Se cumple un nuevo aniversario de la muerte de Diego Armando Maradona (60) y como sucedió, sucede y sucederá cada día 25, el recuerdo siempre tendrá una foto, una frase, un video, algo suyo dando vueltas por ahí. Eso, respecto a lo emocional. Pero por otro carril corre un tema para nada menor, que algún día tendrá también su verdad: ¿la muerte del Diez se pudo haber evitado?
La causa en la que se investiga ese punto tendrá en estas horas una instancia clave: el informe final de la junta médica. El equipo de fiscales coordinado por el fiscal general de San Isidro John Broyad, e integrado por sus adjuntos Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra, busca determinar si, por negligencia en la atención, todos o algunos de los imputados fueron responsables del, por ahora, “homicidio culposo” del astro del fútbol.
Las conclusiones de los especialistas le dará a la fiscalía el mapa real de todo lo que referido a la salud de Diego se hizo. O se dejó de hacer. “Se espera que lunes o martes pasen el informe final de la junta. Luego, en unos días, se definirán las imputaciones y si la acusación sigue tal cual está o cambia”, cuenta a Clarín una fuente con acceso a la causa.
¿Puede cambiar la carátula? Actualmente se investiga a los siete imputados por “homicidio culposo”, pero de acuerdo a los aportes de la junta, y a la suma de otras pruebas que ya fueron incorporadas en el expediente, esa figura podría cambiar a “homicidio con dolo eventual”: cuando una persona tuvo que haberse representado que, al realizar una determinada acción, podría ocasionarle la muerte a alguien y, pese a prever ese posible resultado, continuó con su accionar y no hizo nada para evitarlo.
El juez de Garantías N° 2 de San Isidro, Orlando Díaz, está a cargo del caso. El lunes 8 de marzo, en la delegación de la Policía Científica, de la Policía Bonaerense, en La Plata, comenzó a debatir la junta médica interdisciplinaria que deberá contestar 24 puntos requeridos por los investigadores del hecho.
Leopoldo Luciano Luque (39), neurocirujano.
Luque y Maradona, tras la operación en la cabeza. La subió a Instagram el neurocirujano, lo que provocó la bronca de la familia del astro.
En la investigación surge que coordinaba la internación domiciliaria de Diego, que tenía importantes falencias. Fue quien operó a Maradona el 3 de noviembre en la Clínica Olivos, de Vicente López, por el hematoma subdural que le detectaron al “Diez” el mismo día en una clínica de La Plata.
En las redes sociales, se reconocía a cargo de su salud, aunque lo negó en la Justicia. Firmó la externación de Maradona el 11 de noviembre. El domingo 29 de noviembre allanaron su casa y su consultorio.
En un escrito, su abogado Julio Rivas señaló: “Nuestro asistido nunca puso en peligro la vida o la salud de su amigo y paciente”, “las propias hijas y medicina prepaga le colocaron un clínico para que lo revisara”, “nadie pudo imaginarse ni representarse que su corazón repentinamente fallara”, “Diego Maradona decidía por sí solo” y “Maradona nunca fue abandonado por Leopoldo Luque”.
También quedó complicado por una serie de audios y mensajes que se difundieron, donde queda en claro las fallas en los cuidados del paciente por su acceso al alcohol, las pastillas y hasta la marihuana en los meses previos a su muerte. Y no sólo fue notificado que es investigado por posible “homicidio culposo” -prevé prisión de 1 a 5 años- , sino también por “uso de documento privado adulterado”, cuando se probó que falsificó la firma del Diez para solicitar su historia clínica a un sanatorio privado.
Agustina Cosachov (36), psiquiatra.
Agustina Cosachov, psiquiatra de Maradona, ingresando al velorio en Casa Rosada. Foto: Federico López Claro.
El 1° de diciembre allanaron su casa y su consultorio. Ella y eran quienes reportaban periódicamente las novedades de la salud del astro a su familia. Su abogado es Vadim Mischanchuk, especialista en procesos penales por mala praxis.
También la acusan de “falsedad ideológica” por haber asentado en un certificado y en una historia clínica que Maradona, en octubre pasado, se encontraba en buen estado de salud mental, sin ir a visitarlo al country Campos de Roca II, en Brandsen, adonde estaba viviendo el DT.
Carlos Daniel “Charly” Díaz (29), psicólogo.
Carlos Díaz junto a Agustina Cosachov y Carlos Díaz, en la Clínica Olivos. Foto: Luciano Thieberger.
Según fuentes judiciales, “del análisis de la mensajería instantánea surge que tenía un papel preponderante en las decisiones que se tomaban a nivel médico” respecto de Maradona.
