En un desfile organizado por su líder Kim Jong-un, Corea del Norte presentó un nuevo armamento militar submarino y lo exhibió en las calles de Pyongyang. Un semana después de la foto donde se veía al líder norcoreano vestido de militar y con un rifle en su escritorio, las especulaciones apuntan a un gesto político para “marcar la cancha” antes de la asunción de Joe Biden como Presidente de Estados Unidos.
“El arma más poderosa del mundo, el misil balístico de lanzamiento submarino, entró en la plaza uno tras otro, demostrando poderosamente el poder de las fuerzas armadas revolucionarias”, fueron las palabras que usó la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte para describir el nuevo misil. En las fotografías se observan grandes camiones cargando al menos cuatro misiles blancos y negros.
Mientras Kim saludaba desde los palcos a las fuerzas de infantería, tanques y artillería, el público presente agitaba las banderas azules y rojas. El líder del Partido del Trabajo vestía una campera de abrigo de cuero, con guantes negros y un sombrero de piel. Sonreía y saludaba.
La semana pasada, en el VIII Congreso del Partido de los Trabajadores, Kim había confesado que su gobierno no había cumplido con los objetivos económicos establecidos, lo cual había sido un fracaso.
Esto marca las posiciones políticas de Kim porque le habla a su país y a Estados Unidos. Política para adentro y para afuera. En el Congreso, Corea del Norte planeo los próximos 5 años de gestión, un plan quinquenal donde traza sus objetivos. Además, se esperaba que Kim diera indicios de su posición internacional.
El líder hace un 2×1: cumple con su palabra de reforzar la defensa del país y se muestra fuerte y belicoso frente a Estados Unidos. En el país occidental todavía resuenan las noticias sobre el Capitolio, que derivaron en el segundo impeachment a Donald Trump. Los problemas domésticos son más graves.
Corea del Norte está con sus fronteras cerradas desde enero del 2020. A eso se le suman las sanciones que el país recibió por parte de la Unión Europea y Estados Unidos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), también se manifestó con restricciones. Las pruebas nucleares, que habían comenzado con Kim Jong il en 2006, fueron los argumentos de las sanciones que recibió el país. Ante esto, la respuesta de Kim hijo es mostrar el músculo militar.
Más allá de los gestos, todavía no hay certeza sobre la relación bilateral que puedan tener Kim y Joe Biden. Con Donald Trump, el líder norcoreano se había amenazado de guerra. Además, el norteamericano fue inflexible con los bloqueos. El 20 de enero asume Biden y con él, el plan de política internacional que va a llevar a cabo. Mientras tanto, Kim demuestra que desarmarse es una opción que Corea del Norte no tiene en el horizonte.
Fuente Perfil