A Débora Fernández la ejecutaron con ferocidad. Se presentaron en la casa de su madre, en la zona oeste de Rosario, la llamaron por su nombre y cuando salió a atender le dispararon en el pecho. No hubo intento de robo ni una discusión. A la mujer, de 30 años y madre de un chico de 8, la ejecutaron por venganza.
Fue el eslabón final de un oscuro episodio por el que ahora condenaron a 18 años de prisión a uno de los hijos de Máximo “Viejo” Cantero, el líder de un clan familiar que durante años comandó la temible banda narco Los Monos.
La Justicia falló el jueves contra Alexis “Tartita” Schneider, de 21 años, el encargado de cometer el crimen. La pena de 18 años fue acordada en un juicio abreviado, aceptada por la defensa y convalidada por la familia de la víctima.
El asesinato se produjo el 17 de marzo del año pasado. Schneider se bajó de un automóvil Gol Trend y llamó a la víctima. Cuando ella se presentó recibió dos impactos de bala en el pecho. Intentó refugiarse en la casa, pero ya era tarde. Aunque el asesino falló los otros cinco disparos, las heridas que sufrió provocaron que falleciera minutos más tarde en un hospital.
El crimen, de acuerdo a la investigación judicial, tuvo relación con una disputa ajena a Fernández y ocurrida en el penal de Piñero un día antes del homicidio.
En ese lugar, durante uno de los recreos en el Pabellón 7, hubo una pelea en la que participaron el hermano de la mujer y otro hijo de “Viejo” Cantero.
La disputa en el centro carcelario enfrentó a Darío “Casquito” Fernández, hermano de la chica, y a Ariel Maximiliano “Chanchón” Cantero -comparte el mismo nombre que “Guille”, uno de los líderes de Los Monos-, hijo del “Viejo”.
Para los investigadores esa pelea derivó en un pedido que “Chanchón” le hizo a “Tartita” Schneider para que ejecutara a la hermana de su rival. “Casquito” no es un desconocido para los Cantero: trabajaba como soldadito de la banda narco criminal y cumple condena por un homicidio.
“Tartita” ejecutó al día siguiente el pedido de su hermano y asesinó a la chica. El ahora condenado estaba señalado en distintas investigaciones como uno de los encargados de manejar bunkers para la venta de drogas en la zona sur de Rosario.
Su hermano “Chanchón” está detenido y fue condenado por el crimen del policía Cristian Ibarra, ocurrido en julio de 2019.
Ibarra fue ejecutado de seis disparos en la cabeza, dentro de su automóvil. Por ese crimen, ligado con una trama narco en la que también estaba implicado el policía, “Chanchón” fue condenado a 14 años de prisión.
Para matar al policía contó con un cómplice: Otniel Almonte De León, ciudadano dominicano señalado como sicario en distintas investigaciones e imputado en una de las causas más resonantes de los últimos tiempos: la que se inició con el homicidio de un apostador en el casino de Rosario, continuó con la detención de dos fiscales por corrupción y salpica al senador santafesino Armando Traferri.
Rosario. Corresponsalía.
GL
Fuente Clarin