En los mensajes de WhatsApp entrecruzados con Luque y Cosachov entre el 24 y el 26 de octubre, un mes antes del fallecimiento de Maradona, definieron que la patología que aquejaba al “Diez” era “demencia alcohólica” con “rasgos de Parkinson”. También hablan de que el paciente “está confuso, perdido, rígido”.
Dahiana Gisela Madrid (36), enfermera del turno mañana-tarde.
Recibida de enfermera en la Cruz Roja Argentina, con más de diez años de experiencia y un pasado en Ford Argentina como enfermera laboral, estuvo en la quinta de Tigre durante las últimas horas de Maradona.
Admitió ante los fiscales que, a pedido de su jefe Mariano Perroni, había escrito un informe falso para la empresa Medidom en el que constaba que a las seis de la mañana del 25 de noviembre había intentado controlar al paciente y que él se había negado.
“Hice un reporte en la casa de Maradona, tras haber declarado en la fiscalía porque es lo que me indicó Mariano, el coordinador. Dije que intenté tomarle los signos vitales y él no me dejó, pero la verdad es que eso no pasó”, afirmó. Su abogado es Rodolfo Baqué.
Ricardo Omar Almirón (37), enfermero del turno noche.
Fue el último del equipo de profesionales de la salud que lo atendía en verlo con vida. Formaba parte, junto a los otros enfermeros y Forlini, del chat de WhatsApp denominado “Tigre”.
En ese grupo reportaban todas las novedades sobre Maradona. Allí quedaron evidenciadas algunas falencias de la internación, como una indigestión con vómitos por haber cenado camarones provenzal, la caída en la habitación, las peleas con los médicos, las reiteradas negativas a que lo controlen y hasta un alerta de los profesiones para quedar cubiertos “en la parte legal”.
Nancy Edith Forlini (52), médica.
Era la doctora que coordinaba para Swiss Medical todo lo referido a la internación de Maradona en la casa del country San Andrés. Perroni la definió como “la jefa médica del grupo” y su “superior jerárquico”.
“Llamen a emergencias para que lo evalúen. Una bomba lo que comieron”, dijo en el mismo chat cuando, el 13 de noviembre -a dos días de haber llegado a la casa-, Maradona se indigestó y tuvo vómitos tras comer brócoli y camarones provenzal y, pese a ello, se negó a que llegara una ambulancia y solo se le administró un medicamento.
Mariano Ariel Perroni (40), jefe de enfermeros.
En su declaración testimonial (antes de ser imputado), se presentó como el “coordinador administrativo del grupo de enfermería” que atendió a Maradona” y “empleado” de la empresa “Medidom”, en la que la prepaga Swiss Medical había tercerizado la atención domiciliaria del DT de Gimnasia y Esgrima La Plata. Explicó que sus tareas eran la de “llevar el presentismo, solicitar informes de cambio de guardia y todas cuestiones atinentes a la organización administrativa de personal”.
“Quiere dejar en claro que él no tenía a su cargo ningún tipo de implicancia respecto de la salud de Diego, ya que no se encargaba de indicaciones médicas ni de concurrir a la vivienda a realizar algún tipo de actividad de enfermería”, señala su testimonial.
También, afirmó que no tenían una historia clínica pero que “el grupo realizaba hojas de enfermería en las cuales se plasmaba los controles de signos vitales, la medicación administrada y cómo se lo observó al paciente en la guardia”. Su abogado es el experimentado Miguel Ángel Pierri.
La junta médica, paso clave
La junta médica interdisciplinaria que se realizó en La Plata, aunque la mayoría de las audiencias (martes y jueves) se hicieron a través de Zoom, puso a trabajar a 10 peritos oficiales y otros 10 de parte.
Cuál era el estado cardiológico de Maradona, si sus médicos debían conocerlo, si estaba bien o mal medicado, si era o no necesario operarlo del hematoma subdural, si la casa del barrio San Andrés de Tigre donde falleció el 25 de noviembre pasado era el lugar adecuado para una internación domiciliaria y si el equipo a cargo de su salud aumentó, por sus acciones u omisiones, los riesgos para el “10”, son los ejes de las 24 preguntas de la fiscalía.
Peritos oficiales y de parte se reunieron para llevar adelante la junta médica, clave en la causa que investiga la muerte de Maradona. Foto: Mauricio Nievas
La dieta que tenía el ex DT de Gimnasia, los controles de enfermería, la coordinación del equipo de salud y si fue adecuada la decisión de quitarle los acompañantes terapéuticos que tenía Diego, son otros puntos del peritaje.
Algunos abogados de las partes ya mencionaron que hay elementos para agravar las imputaciones y recaratular la causa como un “homicidio con dolo eventual” -con pena de 8 a 25 años de cárcel-, o a un “abandono de personas seguida de muerte” -que prevé de 5 a 15 años de prisión-.
La junta médica será clave para definir el destino de la causa.
Fuente Clarin