La falta de liderazgo, la indefinición electoral de María Eugenia Vidal y la interna radical agitan las aguas de Juntos por el Cambio en la provincia, el principal bastión del kirchnerismo. A cinco meses del cierre de listas, el tablero de la coalición opositora en el distrito más poblado del país se presenta desordenado, con movimientos autónomos y sin una estrategia unificada.
Frente a las dudas de Vidal de volver a competir en la provincia, varios referentes del espacio, como Diego Santilli, Elisa Carrió, Jorge Macri o Cristian Ritondo, y el díscolo Emilio Monzó caminan el terruño bonaerense con el objetivo de pelear por la sucesión de Axel Kicillof.
Pese a la creciente presión interna para que defina si será o no candidata a diputada en la provincia, factor clave para alinear la tropa opositora, Vidal medita sus próximos pasos sin premura. “La veo genuinamente indecisa, no está especulando”, cuenta un alfil de Pro que la visitó hace poco.
Mientras algunos dirigentes esperan tener novedades para marzo, Vidal no envía señales concretas. Prepara el lanzamiento de su libro y encabezará el domingo próximo la misión de la OEA para observar las elecciones en El Salvador. Es más, uno de sus armadores pronostica que tomará una decisión al filo del cierre de listas. “Si sirve para fortalecer un proyecto colectivo, va a jugar en la provincia. Pero pateamos la pelota para adelante”, remarca.
Desde que retomó la actividad política tras la derrota de 2019, Vidal oscila entre regresar a la Ciudad o con volver a dar batalla por la provincia, donde sigue siendo la espada de la oposición más competitiva. Quienes la conocen dejan entrever que no la entusiasma ocupar una banca en la Cámara de Diputados.
Otro colaborador suyo no descarta ninguna opción para el año electoral. “Ella puede jugar en provincia, en la Ciudad o no competir y empujar a los candidatos en la campaña. Esta vez, va a definir lo mejor para su futuro”, aventura. En el larretismo, en cambio, dan por hecho que entrará en la contienda en alguno de los dos distritos. ¿Y en 2023? Ir por la jefatura porteña o por la Casa Rosada, coinciden quienes la frecuentan, asoman como sus preferencias.
Las presiones para que Vidal anuncie su decisión responden a que su postulación ordenaría el rompecabezas del espacio: postergaría la interna, facilitaría un acuerdo con la “pata peronista” y permitiría sumar a dirigentes como Margarita Stolbizer (GEN). Por eso, los intendentes de Pro -y sus escuderos- aguardan con ansias una definición. “Ninguno se quiere inmolar”, replican cerca de Vidal. Es que dejar un cargo ejecutivo y competir en la provincia, bastión del cristinismo, representa una apuesta de riesgo para cualquier opositor.
Diego Santilli
Bendecido por Larreta, quien delega la estrategia bonaerense en Vidal, el vicejefe de gobierno camina desde hace meses la provincia. Allí encontró un nuevo desafío político, después de que resignara la chance de ir por la Ciudad en 2023, su histórico anhelo.
Días atrás, Santilli volvió a cruzar la Avenida General Paz para participar de un acto en Lomas de Zamora, en la tercera sección electoral, donde Pro busca fortalecer su armado.
Las incursiones de Santilli en Buenos Aires inquietan, sobre todo, al intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien desea ir por la gobernación y es reticente a que le impongan candidatos desde la Capital. El vice de Larreta relativiza el malestar del jefe municipal y se muestra confiado por los números que arrojan las encuestas que analizan en la Ciudad.
Frente a la indefinición de Vidal, dicen en Pro, Santilli podría encabezar la lista en la provincia, una opción que al vicejefe de gobierno no lo seduce. Es difícil que ocurra, pero en el macrismo nadie descarta que Larreta pueda usar esa carta, en caso de que Vidal decida no jugar. “Yo voy a estar donde mi espacio lo necesite”, dice Santilli.
Elisa Carrió
La líder de la CC también tiene su proyecto bonaerense. Fiel a su estilo disruptivo, anunció en diciembre su intención de ser candidata a diputada en la provincia. Y, días atrás, anticipó que no descarta ir por la gobernación. Otra vez en carrera tras su retiro del Congreso, Lilita pretende blindar la unidad de la coalición opositora y quiere jugar en Buenos Aires porque será el escenario principal de la batalla con el kirchnerismo por el poder.
