Presa desde mediados de 2018 como autora intelectual del crimen del narco mexicano Rodrigo Alexander Naged Ramírez (59) y su hijo colombiano John Naged (30), la abogada Julieta Bonanno (31) sólo tiene una cosa en mente: lograr que la Justicia le otorgue la prisión domiciliaria.
Para lograr ese objetivo, usó varios argumentos ante el Tribunal Oral Federal 8, que la juzga desde el 2 de marzo vía Zoom y que el 2 de junio pasado prorrogó su prisión preventiva hasta fines de 2021.
Bonanno lo intentó todo, pero no tuvo suerte: en una resolución de 13 páginas -a la que tuvo acceso Clarín-, los jueces Nicolás Toselli, María Gabriela López Iñiguez y Sabrina Namer destrozaron el planteo de la defensa y confirmaron su postura de que siga presa durante el trámite del juicio que, se estima, llegará a veredicto antes de fin de año.
Bonanno, cuando cayó detenida.
Para sacar a su cliente del penal de Ezeiza, los abogados de Bonanno atacaron por varios frentes. Primero lo hicieron ante el tribunal y luego ante la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal, que el 8 de julio le ordenó al TOF 8 que revisara su primera negativa de “prisión domiciliaria”.
La defensa argumentó que Julieta padece obesidad mórbida (llegó a pesar 117 kilos estando presa), lo que la convierte en una persona de riesgo frente al Covid. También sostuvo que la madre de Bonanno acababa de perder su hermana y que necesitaba que su única hija mujer, Julieta, estuviera con ella para asistirla.
Los abogados incluso alegaron que la salud de su clienta se deterioraba por haber estado más de 60 días en “buzones”, como se conoce al sector de castigo o aislamiento de un penal.
Doble crimen de Belgrano: las víctimas fueron John Alexander Naged Aguilar y su padre, Rodrigo Alexander Naged Ramírez (der.).
Ante este planteo, la respuesta del fiscal Marcelo Colombo, y luego la de los jueces del TOF 8, fue contundente y dejó a la vista un detalle desconocido: el 2 de agosto, las autoridades penitenciarias intentaron aplicarle la vacuna contra el Covid a Bonanno, pero ella se negó a recibirla.
La razón: “En cuanto a la negativa de su asistida a recibir la vacuna contra el SARS-COV-2, refirió que obedecía a que no se encontraba descartado que pudiera causar efectos secundarios como la infertilidad y que la señora Bonanno pretendía ser madre“, transcribieron los jueces en su resolución.
Rechazo demoledor
Luego de que el 8 de julio la Sala I de Casación le ordenara al TOF 8 revisar la negativa de prisión domiciliaria para Bonanno, los jueces hicieron una audiencia para escuchar nuevamente a las partes. Esta se concretó el 14 de julio y el fiscal Colombo fue muy firme en su negativa, marcando tanto el riesgo de fuga como la posibilidad de que interfiera en el trámite de la causa.
A su vez, los jueces del TOF 8, a los que Casación les habia pedido analizar el factor de la “obesidad mórbida”, sostuvieron que -aunque ésta persistía- podía ser tratada en el penal. Incluso detallaron que estaba mejorando: “Nótese que su peso corporal al ingreso en detención era de 108 kg, que en el tiempo intermedio entre ese momento y la actualidad alcanzó un pico de 117 kg pero que, según los informes médicos remitidos al tribunal fechados el 12 de julio, es incluso menor al primero registrado (106 kg)“.
A la hora de evaluar sus riesgos y su salud en los jueces, pesó el hecho de que la acusada se negara a ser vacunada contra el coronavirus con argumentos sin ningún sustento científico.
El TOF 8 hasta esgrimió cuestiones de género para rechazar la prisión domiciliaria solicitada.
“Que no existen, a juicio de los suscriptos, circunstancias habilitantes que permitan sostener fundadamente que sea Julieta Bonanno, en tanto hija mujer, quien deba inexcusablemente asumir los deberes de acompañamiento y cuidado de la madre, en tanto ello podría implicar incluso la conceptualización de un rol basado en estereotipos de género que no deben ser fomentados, habida cuenta que su hermano puede cuidar de la progenitora de ambos y no se han expresado razones impedientes de su parte“, dijeron en sus fundamentos.
El caso
Rodrigo Alexander Naged Ramírez no era un narco más. Había sido detenido el 6 de julio de 2017 en el marco del operativo “Bobinas Blancas”, donde se secuestraron unos 1.900 kilos de cocaína.
Naged Ramírez había sido contratado para acondicionar 1.258 panes de droga dentro de enormes bobinas de acero y conectarlos a un complejo sistema eléctrico para anular los escáneres de la Aduana.
Rodrigo Alexander Naged Ramírez (59), el narco mexicano implicado en “Bobinas Blancas” asesinado en Belgrano.
El 16 de enero de 2018, el mexicano sufrió un ACV en la cárcel. Por eso el juez de la causa, Adrián González Charvay, lo excarceló ya que no estaba en condiciones de afrontar un juicio penal según las pericias ordenadas en su momento.
Pero como no podía volver a su país porque la causa aun no se había cerrado para él, su hijo John viajó a Argentina a ayudarlo a reponerse del accidente cerebro vascular.
Es así que el 4 de junio de 2018 encontró juntos a padre e hijo en un departamento alquilado en Cabildo al 2600 que, según contó la propia Bonanno, ella misma pagaba porque sus clientes estaban quebrados.
La relación entre esta abogada casi sin experiencia y una banda de narcos mexicanos de alto vuelo aun tiene costados a explorar. La causa nació con misterios que aun persisten entre ellos por qué el sicario dejó viva a Bonanno, que estaba en el lugar cuando fue el ataque.
EMJ
Fuente Clarin