No es candidata pero anda activa en campaña. Elisa Carrió anda de gira proselitista por el país y así como apoya a los candidatos propios no tiene tapujos en acrecentar las rivalidades internas de Juntos por el Cambio. Así lo dejó en claro en su visita a Entre Ríos, desde donde publicó un video con una advertencia: “Miren que hay uno que los va a traicionar”, dijo en clara referencia a Rogelio Frigerio.
La fundadora de del armado opositor tiene una inquina con el precandidato a diputado que encabeza una de las listas en esa provincia. Carrió rivalizó fuertemente con Frigerio desde que ella era diputada y él, ministro del Interior de Mauricio Macri durante sus cuatro años de mandato. No fueron pocas las veces que lo trató de traidor. Y al parecer, lo sigue sosteniendo.
Carrió fue a la provincia gobernada por Gustavo Bordet para apoyar la lista 502-B que rivaliza con la de Frigerio -presidente del PRO local- en el armado de Juntos por Entre Ríos y encabeza Pedro Galimberti.
“Yo soy Lilita, ustedes me conocen hace más de 25 años”, arrancó en el video que posteó en su cuenta de Twitter para pedir el voto por una lista “donde hay mujeres de Concordia, de Ramírez, de Crespo” y que la componen “intendentes que tienen gestión y tienen causa“.
Siguió Carrió: “Acá hay radicales, hay gente del PRO, de la Coalición Cívica. Estamos todos juntos“. Y allí, en los último instante de su video de 42 segundo, advirtió: “Voten esa lista, eh. Miren que hay uno que los va a traicionar“.
No lo mencionó a Frigerio. No era necesario.
El amor-odio suele regir la verba de Carrió. Y así como puede expresar desmesurados gestos de afecto y apoyo con María Eugenia Vidal en la Ciudad de Buenos Aires o con Diego Santilli en terreno bonaerense, puede contar las costillas como a Facundo Manes, el radical que dijera haber recibido un ofrecimiento de candidatura a vicepresidente que la exdiputada niega y amenaza subsanar en tribunales y con acusaciones de mitomanía.
Juntos para la desconfianza
Con Frigerio la cuestión viene desde lejos, desde mediados del gobierno de Macri, al menos públicamente. Al exministro lo vio siempre con recelo desde que enfrió hasta la extinción su relación con Emilio Monzó -no tan casualmente acobijado con Manes-, entonces presidente de la Cámara de Diputados, en donde Carrió tensaba la relación en vivo y en recinto.
Rogelio Frigerio y Elisa Carrió, una historia de desconfianza mutua en el entorno de Mauricio Macri. Foto Juano Tesone
Monzó, Frigerio y Nicolás Massot -a quien llegara a insultar en el Congreso– fueron un tándem de origen peronista del que Carrió comenzó primero a desconfiar y luego acusar de traición por sus posturas moderadas y negociadoras con la oposición durante el Gobierno macrista.
Esa tibieza para algunos, para la denunciante de la corrupción kirchnerista significó otra cosa. Beneficios para los peronistas del otro bando, contemplaciones con el armado de Sergio Massa y concesiones para los gobernadores del PJ.
“Es el que mantuvo la relación con los gobernadores, entregó dinero excesivo, a tal punto que todos tenían dinero a plazo fijo en las provincias del PJ y así se promovió a candidatos del PJ. Frigerio convalidó los regímenes provinciales”, le espetó Carrió, en febrero de este año, antes de esta campaña pero cuando el exministro ya hablaba de sus intenciones de ser gobernador entrerriano en 2023.
No fue un frase perdida. Carrió hablaba de la perpetuidad de feudos peronistas como el de Gildo Insfrán cuando apuntó contra Frigerio entonces.
Días antes de la derrota electoral de Macri había dicho algo similar. “A mí qué me importa Frigerio. Nos entregó en toda la Nación, así que no me importa. Hizo a candidatos del PJ candidatos del Gobierno”, dijo Carrió y acusó al ministro de “esconder cosas”.
DS
Fuente Clarin