supremo, confirmando así la sentencia de agosto de 2019, haya exculpado parcialmente a Park de las acusaciones de abuso de poder y extorsión, informa la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
Entre otros cargos, Park fue declarada culpable de abuso de poder por obligar a varias empresas, como Samsung y Lotte, a destinar a donar 77.400 millones de wones (57,9 millones de euros) a dos fundaciones controladas por una íntima amiga, Choi Soon Sil; así como de haber recibido sobornos por valor de 3.500 millones de wones (2,6 millones de dólares) entre mayo de 2013 y septiembre de 2016.
Park, de 68 años, ha sido mantenida bajo arresto desde que fue destituida como mandataria en marzo de 2017.