En contacto permanente con Vidal, Lilita se ofrece a encabezar la lista de diputados para salvaguardar la figura de la exgobernadora o de otras espadas del espacio de una posible derrota frente al cristinismo. “Si María Eugenia no juega, yo voy primera”, les dijo a Jorge Macri y al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, en su chacra de Exaltación de la Cruz. La apuesta de Carrió podría generar una disputa con el sector de Monzó. “También hay que ver cómo termina la interna de la UCR. Eso puede complicar”, avisa un cacique de Pro.
Jorge Macri
Con la mira en el sillón de Kicillof, el intendente de Vicente López juega fuerte en la interna bonaerense de Juntos por el Cambio. Al frente del Grupo Dorrego, que integran Grindetti (Lanús), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Julio Garro (La Plata), Jorge Macri, primo del expresidente, es el principal abanderado de la resistencia a las incursiones de porteños en la provincia. Sus pares lo acompañan en su cruzada, pero con menor ímpetu. Ellos también tienen aspiraciones, pero son más “pragmáticos” y por ahora pretenden influir, sobre todo, en el armado de las listas seccionales.
Como Santilli, Jorge Macri vocifera que quiere pelear por la gobernación en 2023. Sus pares no descartan que pueda jugar este año como candidato a diputado nacional: “Podría ir, pero habrá que ver su reacción si viene ‘el Colo’. En ese caso, Jorge podría patalear un poco y pedir una interna“, aventura dirigente de Pro.
En Vicente López ponen condiciones: Jorge Macri solo aceptaría competir en las legislativas si Pro le garantiza que será ungido en 2023. “Es el dirigente que más mide. Si el espacio necesita que participe, lo va a hacer”, especulan en el entorno del intendente.
Cristian Ritondo
Hace unos meses el jefe de bloque de Pro en Diputados, Cristian Ritondo, se sumó al pelotón de opositores que recorren la provincia con el objetivo de ir por la gobernación. De extracción peronista -como Santilli- Ritondo cuenta con el aval de la sociedad Larreta-Vidal para caminar el vasto territorio bonaerense. De estrecho vínculo con la exgobernadora, el diputado se muestra pragmático: “Ya hablaron con Jorge y Diego que en 2023 irá el que llegue mejor”, aseguran cerca de Ritondo. Su futuro, coinciden en Pro, estará estrechamente ligado a la definición que tome Vidal.
Emilio Monzó
A pesar de sus profundas diferencias con el macrismo duro, Monzó aspira a competir como candidato a diputado en las próximas legislativas, bajo el paraguas de Juntos por el Cambio -con o sin interna-. Desde hace meses teje un armado propio en el distrito junto con Sebastián García de Luca, su jefe de campaña, y Nicolás Massot, su mano derecha -que aspira a ser intendente de Tigre, capital del massismo-.
A más de un año de su lanzamiento en Florencio Varela, Monzó se anota en la carrera por la gobernación. “Somos un espacio con amplitud y moderación”, repiten los armadores del extitular de la Cámara de Diputados, quien dialoga con otros peronistas ligados a JxC, como Joaquín de la Torre.
En sintonía con Larreta, Vidal -recompusieron el vínculo tras la ruptura de 2019- y Martín Lousteau, el exarmador de Macri aguarda definiciones en el espacio. “Si no va Vidal y encabeza Carrió, vamos a presentar una lista propia. No contemplamos que no nos den la PASO porque Juntos por el Cambio va a querer ganar”, advierten.
Monzó no es el único que buscará atraer peronistas a JxC en la provincia. Allí también tiene su emprendimiento Miguel Ángel Pichetto, ladero de Mauricio Macri.
Martín Lousteau
Lousteau se mueve en el tablero bonaerense, pero con otros intereses. El senador nacional, que desea heredar la Ciudad en 2023, pero no oculta su proyecto presidencial, trabaja en tándem con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, rival de Maximiliano Abad en la interna por la jefatura del radicalismo bonaerense. Un triunfo en esa batalla, aventura un armador de Lousteau, podría ser el trampolín para ir por la conducción de la UCR nacional. Ese sector -que lidera en las sombras Enrique “Coti” Nosiglia– quiere que el partido tenga mayor protagonismo en JxC y construya un candidato a presidente para 2023.