El hombre, que tan solo sufrió una herida en la pierna, había sobrevivido 20 años antes a un accidente de avión
Un buzo especializado en la pesca de langostas se encontraba nadando en las costas de Provincetown, en Massachusetts, cuando se convirtió en el protagonista de una historia sin igual al ser engullido y después devuelto al mar por una ballena jorobada. El pescador fue sorprendido por un enorme banco de peces que le hizo perder un poco la orientación, hasta que de repente todo se oscureció y se dio cuenta de que algo no iba demasiado bien y que se encontraba atrapado en las fauces de una ballena.

Aunque en un primer momento pensó que había sido atrapado por un tiburón, pronto se dio cuenta de que no había sido herido y que el espacio en el que se encontraba era mucho más grande que la boca de cualquier tiburón. “Estuve en su boca cerrada durante unos 30 a 40 segundos antes de que saliera a la superficie y me escupiera. Tengo moretones por todos lados pero ningún hueso roto” ha señalado Michael Packard, de 56 años, a quien muchos han comparado con Gepetto quien salió al mar en busca de Pinocho y fue tragado por una ballena.
Después de ese corto espacio de tiempo, que para Michael fue eterno y pensó que iba a morir, la ballena, que no es carnívora, decidió liberar al pescador. “Me lanzó al aire, caí en el agua y fui libre. No lo podía creer, no podía creer que hubiera salido. Y estoy aquí para contarlo” admitía Michael, quien fue auxiliado por su compañero de pesca, quien fue testigo de lo sucedido.
Pero lo más llamativo de esta historia es que este pescador es la segunda vez que burla a la muerte, ya que hace veinte años logró sobrevivir a un accidente aéreo que dejó tres muertos y cinco supervivientes completamente perdidos en una jungla en Costa Rica. Tanto el resto de los pasajeros como Michael, que en aquel suceso sufrió heridas más graves que las que le provocó la ballena, fueron rescatados un par de días después tras pedir ayuda mediante la radio del avión siniestrado y lanzar una baliza de emergencia.


Según han señalado los expertos, lo sucedido entre el pescador y la ballena se trata de un error, ya que las ballenas no se proponen comer personas, lo que pasa que tienden a alimentarse abriendo bien la boca para tragar la mayor cantidad posible de presas ( peces y krill) y si alguien, o algo, se cruza en su camino acaban comiéndoselo, aunque si no es de su agrado, no es extraño que la ballena acabe expulsándolo.