El cineasta rosarino Gustavo Postiglione, que este jueves presentará “Simulacro”, una innovadora apuesta de “cine en vivo” que se podrá ver desde las 21 por Octubre TV en el mismo momento en que se está filmando, señaló que su objetivo es apostar contra “el consumo audiovisual pre-formateado en un modo único de producir, narrar y consumir”.
“El cine se volvió un objeto de consumo de las redes sociales más que de las salas, donde hacés zapping para ver películas en cualquier plataforma y muchas veces no encontrás diferencias: pareciera que hay una única forma, más o menos predeterminada, de hacer las cosas”, dijo a Télam Gustavo Postiglione, director de filmes como “El asadito”, “El cumple” y “La peli”.
De esa premisa y antes de la pandemia nació “Simulacro”: “Surgió como una idea de un laboratorio de cine en vivo en el Complejo Cultural Atlas de la ciudad de Rosario donde doy talleres. Teníamos la idea de generar una producción diferente a la que estábamos acostumbrados”, resaltó.
Ya que las salas de cine permanecen cerradas por la pandemia, además de transmitirse en vivo por Octubre TV, la película se proyectará en el mismo momento en el que se está haciendo en una pantalla ubicada en la puerta del Complejo Cultural Atlas (desde donde se emite) en Mitre 645, de esa ciudad santafesina.
“Hacer cine en vivo no tiene antecedentes en el país, al menos como lo planteamos nosotros. “Simulacro” será el primer largometraje de cine en vivo realizado en Argentina y uno de las pocos en el mundo…””
La de “Simulacro” es la historia de una actriz y un director de teatro que se encuentran ensayando una re-versión de una película con la que el director quedó impactado a principio de los ’80. Pero la obra que ensayan pasa de ser una adaptación argentina de “París Texas” hasta convertirse en un filme de espías con James Bond y una agente de la KGB como protagonistas.
“Los protagonistas creen que ya no hay nada nuevo para contar o al menos dudan acerca de eso. Pero a su vez el filme en su formato de cine en vivo es una respuesta a los cuestionamientos de los personajes”, explicó el realizador a Télam acerca de la propuesta encarnada por Gustavo Guirado, Lara Todeschini y Claudia Schujman.
-Gustavo, ¿cómo definís el cine en vivo?
-La película se filma en el mismo momento en el que se emite. Esto significa que todo lo que uno hace cuando se terminó de rodar (edición, musicalización, corrección de color y luces, títulos y postproduccion) y lo que sucede mientras tanto (actores que repiten la toma hasta que queda como tiene que quedar) no sucede o sucede simultáneamente. Yo hice “El Asadito” (2000) en 24 horas pero había tiempos entre toma y toma, podía elegir con qué me quedaba y con qué no. En este caso todo confluye en un mismo momento y eso significa un gran riesgo. Lo que tiene de interesante es que el error forma parte de la propuesta: si algo falla el espectador lo puede ver como algo real o ficcional, no sabemos.
¿Te inspiraste en algún antecedente?
-Hacer cine en vivo no tiene antecedentes en el país, al menos como lo planteamos nosotros. “Simulacro” será el primer largometraje de cine en vivo realizado en Argentina y una de las pocas en el mundo salvando las experiencias de Francis Ford Coppola en universidades de Estados Unidos con su proyecto experimental “Distant Vision” o el film” “Lost in London”, de Woody Harrelson. Después no encontré mucho más, hoy el streaming suma algo novedoso porque cuando se planteó esto no existía esa modalidad para poder verlo.
-¿Qué te resultaba atractivo de ese salto al vacío?
Siempre me gustó buscar desafíos que me incomoden, riesgos que impliquen la posibilidad de equivocarme o hacer las cosas como no se deberían hacer. Eso me entusiasma siempre. En este caso, me interesó ir en contra de la imposición de formato dentro de lo narrativo y el consumo a partir de determinado tipo de lenguaje que uno acepta como previamente como el único.
-Ir contra la corriente…
-Sí, pero no por capricho ni por querer distinguirme, si no porque creo en una cuestión cultural más profunda. Cuando producimos en un tiempo, espacio, geografía y somos parte de un territorio que uno trata de buscarle identidad, lo que uno dice o narra tiene que ver con eso. Lo que trato de buscar es que esa especie de identidad propia que tiene que ver con mi ciudad, mi territorio, lo que yo conozco, aparezca de alguna manera en todo: la manera de actuar de los actores, la historia, la manera de contar. Es como hablar de la soberanía audiovisual.
-En un año donde el cruce de disciplinas se intensificó por la pandemia, ¿qué diferencia el cine en vivo del teatro por streaming?
-Esa es la pregunta (risas). Se filma con un criterio actoral similar al teatro porque el actor no corta, el aquí y ahora sucede y lo estás viendo mientras está sucediendo. En este caso además hay elementos teatrales en la propuesta porque sucede en una sala de teatro entre un director de teatro, una actriz y otro personaje medio fantasmal, pero el criterio de abordaje es netamente cinematográfico. Lo que le da forma de película son cuestiones de lenguaje relacionadas al encuadre, la fotografía, el sonido, porque la película se va a mezclar en vivo, con una banda en vivo y el iluminador hará lo propio en vivo también.
-¿Cómo será el recorrido de la película una vez terminada la función?
-Hasta ahora definimos que la película se filma y se ve el 4 de febrero, que es el día de la transmisión en vivo. Después no definimos qué hacer con eso: si dejarla en la plataforma para que se vea como una película más o hacer otra función o que no se vea más y que sea algo efímero, que también es una posibilidad.