Por
Julio Sevares
Economista
En los cinco años previos al inicio de la pandemia, la economía vietnamita creció al ritmo de China y la India, un 7% anual promedio, y en 2020 lo hizo a un 2,9%, por encima del 2,3% de China y algo detrás del 3,1% de la de Taiwán, logrando uno de los crecimientos más altos del mundo, según el FMI.
Las exportaciones aumentaron a un 20% anual promedio en los últimos 35 años y desde 2000, se multiplicaron por más de 10 llegando a los 290.000 millones de dólares en 2020.
Este último año crecieron un 5%, con una ampliación del superávit comercial, por encima de las ventas externas Chinas, que aumentaron un 3,6%.
Paralelamente las ventas se diversificaron desde los productos primarios y los textiles hacia rubros de mayor componente tecnológico. En la actualidad el 40% son de equipos y componentes electrónicos, el 4% de textiles y el 1% de arroz (producto del cual Vietnam es el tercer exportador del mundo después de India y Tailandia.
El principal cliente de Vietnam es Estados Unidos, que recibe el 23% de las ventas, seguido de China y Japón.
La diversificación productiva y exportadora se debe a la industrialización local y a las inversiones externas que afluyeron a partir de las políticas de estímulo y las mejoras en la infraestructura y el entrenamiento del personal. En los últimos años influyó el aumento de los costos laborales en China y, más recientemente, la deslocalización de inversiones desde ese país hacia otros de la región provocada por el conflicto con Estados Unidos. Vietnam aloja, por ejemplo, grandes plantas de Samsung y Apple.
Es así que, para el Banco Mundial, Vietnam es uno de los países en desarrollo más exitosos en la historia del desarrollo económico, siendo uno de los pocos que ha logrado cumplir las metas del milenio, mucho antes que la fecha fijada por la ONU.
Para el futuro, el Gobierno vietnamita proyecta que, en 2025, año del 50° aniversario de la liberación, Vietnam será un país en desarrollo, con industrialización orientada a la modernidad, superando el ingreso medio bajo.
COVID y economía
El buen desempeño de Vietnam durante la pandemia fue reconocido por autoridades e instituciones en todo el mundo incluyendo el FMI. En un informe del 10 de marzo de 2021, el organismo señala que el país ha tomado medidas decisivas para limitar la caída sanitaria y económica. El Gobierno combinó una rápida introducción de medidas de contención, un agresivo seguimiento de los contactos, testeos dirigidos y aislamiento de sospechosos de contagio. Esto permitió mantener los contagios y las muertes por habitante notablemente bajos. La contención y las medidas de ayuda a tiempo, considera finalmente el FMI, también ayudaron a limitar la caída de la economía y el tamaño del paquete de respuesta a la emergencia.
¿Cuándo comenzó todo esto?
En 1986, siguiendo los pasos del modelo chino, Vietnam lanzó la política Doi moi, renovación, consistente en la búsqueda de una “economía de mercado orientada al socialismo”. La nueva política combinó la centralización del poder político con una progresiva apertura de la economía al exterior y al capital privado y la instalación de zonas especiales para la exportación y parques industriales. Un aspecto importante del modelo fue la promoción de la educación y la formación científica y técnica, lo que derivó en la alfabetización casi total de la población y en la formación de personal y cuadros capacitados para trabajar en la sustitución de importaciones y en las plantas de elevada tecnología de los inversores extranjeros.
En el curso de esta política Vietnam firmó numerosos tratados de libre comercio. En 2007 se incorporó a la Organización Mundial de Comercio y a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y negocia tratados de libre comercio con Corea del Sur y con la Unión aduanera integrada por Rusia, Bielorrusia y Kazajistán y está en conversaciones por un tratado con la Unión Europea.
Además Vietnam es miembro del Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP, según su sigla en inglés), la asociación de libre comercio e integración más grande del mundo, creada el 15 de noviembre de 2020. El RCEP reúne a los 10 países miembros de la ASEAN más China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, esto es los miembros de la red comercial y productiva asiática con centro en China, el núcleo más dinámico del capitalismo contemporáneo..
Relación con la Argentina
El intercambio de Argentina con Vietnam es bajo pero creció en los últimos años, con un saldo positivo para el país.
En la última década el intercambio bilateral se cuadruplicó convirtiendo a Vietnam, antes de la pandemia, en el sexto socio comercial de Argentina. La relación política también se fortaleció y, en 2010, ambos países firmaron un Acuerdo de Asociación Integral.
La mitad de las exportaciones locales a Vietnam son, según la información oficial, harinas y pellets de soja, un 30% a maíz y, con participaciones muy reducidas, trigo, camarones y langostinos y cueros y pieles curtidos. Figuran también productos químicos orgánicos, farmacéuticos e instrumentos y aparatos de óptica, cuyas ventas aumentaron en los últimos años.
Argentina compra principalmente productos electrónicos, como partes para aparatos telefónicos y de televisión, calzados deportivos e indumentaria.
El mercado vietnamita es atractivo por el rápido crecimiento de sus ingresos, la aparición de franjas sociales con buen nivel adquisitivo que demandan productos de consumo más sofisticado que puede exportar la Argentina. Entre ellos se encuentra, por supuesto, el vino.
En el lado favorable de las perspectivas se cuenta que la posición local en el mercado vietnamita se fortaleció desde que el país fue registrado por Vietnam, luego de largas negociaciones, como proveedor de productos de origen animal y vegetal para consumo humano.
Según los relevamientos de Cancillería para Mercados Industriales y Mercados Agroalimentarios, el país tiene oportunidades en vacunas contra la aftosa y la rabia, en hormonas para cerdos, crustáceos, leche y productos lácteos, carne bovinas, porcina y aviar, frutas y vino. En menor medida, hay también un mercado potencial de algodón e insumos médicos.
Por otra parte, tanto en Vietnam, como en otros países asiáticos, las empresas locales tienen la posibilidad de operar no solo como exportadoras sino como participantes en algún eslabón de las densas cadenas que vinculan los aparatos productivos de la región.
En el lado desfavorable, figura que la incorporación de Vietnam a tratados de libre comercio, que incluyen bajas de aranceles y de otras barreras al comercio, crea ventajas para competidores de Argentina como Australia y Nueva Zelanda que, además, están a menor distancia.
Fuente Clarin