Detrás del avance del oficialismo contra el Procurador interino Eduardo Casal flota la figura de Cristina Kirchner. Desde el Senado, que preside con mano rígida, la vicepresidenta impulsó y logró la media sanción del proyecto de Ley que modifica el Ministerio Público Fiscal y pide que al nuevo procurador se lo elija por mayoría absoluta, que se acorte su tiempo de mandato y la cantidad de votos para desplazarlo. Aprobado en noviembre, ese proyecto sigue cajoneado en la Cámara de Diputados donde aún el oficialismo no consigue los apoyos necesario para avanzar.
Para Cristina es esencial contar con un nuevo procurador a su medida. Hoy está en marcha el sistema acusatorio que avanza sobre el poder de los jueces federales que investigan los casos de corrupción. Ese sistema, que por etapas se está aplicando en todo el país, le da mayor relevancia a los fiscales que serán los encargados de manejar las investigaciones y los jueces cumplirían un rol de dar garantías al proceso. Con ese esquema el rol de Procurador y su poder se revitaliza. Por eso es clave un nuevo Procurador a la medida de sus intereses.
Tras su llegada a la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández propuso como candidato para reemplazar a Casal al juez Daniel Rafecas. Pero lo cierto es que esa postulación nunca cayó bien dentro del kirchnerismo duro que se encargó de demostrarlo. Rafecas, por lo bajo, hizo saber que si se aprobara la Ley de Ministerio Público Fiscal que salió del Senado podría declinar su postulación. En el kirchnerismo no ven con malos ojos que dé un paso al costado. Presionarían para conseguir un candidato más afín al kirchnerismo.
La avanzada para que Casal renuncia es fuerte. Apenas asumió en su cargo el nuevo ministro de Justicia, Martín Soria, dijo que la situación era “insostenible”. “Es un procurador interino hace más de tres años, que no respeta la ley. Hay dos países en el continente que tienen jefes de fiscales con cargos vitalicios, Cuba y Argentina”, dijo Soria horas después de asumir. Pero fueron las únicas críticas. También habían apuntado contra él el senador Oscar Parrilli y el diputado Leopoldo Moreau, dos espadas K en la batalla contra la Justicia.
El Procurador interino por ahora resiste y asegura que no va a renunciar y que piensa cumplir con la ley. Casal asumió en 2017 tras de la renuncia de Alejandra Gils Carbó la Procuradora hiper K y una de las fundadoras del espacio Justicia Legítima.
La vicepresidenta sigue preocupada por su situación judicial. Multi procesada y con varias causas elevadas a juicio oral busca controlar sectores clave de la Justicia. Hasta ahora consiguió varios objetivo. Ubicó en la estratégica Cámara Federal – la que revisa los procesamiento de los jueces federales- a Roberto Boico, ex abogado suyo en la causa del pacto con Irán, en las Sala II. Además, el kirchnerismo consiguió que regrese a esa misma Eduardo Farah que había sido trasladado tras firmar un fallo que liberó a Cristóbal López.
Si el control de la Cámara Federal y otras instancias judiciales apuntan a las investigaciones que ya están en marcha, el interés en la Procuración del kirchnerismo apunta a intentar contener las futuras investigaciones que podrían llevar adelante los fiscales. Las que sean en contra de funcionarios kirchneristas e incuso las que apunten contra la oposición.
Fuente Clarin