Los habitantes de la aldea de Kubái, en la república de Yakutia, en Rusia, vieron cerrarse el cielo y enseguida comprendieron que algo malo estaba ocurriendo. No se veía el sol, y sobre ellos caían copos grises de cenizas. Los incendios de la taiga, que llevan dos meses azotando esa región del noreste de Siberia, había dejado un paisaje postapocalíptico.
Para hacer frente a la situación, las autoridades regionales han acelerado la lucha contra el fuego, solicitando incluso recursos federales. El Servicio Aéreo de Protección Forestal tiene 42 aviones monitoreando los incendios en todo el país, y otros 20 apagando directamente las llamas. Incluso está probando nuevas tecnologías. Con ayuda de aviones An-26 Tsiklón, ha provocado lluvia artificial, lo que ha ayudado a mitigar la intensidad de las llamas.
Tras arduo esfuerzo, en regiones como Karelia (norte de la Rusia europea) la lucha contra el fuego ha dado fruto. Pero el cambio climático y el aumento de las temperaturas, avivado por el deshilo del Ártico, han convertido a Yakutia, la región más extensa de Rusia, también en la más calurosa.
En esa región, que en idioma túrquico se llama Sajá, se han quemado 1,5 millones de hectáreas de bosque desde el inicio del año. Según Greenpeace, los colosales incendios han arrasado en toda Rusia 13,4 millones de hectáreas, extensión comparable a Grecia. Según la agencia forestal de Rusia, han sido 11,5 millones. En todo caso, más que la media anual desde el 2000, de 8,9 millones.
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Yakutia registra en invierno las temperaturas más frías del planeta. Pero en los últimos años también ha tenido altas temperaturas en verano (este año,39 grados). Es, además, la región donde el calentamiento va más deprisa (dos grados más que la media global).
Calentamiento global
Los incendios en la taiga “están ligados a la aceleración del cambio climático. Las temporadas de incendios son cada vez más largas, las sequías más frecuentes, largas e intensas”, dice Alexéi Yaroshenko, experto del grupo ecologista.
Este es el verano más seco en Yakutia de los últimos 150 años. Así que aunque el calentamiento global no sea la chispa que haya prendido los 355 incendios hoy activos, sí es el responsable de crear una condiciones ideales para que el fuego se extienda.
El cielo naranja sobre Siberia por el humo de los incendios. Foto AFP
Los fuegos ocultaron el sol sobre la aldea de Kubái a las tres de la tarde del 2 de agosto, según un vídeo publicado por el canal de Telegram 14news. Las imágenes muestran un cielo negro y una carretera sembrada de cenizas, copos grises caen del cielo como si fuera nieve de un mundo irreal.
“Antes también había incendios parecidos. Pero es la primera vez que vemos esto”, decía un residente al portal News.Ykt.Ru. Varios de sus lectores informaron que ese día a las 17,00 horas el sol también desapareció en Badaya, un pueblo de la misma zona.
Las autoridades regionales han decretado el estado de emergencia en varios distritos, incluida la capital Yakutsk, donde no pocos días el cielo se ha vuelto sepia. El aeropuerto ha cerrado y en varios pueblos de la taiga los paracaidistas de los bomberos han evacuado a ancianos y niños.
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PB
Fuente Clarin