La policía israelí reprimió. Hay heridos y detenidos.
Por segunda noche consecutiva, las oraciones masivas de palestinos en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el último fin de semana del mes sagrado de Ramadán, y los intentos de familias palestinas de evitar ser desalojadas terminaron con escenas de enfrentamientos y represión que dejaron más de 50 heridos, en medio de un clima de extrema tensión.
Todo el día la tensión creció en anticipación de la explosión final: la policía israelí, que amplió considerablemente su presencia en Jerusalén este, la mitad de la ciudad de mayoría palestina que la ONU considerada ocupada desde 1967, reprimió con gases lacrimógenos, balas de gomas y granadas ensordecedoras a algunos de los más de 80.000 palestinos que lograron ingresar a la Explanada de las Mezquitas para rezar.
Aún no está claro cómo comenzaron los choques y la represión.
“Contamos hasta ahora 53 heridos”, informó un vocero de la Media Luna Roja palestina a la agencia de noticias AFP y detalló que fueron productos de enfrentamientos y represión en el barrio de Sheikh Jarrah, donde familias intentan evitar ser desalojadas, y en la puerta de Damasco y Bab al-Zahra que conecta la Ciudad Vieja con la parte oriental de Jerusalén.
Un día de tensiones
Horas antes, Israel había frenado a los colectivos que traían a las decenas de miles de fieles musulmanes a la Ciudad Vieja de Jerusalén -los palestinos se bajaron y continuaron camino a pie- y luego la Policía informó de decenas de detenidos, según el diario local Haaretz.
La oración del sábado es la más importante de la semana para los musulmanes y hoy es el último sábado del mes sagrado de Ramadán. Eso, sumado a la nueva noche de violencia que sufrieron cientos de fieles anoche, generó un clima de tensión que no paró de aumentar hora tras hora, pese a los llamados a la calma de Estados Unidos, la Unión Europea y potencias regionales de anoche.
Las partes se acusan mutuamente de iniciar la violencia.
Haaretz informó de 29 detenidos, a los que se suman los del viernes, cuando además resultaron heridos 205 palestinos y 17 policías israelíes en la Explanada de las Mezquitas, uno de los lugares más disputados en la Ciudad Vieja de Jerusalén, ubicada en la parte oriental de la ciudad, que la comunidad internacional reconoce como ocupada por Israel.
Como suele pasar, cada una de las partes acusó a la otra de iniciar la violencia: la policía israelí dijo que los fieles palestinos les arrojaron piedras y botellas y ellos respondieron con balas de goma, gases lacrimógenos y granadas ensordecedoras; mientras que los palestinos sostuvieron que pasó al revés.
Los enfrentamientos se produjeron después de que las tensiones aumentaran en las últimas semanas por las restricciones israelíes al acceso a partes de la Ciudad Vieja durante el Ramadán y la amenaza de desalojo que pesa sobre cuatro familias palestinas en el barrio de Sheikh Jarrah para dar paso a los colonos judíos.
Además, horas antes, la policía israelí mató a dos palestinos e hirió gravemente a un tercero, después de que abrieran fuego contra un puesto de control militar en el norte de Cisjordania.
La tensión y la violencia no se repitieron solo en la Ciudad Vieja, sino también en Sheikh Jarrah, alrededor de la carpa que las familias en peligro de desalojo, vecinos, amigos y activistas levantaron para mantener una vigilia y no permitir el ingreso de colonos o topadoras.
Videos viralizados en las redes sociales mostraron cómo decenas de policías israelíes intentaron desarmar la carpa una y otra vez en un importante despliegue de seguridad, que no hizo retroceder a los palestinos del barrio, ya famoso por su lucha para frenar los constantes desalojos.
Sheikh Jarrah se convirtió en un símbolo de la lucha palestina, pero la Explanada de las Mezquitas (llamada Monte del Templo por los judíos) tiene una importancia suprema no solo para los palestinos, sino para el mundo islámico.
Se trata de un lugar santo para el islam y está situado justo encima del Muro de los Lamentos, el lugar de plegaria más importante para los judíos.
Aunque la tensión es habitual en esa parte de la Ciudad Vieja de Jerusalén, la violencia no lo es dentro de la explanada, que acostumbra a ser vigilada a distancia por la policía israelí.
Las tensiones aumentaron en las últimas semanas.
Pero el viernes era el último del mes de ayuno de Ramadán y se concentró una gran multitud de musulmanes en la explanada.
Reacciones en el mundo
Ante la violencia, Estados Unidos dijo estar “profundamente preocupado” e instó a ambas partes a evitar medidas que “exacerben las tensiones o alejen aún más la paz”, como las “actividades de colonización, las demoliciones de casas y los actos de terrorismo”.
La Unión Europea llamó a las autoridades israelíes a actuar “con urgencia” para reducir las tensiones en Jerusalén, diciendo que “la violencia y la incitación son inaceptables y todos los involucrados deben ser responsabilizados”.
Jordania, oficialmente el guardián de los lugares santos musulmanes en Jerusalén Este, denunció “una agresión salvaje” de las fuerzas de seguridad israelíes.
Egipto, Turquía, Catar y Baréin también criticaron a las fuerzas israelíes.
La ONU, por su parte, pidió a Israel que ponga fin a las expulsiones forzadas de palestinos en Jerusalén este y advirtió que estas acciones podrían ser consideradas “crímenes de guerra”.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, también fue duro hoy con Israel: “Condenamos con dureza los ataques horribles de Israel contra la Mezquita de Al Qasa -que nos marca la dirección a La Meca-, los mismos que lamentablemente ocurren en cada Ramadán”, escribió en su Twitter.
Fuente Telam