Siria, un conflicto que lleva diez años.
Durante los diez años de la guerra en Siria, el ajedrez político y militar, compuesto de varios países y grupos con intereses opuestos, ha cambiado en más de una ocasión. Los siguientes son los principales actores del conflicto sirio, que en una década causó la muerte de más de 500.000 personas, según Naciones Unidas.
GOBIERNO SIRIO
Tras el estallido de la denominada primavera árabe en 2011, el presidente sirio, Bashar al Assad, reprimió con el Ejército las manifestaciones pacíficas contra su Gobierno y provocó varias víctimas mortales. La violencia se extendió pronto por todo el país y desató una guerra civil entre el Gobierno y los rebeldes. Gracias al apoyo de Rusia e Irán, países que ayudaron a Al Assad con recursos y armamento, el Ejército sirio controla en la actualidad la mayor parte del territorio.
REBELDES SIRIOS
Los rebeldes sirios están compuestos por grupos muy diferentes, desde moderados y exsoldados del Ejército hasta grupos islamistas radicales. Al inicio del conflicto, se calcula que había unos 1.000 grupos diferentes con unos 100.000 combatientes, pero el número se ha visto reducido con los años. La última zona importante bajo su control es la norteña provincia de Idleb, dominada por la rama siria de la red Al Qaeda. Otra facción rebelde importante es el llamado Ejército Libre Sirio (ELS), formado por exmilitares sirios y apoyado por Turquía.
ESTADO ISLÁMICO
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) aprovechó el caos de la guerra en Siria para ocupar territorio y crear su ansiado califato. En 2014, el EI empezó a conquistar terreno en Irak y el norte de Siria y, en respuesta, el Ejército sirio, los rebeldes y las milicias kurdas empezaron a luchar contra su avance. A partir de 2015, el apoyo de las tropas de la coalición internacional liderada por EEUU a las milicias kurdas logró hacer frente a los yihadistas, a los que declararon como “derrotados territorialmente” en Siria en marzo de 2019. No obstante, meses más tarde, la ofensiva de Turquía y la retirada de Estados Unidos favoreció a un resurgimiento del grupo yihadista, que el pasado año incrementó sus ataques en el país.
KURDOS
Las Unidades de Protección Popular (YPG) son las milicias armadas del Partido de la Unión Democrática, rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de Turquía. Durante la guerra en Siria, las milicias kurdas aprovecharon la ofensiva de Al Assad contra los rebeldes para ganar terreno en su lucha contra el EI y fueron forjando su propia autofederación democrática, más conocida como Rojava, en el noreste del país. Los kurdos de Siria se unieron a otras minorías bajo una coalición denominada Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y, a partir de 2015, contaron con el apoyo de la coalición internacional EEUU para combatir al EI. Sin embargo, la retirada de tropas estadounidenses ordenada por el presidente Donald Trump en octubre de 2019 los dejó a merced de Turquía, que aprovechó la situación y empezó a bombardear la zona por considerar a las YPG como un “grupo terrorista” debido a sus vínculos con el PKK, que desde 1984 se enfrenta a Ankara en una guerra de guerrillas para obtener mayor autonomía. Esta ofensiva turca llevó a las FDS a acordar con Al Assad para contrarrestar “la agresión (turca) y liberar áreas a las que el Ejército turco ha entrado”. Pero el posterior acuerdo ente Ankara y Moscú para vigilar la zona fronteriza y expulsar a las milicias kurdas, los dejó nuevamente sin aliados.
RUSIA
Es el principal aliado del Gobierno sirio -su alianza militar se remonta a 1956-, al que ha respaldado con armamento y asesores militares desde el inicio del conflicto. No obstante, oficialmente, Rusia comenzó a intervenir directamente a partir de 2015, cuando el Parlamento ruso autorizó bombardeos aéreos para enfrentar al EI, aunque, según denunciaron otras potencias, también fueron atacados objetivos de los rebeldes islamistas, como el Frente al Nusra, apoyado por Turquía y Arabia Saudita. La implicación rusa permitió a las tropas sirias recuperar varias zonas clave, como la ciudad de Alepo y Ghouta Oriental, bastión opositor en la periferia de Damasco. En la actualidad, Rusia apoya al Ejército sirio para recuperar Idleb.
IRÁN Y HEZBOLLAH
Irán es el otro gran aliado de Al Assad, al que respaldó con el envío de miles de combatientes y consejeros militares, además de apoyo financiero. El interés iraní en el conflicto sirio está ligado a su seguridad geopolítica y su influencia en la región. Siria es el principal socio de Teherán en el mundo islámico y una victoria rebelde liderada por la mayoría musulmana sunnita del país podría suponer una alianza con Arabia Saudita, principal rival del régimen musulmán chiita iraní. Además, Irán mantiene a través de Siria su vínculo con la milicia chiita libanesa Hezbollah, que también es un aliado histórico del Gobierno sirio. Hezbollah ha ayudado a Al Assad en su guerra contra los rebeldes con dinero, armamento, combatientes y asesoramiento militar.
Según Naciones Unidas, 500 mil personas murieron en Siria durante el conflicto.
ESTADOS UNIDOS Y LA COALICIÓN INTERNACIONAL
Durante los primeros años del conflicto, Washington se limitó a emitir sanciones contra el Gobierno sirio y a dar entrenamiento y armamentos a los rebeldes no islamistas para frenar el avance del EI en Siria. Sin embargo, el fracaso de esta política, sumado a la intervención militar rusa y al avance del grupo yihadista en Siria y la multiplicación de sus atentados en el mundo, llevaron a EEUU a cambiar su postura. En 2015, el país pasó a liderar una coalición internacional, integrada por más de 60 países, para efectuar ataques aéreos contra objetivos del EI, a la vez que desplegó tropas en el terreno para apoyar a las milicias kurdas, las más efectivas en la lucha contra los yihadistas. En marzo de 2019, las milicias kurdas y la coalición internacional declararon la “derrota territorial” del EI en Siria. Siete meses más tarde, Trump decidió retirar sus tropas del país y acordó con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan la entrada de las fuerzas turcas en el noreste de Siria, lo que supuso el inicio de la ofensiva turca contra los kurdos, que se quedaron sin el respaldo de su principal aliado.
TURQUÍA
Desde el inicio de la guerra civil en Siria, Turquía apoyó la revuelta contra el Gobierno de Al Assad, con el financiamiento tanto del ELS como de rebeldes islamistas. La implicación del Gobierno turco es también alimentada por el conflicto que mantiene en su país con los kurdos, cuyo partido y socios considera “terroristas”, y su temor a la creación de un Estado kurdo en Siria, por lo que ha atacado con frecuencia posiciones del YPG en la frontera turco-siria.
ISRAEL
Aunque oficialmente se ha declarado neutral, Israel ha bombardeado en reiteradas ocasiones posiciones de Hezbollah y las fuerzas iraníes en Siria, cuya presencia en el suroeste del país considera una amenaza.
Fuente Telam