Por Jacqueline Charles, Syra Ortiz-Blanes, Michael WilNer, y David Ovalle
Mientras las lluvias de la tormenta tropical Grace seguían azotando el martes a las ciudades afectadas por el terremoto, algunos haitianos se sentían frustrados por la lentitud de la asistencia. En muchos lugares, los residentes y los trabajadores de rescate estaban usando las manos y palas para buscar sobrevivientes en los edificios derrumbados.
En Les Cayes, la ciudad portuaria del suroeste de Haití que sufrió graves daños, avanzaba una metódica labor de rescate en un edificio de apartamentos derrumbado en el vecindario de Bonfret. Una mujer atrapada entre los escombros se había puesto en contacto por teléfono con los rescatistas. No estaba claro si seguía viva el martes, pero los rescatadores informaron que se escuchaban ruidos procedentes de un montón de concreto.
“No vamos a buscar muertos. Esperamos que todos estén vivos”, dijo Adler Lubin, administrador de obras públicas que estaba ayudando a dirigir los esfuerzos de rescate junto con soldados y trabajadores de protección civil.
Sin embargo, el edificio ya había cobrado vidas. Una pareja informó que había perdido a tres niños en el derrumbe. El martes por la mañana, el cadáver de una niña de 3 años estaba en el suelo, cubierto con una lona, a la espera de que la Cruz Roja se llevara el cadáver.
El ritmo de las labores de rescate y de la ayuda era frustrantemente lento tres días después que el terremoto de magnitud 7.2devastó la península de Tiburón, en suroeste del país, causando la muerte de al menos 1,900 personas, miles de heridos y el desplome o daño de miles de estructuras y viviendas.
Algunas calles estaban inundadas por el paso de Grace. Bajo la lluvia torrencial, la gente hacía fila en los negocios de transferencia de dinero, con la esperanza de recibir dinero de sus familiares en el sur de la Florida. Unos jóvenes buscaban entre los escombros de Le Manguier, un hotel que se derrumbó durante el terremoto del sábado, donde pereció Gabriel Fortuné, ex legislador y ex alcalde de Les Cayes.
En el hospital general de la ciudad, los pacientes desbordaban las instalaciones. Algunos habían evitado los vientos y la lluvia durmiendo en un pasillo cubierto. Se quejaban de la falta de carpas y de medicamentos.
“Si la lluvia o el terremoto no te matan, lo hará la falta de asistencia sanitaria”, dijo Wilson Chery, quien se refugió en el hospital desde una región montañosa cercana a la que los socorristas no podían llegar.
Otro centro médico, el Hospital Lumiere, de 120 camas y situado en la cercana localidad de montaña de Bonne Fin, se derrumbó parcialmente a causa del terremoto. Los pacientes han sido evacuados y ahora están en tiendas de campaña en las cercanías, dijo Dennis Clancey, director de operaciones del Team Rubicon, una organización estadounidense de ayuda en caso de desastre.
El gobierno estadounidense también está estableciendo una base de operaciones en la ciudad. Los equipos de respuesta a la catástrofe de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tuvieron que suspender temporalmente sus operaciones a última hora del lunes debido a la tormenta Grace, pero estaba previsto que regresaran el martes a Les Cayes.
“El equipo reporta que los alimentos, los servicios de salud, el agua potable, la higiene y el saneamiento y el albergue son necesidades prioritarias”, dijo John Morrison, miembro del equipo de búsqueda y rescate urbano de los bomberos del Condado Fairfax, que se ha unido al equipo de respuesta de USAID.
Un funcionario de USAID dijo que “se necesitará mucha más” ayuda por parte de la comunidad internacional “en los próximos días y semanas”. Pero aunque los funcionarios estadounidenses dijeron que esperan que el número de muertos aumente, no creen que la escala del desastre sea comparable al catastrófico terremoto de 2010.
Al preguntarle por la frustración ante la lentitud de la recuperación, un funcionario del Departamento de Estado dijo que el primer ministro Ariel Henry ha expresado su agradecimiento y reconocimiento al embajador de Estados Unidos por los esfuerzos de Washington
Aun así, las organizaciones de ayuda se apresuraron a tratar de hacer llegar la ayuda a los haitianos afectados por el terremoto del sábado.
El Dr. Larry Pierre, director ejecutivo de Center for Haitian Studies, una organización sin fines de lucro con sede en Miami fundada en 1989 que presta servicios de salud y sociales, donó dos docenas de camas para los esfuerzos de ayuda del terremoto de Haití. Las camas, que fueron enviadas antes que el terremoto golpeara, están en proceso de ser transportadas a los hospitales.
La organización está tratando de realizar las labores de socorro de forma “más ordenada” en comparación con el terremoto de 2010, dijo, para garantizar que se cubren las necesidades reales, y añadió que algunos de los suministros donados la última vez acabaron en almacenes.
“Estamos tratando de evitar el despilfarro que se produce con este tipo de situaciones”, dijo Pierre, añadiendo que el grupo tiene previsto enviar más camas y suministros a finales de esta semana. “Depende de cuánto podamos enviar y de cuáles sean las necesidades”, dijo. “Ya veremos”.