La campaña que reabrió la discusión sobre las pruebas de laboratorio con animales.
La consigna no es nueva y las marcas lo saben. Por eso muchas comenzaron a aclarar en sus publicidades que “son cruelty free” y que sus productos no son probados en animales. Sin embargo fue un video de poco más de tres minutos el que reinstaló el tema hace unos días y convirtió el hashtag #saveralph en tendencia en las redes sociales.
El corto que inició el debate
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Save Ralph
El corto animado con la técnica de stop motion fue dirigido por Spencer Susser y reúne las voces de unos cuantos famosos: el director y actor neozelandés Taika Waititi y los actores Ricky Gervais, Zac Efron, Olivia Munn, Pom Klementieff, Tricia Helfer y Rodrigo Santoro. Se llama “Save Ralph” y simula ser un reportaje documental a un conejo cuya ocupación es ser sujeto de pruebas en un laboratorio que testea cosméticos.
El personaje no se cuestiona su oficio y relata, con cierta ironía, que lo heredó de sus padres y que tanto ellos como sus hermanos murieron haciendo su trabajo. Curiosamente, aunque cuenta que está ciego de un ojo y solo oye zumbidos, Ralph no se queja ni busca la denuncia. Incluso pide que borren la escena cuando uno de sus compañeros en el laboratorio pide que los realizadores del cortometraje los ayuden a liberarse.
Pero el efecto del corto promovido por la organización defensora de animales Humane Society International fue inmediato y reactualizó el debate. La reflexión final del personaje a la cámara se multiplicó en las redes y conmovió a los usuarios: “Solo me gustaría decirles a todos los que aún compran cosméticos probados en animales, como delineador de ojos, champú, crema de protección solar, prácticamente todos los productos que hay en tu baño… Bueno, sin ti y los países que permiten la experimentación con animales, me quedaría sin trabajo. Estaría en las calles. Bueno, no tanto en las calles, más bien en un campo, supongo. Ya sabes: como un conejo normal”.
Después de la difusión del video, las redes se llenaron de consignas contra la uso de animales para el testeo en laboratorio, enfocado especialmente en la industria dela cosmética. Aunque las consignas se multiplicaron especialmente en México y en Chile donde están en discusión varios proyectos de regulación de los experimentos en animales.
En las redes promovieron el consumo consciente de productos de cosmética.
La repercusión en la Argentina
En el país también el hashtag #saveRalph se impuso en las redes. Por eso varias “influencers” del sector del maquillaje y la cosmética salieron a hacer aclaraciones. “No tenia planeado hacer post pero fue increíble la cantidad de mensajes que me llegaron pidiendo recomendaciones de marcas Cruelty Free”, argumentó Daniela López, una productora de contenidos digitales que realiza reseñas de cuidado de piel y maquillaje bajo el nombre de “Dadatina” y tiene 450 mil seguidores en Instagram y Twitter.
Después de enlistar a las compañías argentinas y a las internacionales que venden sus productos en la Argentina que no realizan testeos en animales e invitar a los laboratorios que no lo hacen a contárselo a ella y a sus seguidores, Dadatina aclara que en el país, para que un producto para el cuidado de la piel o maquillaje se apruebe y pueda decir que es dermatológicamente testeado o hipoalergénico, tiene que haber sido probado. “Actualmente y de manera privada en el resto del mundo existe el testeo en pieles sintéticas. En universidades argentinas se está trabajando para su desarrollo, pero, por el momento, solo se prueba en animales o en personas”, apunta la especialista.
Luego explica que el testeo en animales tiene un costo más bajo por producto que el que se realiza en humanos voluntarios. “Confirmamos que los testeos Cruelty Free en Argentina valen un 800% más de lo que vale uno en animales. Con suerte, cuantos más consumidores exijan los sellos de libres de testeos en animales, más accesible se hará para marcas emergentes acceder a ellos”, aseguran en la empresa de cosméticos Pers, y precisan que incluso las materias primas con el sello “cruelty free” son más caras.
