En plena cuenta regresiva del marco regulatorio sobre los biocombustibles, cuya vigencia termina el 11 de mayo, crece el rechazo del sector privado al proyecto de ley presentado por diputados nacionales del Frente de Todos ligados a Máximo Kirchner, jefe de esa bancada.
De acuerdo a esa iniciativa, se reduciría a la mitad el corte obligatorio del gasoil con biodiesel de soja: hoy es del 10% y proponen reducirlo a 5% y con la posibilidad de bajarla a 3%. El bioetanol, que se mezcla con las naftas, quedaría en 12%, con un reparto en partes iguales, del 6%, tanto para caña de azúcar como para maíz. Aunque en este caso se otorga una eventual ventaja al cultivo azucarero, para el cual no se contempla una reducción de hasta el 3% como si se advierte para el cereal.
En ese marco, diversas organizaciones de la agroindustria reclaman una prórroga para “debatir un proyecto que evite cierres masivos de industrias de biocombustibles”. Aseguran que la eventual sanción del proyecto oficialista pondría en riesgo de desaparición a muchas empresas que invirtieron cientos de millones de dólares y que aportan empleo y beneficios ambientales, sociales y económicos en todo el país”.
El tema puso en estado de alerta a las cámaras empresarias de esta industria, como la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), la Cámara de Bioetanol de Maíz (Bio-maíz), la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y las bolsas de Córdoba, Rosario, Buenos Aires, Santa Fe y Chaco, que difundieron un comunicado con críticas.
Enfatizaron que “el proyecto presentado va a contramano de las tendencias ambientales mundiales, porque los biocombustibles reducen en un 70% la emisión de gases de efecto invernadero con respecto a los combustibles fósiles”.
Agregaron que “se desperdicia todo el valor agregado y el vector de desarrollo económico, ambiental, social y regional que fue hasta ahora, cerrando toda posibilidad de crecimiento de la actividad”.
“5 puntos negativos”
El especialista Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH), enumeró 5 razones por las cuales no recomienda acompañar al proyecto oficial.
La más importante es la referencia a la “contaminación: al reducir el porcentaje de mezcla viola el principio de progresividad establecido en el Acuerdo de París, a pesar de que los gases de escape de gasoil, han sido reconocidos por la OMS como procuradores de cáncer de vejiga y pulmón. Y la Universidad de Harvard, donde se confirmó la existencia de millones de muertes anuales en el mundo por exposición a los combustibles minerales. En definitiva, esta propuesta atenta contra el ambiente y la salud de los argentinos”.
También critica “la discrecionalidad (por otorgar amplias facultades a la Autoridad de Aplicación), que propicia la desinversión (se quitan incentivos a la exportación), discriminación (porque excluye la posibilidad de desarrollar biocombustibles distintos al biodiesel y al bioetanol, impide el acceso al mercado interno de biocombustibles de un grupo importante de productores de biodiesel, e ignora la posibilidad de implementar motores ‘flex fuel’) y la crisis sectorial que pone al borde de la bancarrota a una buena cantidad de productores de biocombustibles, como consecuencia de la significativa reducción futura de la demanda)”.
Fuente Clarin