Además del personal médico, esta primera fase está destinada también a los trabajadores humanitarios.
Siria, arrasada por una guerra que lleva más de una década, inició su campaña de vacunación contra el coronavirus en el noroeste del país.
La campaña está dirigida al personal médico de dos hospitales en la provincia de Idlib, el último gran bastión yihadista y rebelde de Siria, que a fines de abril obtuvo 53.800 dosis de la vacuna AstraZeneca, en el marco del programa solidario Covax para llevar vacunas a todos los países.
“Hoy hemos puesto en marcha la primera fase de la campaña de vacunación” dirigida prioritariamente a los trabajadores de la salud, informó Yaser Najib, jefe del comité técnico de la campaña de vacunación, en declaraciones a la agencia de noticias AFP.
Las primeras vacunaciones se realizaron en el hospital pediátrico Ibn Sina de Idlib, y en el hospital de Azaz, ciudad fronteriza con Turquía, controlada por rebeldes pro-Ankara.
A partir del lunes, la campaña se ampliará al “conjunto de las estructuras sanitarias, incluso en los campamentos” de desplazados””
Según Najib, a partir del lunes, la campaña se ampliará al “conjunto de las estructuras sanitarias, incluso en los campamentos” de desplazados, donde viven centenares de miles de personas en lamentables condiciones.
Más de 90 equipos médicos capacitados en inmunización viajarán por la región, aseguró el comité.
Además del personal médico, esta primera fase está destinada también a los trabajadores humanitarios que operan en esta zona devastada por la guerra.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ancianos y las personas que padecen enfermedades crónicas podrán beneficiarse de la campaña de vacunación en una segunda etapa.
El noroeste comprende, en particular, el bastión de Idlib, controlado por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (antigua rama siria de Al Qaeda), pero también los territorios controlados por los rebeldes proturcos en la provincia vecina de Alepo.
Según Naciones Unidas, alrededor de 4 millones de personas viven en esas zonas. La región ha registrado oficialmente cerca de 22.000 casos de coronavirus, incluyendo 641 muertes.
En total, casi 23.000 personas se contagiaron de coronavirus en Siria y más de 1.500 murieron desde que se detectó el primer caso en el país, unas cifras que se estima están subestimadas, dada la escasa capacidad de testeo del país.
El presidente, Bashar al Assad, y su esposa se contagiaron en marzo pero ya están recuperados.
Siria está inmersa desde hace diez años en una compleja guerra que comenzó con protestas contra el Gobierno en marzo de 2011 y escaló a un conflicto en el que intervienen varias potencias mundiales y regionales.
El Gobierno sirio, aliado con Rusia e Irán, ganó la parte más cruenta de la guerra, y los combates se limitan ahora a algunas pocas zonas del país.
Fuente Telam