En mi clase vimos el cortometraje de “SaveRalph”
LLORO— Maca emo ♡’s nobody (@MacaOof) April 22, 2021
A través del tiempo he visto pasar campañas similares a esta, ojalá ahora sí tomemos conciencia e investiguemos más sobre los productos que consumimos y los daños colaterales que algunos de ellos provocan a los animales, plantas o al medio ambiente.#SaveRalph 🐰 pic.twitter.com/V98OoLwIwN
— Fer Brito (@FerBrito7) April 20, 2021
Por el lado de los usuarios, muchos compartieron su experiencia en las redes: “Siempre me fijo al comprar osméticos. Los envases de los que no están testeados en animales tienen el logo de un conejito”, apunta Belén Montivero, una licenciada en Turismo que participó e incluso coordinó varias campañas contra el maltrato animal. ” El problema son los champúes ya que los que usamos habitualmente siempre están probados en animales. Por eso los conejos se quedan ciegos. Parece ser que a pesar de su color rojo, los ojos de los conejos son bastante parecidos en cuanto a sensibilidad al de los humanos, entonces, si el ojo del conejo aguanta, va a aguantar el del humano. Por lo que sé hay cosméticos que también se prueban en gatos”, agrega y menciona que suele tener muy a mano la lista de firmas de cosmética que no practican la crueldad animal.
Después del video de #SaveRalph todos los make up y cuidados personales que he comprado tienen la etiqueta de cruelty free y me siento bien consumiendo algo que se que a la larga tendrá una repercusión positiva.
Los invito a hacerlo, el cambio empieza por uno mismo.
— belen⁷; enfocada en 📚 (@mytaersricxchet) April 19, 2021
Otra influencer del tema en las redes sociales, Sol Marcer apunta otro dato sobre el tema relacionado con la comercialización: “En Europa, Latinoamérica y los Estados Unidos hay marcas que no testean en animales sino en pieles sintéticas desde hace 30 años, pero para venderle a China, deben aceptar que al ingresar se haga el testeo en animales porque es un requisito para venderle a ese mercado. Entonces, la compra de esas líneas queda en la conciencia de los consumidores”.
Te juro que nos odio, somos la peor especie. Por favor utilicen productos sin testeo animal, es un crimen horrendo. Lo de la alimentación es un tema que tb se debe regularizar, con las industrias sobre todo. Si es posible, regulen el consumo animal tb porfa 🙏💔#SaveRalph https://t.co/YDmcgpTQYl
— Fernanda DL (@_Ferdl_) April 13, 2021
Aunque comenzó hace varios días, el tema continuará vigente ya que el 24 de abril, las organizaciones protectoras de animales celebran el Día del Animal de Laboratorio, instituido en 1979 por la Asociación Internacional contra los Experimentos Dolorosos en los Animales (IAAPEA) y apoyado por la ONU. Seguramente, este año muchas de las acciones tendrán la cara y el testimonio de Ralph, el conejo magullado.
Qué dice la legislación en nuestro país
Ninguna ley obstaculiza en la Argentina que se realicen ensayos con animales. Sancionada en 1954, la Ley Nacional Nº 14346 prohíbe actos que impliquen malos tratos o crueldad en animales. A la hora de detallarlos habla de vivisección o mutilación y de la experimentación “más allá de lo indispensable”, pero este último punto deja librado a la discrecionalidad la realización de pruebas de laboratorio.
En 2013 entró en vigencia la prohibición total de experimentación animal con fines cosméticos en la Unión Europea. Croacia, Israel, Nueva Zelanda y Noruega se sumaron a la iniciativa y el Congreso de San Pablo, Brasil, sancionó la ley N° 15.316, prohibiendo el testeo de cosméticos en animales.
En el Congreso de la Nación ingresó en 2015 un proyecto de ley de la senadora cordobesa María Magdalena Odarda (del Frente Progresista) que propone prohibir y penalizar el testeo en animales con fines cosmético. Dos años más tarde una la asociación animalista ALFA promovió una petición en la plataforma Change en el mismo sentido.
Entre los argumentos para pedir la prohibición en ALFA detalla que los procedimientos buscan probar la irritación dérmica, la sensibilización dérmica, la irritación ocular y la fototoxicidad y argumenta que “los animales no humanos tienen capacidad de sentir.” y que “difieren considerablemente de los humanos en cuanto a su anatomía, fisiología y metabolismo por lo que no existe garantía que puedan extrapolarse con éxito los resultados obtenidos”.
En la actualidad, la petición obtuvo más de 450 mil adhesiones. Muchas de ellas llegaron después de la difusión del video de Ralph.
Fuente Telam