Con una foto ante el imponente altar de la basílica de Luján, la exdiputada Elisa Carrió vistió un tuit en el que se describió “rezando por la salvación de la Argentina”.
Lo cierto es que Carrió se tomó la pausa para ir hasta Luján desde Exaltación de la Cruz, donde reside. Oró, vestida de negro y se sacó la foto con el obligatorio barbijo requerido para el ingreso a la catedral.
Desde su entorno descartaron que la líder de la Coalición Cívica tuviera algún tipo de encuentro político en marcha por la zona, que le haya permitido combinar su devoción religiosa con su trabajo político: Carrió es una fervorosa creyente católica y respeta la Cuaresma, el período previo a la celebración de la Pascua, por lo que su agenda está alejada de la coyuntura. Al menos, desde esa frase en estas horas.
Porque en la mañana del jueves, Carrió había recurrido a la misma red social para declamar “vergüenza ajena y asco moral” por los que andan “subvirtiendo la Constitución o pactando en secreto”, en referencia a informaciones publicadas sobre acuerdos de oficialistas y opositores en el Consejo de la Magistratura. “Ni la Argentina ni la República se salva, parece todo orquestado para el desastre moral y económico de la Nación”, remató la exdiputada y fundadora original del espacio que se llamó Cambiemos.
Y luego de la exposición judicial de Cristina Kirchner vía Zoom, Carrió le había dedicado durísimas consideraciones: “Está tan desestabilizada que ya dice estupideces”, le propinó.
El martes, Carrió había criticado con el rigor de su caracter a Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Oscar Parrilli por “subvertir el orden institucional”, a raíz de la creación de la polémica comisión bicameral que controlará jueces, mentada por el senador ultrakirchnerista y avalada por las palabras presidenciales previas.
Pero también, la aliada germinal de Mauricio Macri en Juntos por el Cambio había advertido a los propios: “Estamos yendo a la Argentina de los extremos. Ampliar la grieta hoy es suicida. Nosotros vamos a trabajar para únión de los argentinos en un marco republicano. No vamos a ser funcionales al planteo extremo de Cristina Kirchner, contestándole con otro extremo. Todavía podemos no ser Venezuela. Se necesita inteligencia, no confrontación”, escribió.
Y aseguró que “hay un 70% de argentinos que están hartos de la confrontación, de la grieta y de la falta de justicia para los corruptos“.
Por la cuaresma, Carrió había solicitado sin éxito que en 2019 se retrasara el debate por la legalización del aborto, lo que, además de no ser considerado, le valió críticas. En su carrera política ha sido habitual que en períodos de introspección religiosa y fechas relevantes para el calendario católico, la líder opositora se llame a silencio o baje al mínimo su exposición mediática en pos de la tradición de sus creencias.
“Es tiempo de volver a Dios”, escribió Carrió, en ese sentido y como epígrafe de su foto en Twitter
DS
Fuente Clarin