Por Carlos Galván
Sectores aliados del oficialismo ahora no acompañarán la Reforma Judicial ni el proyecto de Ministerio Público Fiscal.
La designación de Martín Soria encierra una paradoja. Llega al Ministerio de Justicia para reemplazar a Marcela Losardo, a quien desde el cristinismo cuestionaban por no esforzarse para lograr la aprobación en Diputados de dos leyes clave para el oficialismo, la del Ministerio Público Fiscal y la Reforma Judicial. Pero con su nombramiento la eventual sanción de ambas iniciativas quedó más lejos que nunca.
Los dos proyectos fueron aprobados el año pasado por el Senado, donde el bloque del Frente de Todos tienen una cómoda mayoría, y desde aquel momento se encuentran cajoneados en la Cámara de Diputados. El oficialismo hasta ahora no logró abrochar los votos que le faltan.
Es cierto que son pocos los que le faltan -el Frente de Todos suma 117 votos propios y precisa en total de 129 para sancionar ambas leyes-, pero este martes lo que quedó claro es que en vez de acercarse, con el nombramiento de Soria se alejó de ese número.
Diiputado nacional por Río Negro Luis Di Giácomo.
En un giro inesperado y que no parece haber sido calibrado de antemano por Alberto Fernández, su designación tensionó la relación de la Casa Rosada con el senador aliado Alberto Weretilneck, ex gobernador de Río Negro y rival político de Soria.
El ex mandatario provincial y su ex ministro de Gobierno, el actual diputado nacional Luis Di Giácomo, suelen acompañar al oficialismo en el Congreso.
Más allá de que lo calificó de “violento” e “improvisado”, Weretilneck lanzó este martes una advertencia: “Si el Presidente plantea una reforma judicial y el actor principal es una persona incapaz de mantener un diálogo y buscar consensos, me parece que no hay reforma judicial que pueda hacerse”.
En Diputados, con los votos tan ajustados, el kirchnerismo precisaba del apoyo de Di Giácomo para la aprobación de ambas leyes. Esa eventual ayuda, quedó ahora patente, no existirá.
Es más: cerca de Weretilneck, hombre fuerte del oficialismo rionegrino, aseguraron a Clarín que tampoco van a apoyar la reforma del Ministerio Público Fiscal. En ese caso hay un dato extra y clave: el autor original de esa iniciativa fue el propio ex gobernador.
“Ahora no vamos a acompañar la ley en Diputados. Lo concreto es que Soria, como ministro de Justicia, sería el encargado de instrumentar esas leyes. Y nosotros tenemos una posición híper crítica con él, no le tenemos ninguna confianza”, dijeron.
Más aun. El oficialismo tampoco va a poder contar con el acompañamiento de los cuatro diputados que se referencian en el gobernador cordobés Juan Schiaretti. “Ni locos votamos eso. Se trata de reformas para sacar con total consenso”, anticipó a Clarín Carlos Gutiérrez, jefe del bloque Córdoba Federal.
Desde el cristinismo en Diputados admitieron en la noche de este martes que la llegada del nuevo ministro trabará por completo el tratamiento de las dos leyes.
“Ya venía díficil por el año electoral, pero ahora directamente no salen”, apuntó una legisladora kirchnerista. Y agregó: “Soria podrá generar agenda, pero probablemente no consiga resultados institucionales”.
La designación de Soria, por otro lado, le permite a Weretilneck sacarse el ropaje de aliado del Gobierno.
Algo clave, en términos de táctica electoral. Su partido buscará ganar la banca de diputado que pondrá en juego este año Juntos por el Cambio en la provincia y, así, sumar un legislador más en la Cámara baja.
Fuente Clarin