El grupo extremista sigue con la ofensiva en territorio afgano
Dos cohetes dañaron este domingo la pista del aeropuerto de Kandahar, lo que provocó la interrupción de todos los vuelos con esta ciudad sureña, la segunda mayor de Afganistán, mientras los combates entre el Ejército y los talibanes se intensificaban en otras capitales de provincia.
El grupo extremista islámico también se acercó a los límites de Herat, provincia del oeste y escenario de combates por cuarto día consecutivo, y se adentró en Lashkar Gah, capital de la provincia de Helmand, vecina de Kandahar.
Las fuerzas afganas respondieron con el envío de centenares de soldados especiales a Herat y las autoridades locales pidieron refuerzos en Lashkar Gah.
En tanto, el sábado por la noche “tres cohetes fueron lanzados contra el aeropuerto y dos dañaron la pista”, informó el director del aeropuerto de Kandahar, Masud Pashtun, citado por la agencia de noticias AFP.
“Por esta razón todos los vuelos desde y con destino al aeropuerto han sido cancelados”, explicó, y agregó que se trabajaba para arreglar la pista.
El recinto aeroportuario de Kandahar, con una base aérea militar, es esencial para el aprovisionamiento de las tropas afganas, que luchan desde hace semanas contra los talibanes en las afueras de esta ciudad de 650.000 habitantes, la segunda más grande de Afganistán.
“La amenaza es elevada en estas tres provincias (Herat, Helmand y Kandashar), pero estamos decididos a frenar estos ataques”, aseguró a el vocero de las fuerzas de seguridad afganas, Omar Shinwari, y reconoció: “Nos encontramos en una situación de emergencia”.
Los militares afganos se han desplegado para defender varias ciudades bajo asedio talibán
En tanto, en Herat las milicias antitalibanes de Ismail Khan, un poderoso señor de la guerra local, tratan de frenar la progresión de los insurgentes en el oeste de la ciudad; en el sur, los talibanes se hicieron con el puente Pul Malan y disputan a las fuerzas afganas el puente de Pastun Pol, situado en la ruta que conecta con el aeropuerto de Herat.
El viernes pasado, durante los combates en Herat, resultó atacada por cohetes y armas de fuego la oficina de la misión de la ONU en Afganistán, que pidió a los talibanes investigar los hechos.
Este domingo, tres días después del atentado, se reanudaron los vuelos desde el aeropuerto de la provincia, y según Suliman Omar, director comercial de Kam Air, la aerolínea privada más grande del país, ya se realizaron dos vuelos con cientos de personas varadas desde la capital Kabul hasta Herat y viceversa.
El otro epicentro de violencia es Lashkar Gah, donde “hay combates en el interior de la ciudad”, detalló Attaullah Afghan, jefe del consejo regional de Helmand, y agregó: “Hemos pedido el despliegue de fuerzas especiales”.
“Cada rincón de la ciudad ha sido bombardeado”, lamentó Badshah Khan, un habitante de esta ciudad de 200.000 habitantes, y explicó que se lucha “calle a calle” y que se pueden “ver cuerpos muertos en las plazas”.
Mientras tanto, también se mantiene la cancelación de vuelos hacia y desde las provincias de Badajshan, Faryab, Helmand, Kunduz y Uruzgan, donde los talibales “atacarán a los aviones con sus morteros”, advirtió Afghan.
Además, debido a que los insurgentes controlan todos los distritos circundantes a Maimana, la capital de Faryab, los empleados civiles del gobierno no pueden entrar y salir de la ciudad, según explicó otro concejal de la provincia, Fazel Haq Mohammadi.
Desde principios de mayo, la violencia se ha recrudecido en varias provincias de Afganistán después de que los talibanes lanzaran una gran ofensiva pocos días después de que las fuerzas extranjeras lideradas por Estados Unidos iniciaran su retirada definitiva del país.
Esto llevó a los talibanes a capturar decenas de distritos de Herat y pasos fronterizos, como el de Islam Qala, principal paso con Irán, y el de Torghundi con Turkmenistán, además de rodear varias capitales de provincia, lo que alimentó el fantasma de que vuelvan a hacerse con el poder en Kabul.
Las fuerzas gubernamentales opusieron poca resistencia y controlan apenas los grandes ejes de comunicación y las capitales provinciales, algunas de ellas rodeadas por los insurgentes.
En las últimas semanas, los talibanes llegaron a las afueras de Kandahar, cuna del movimiento islamista y la segunda ciudad más poblada después de Kabul.
Los talibanes hicieron de esta ciudad el epicentro de su régimen cuando gobernaron Afganistán (1996-2001), e impusieron una versión ultrarrigorista de la ley islámica.
Fuente Telam