IVA, impuesto al cheque, impuesto de sellos, Ingresos Brutos, tasas municipales... son apenas de algunos de los impuestos que se les cobran a familias y empresas cuando toman un préstamo en un banco. En un contexto de caída de crédito bancario, la carga impositiva aparece como un factor de peso, que desalienta el financiamiento por esta vía. Tanto que en los créditos personales, los más populares, el factor “impuestos” puede equivaler al 50% de los intereses que paga en usuario que toma dicho préstamo.
Presión fiscal en créditos.
Argentina tiene, además de una carga tributaria alta, la relación crédito / PBI más baja de la región, que apenas llega al 10% de Producto. Las entidades locales, nucleadas en la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y la Asociación de Bancos de la Argentina, se quejaron del costo impositivo elevado, que desalienta a familias y empresas de tomar un préstamo en un banco.
“La decisión de financiarse con créditos está “castigada” por una alta carga impositiva”, aseguraron las entidades, que advirtieron que “esta fuerte carga adicional se da tanto en créditos de corto plazo como los préstamos personales y también en los de mayor plazo como hipotecarios, impactando en las familias y las empresas”.
“Necesitamos imperiosamente crecer en los volúmenes de inversión y financiación para alcanzar un crecimiento y desarrollo sostenido, generando empleo de calidad. Para ello, es fundamental contar con un sistema que facilite el acceso al financiamiento y que por otro lado no se carguen mochilas o contrapesos que muchos desconocen“, aseguraron.
Presión fiscal en créditos.
Con esto en mente, le encargaron a la Fundación Mediterránea poner la lupa sobre el Costo Financiero Total de los préstamos. El estudio mostró que buena parte del encarecimiento del crédito se corresponde con la suba de la presión tributaria, “especialmente en lo que respecta a tributos provinciales y municipales, cuyas alícuotas se han incrementado prácticamente sin pausas desde el año 2009“, señaló el trabajo.
El informe mostró que por ejemplo, para los créditos personales e hipotecarios, que tengan una tasa de interés anual del 40%, el costo financiero total salta hasta 57% cuando se suman IVA, impuesto a los débitos y créditos bancarios (IDCB), impuesto provincial de sellos (IS), impuesto provincial sobre los ingresos brutos (IIBB) y tasa municipal por inspección de seguridad e higiene (TISH). Estos 17 puntos porcentuales de diferencia significan un encarecimiento de 42,5% en las cuotas a pagar.
En el caso de las empresas, la situación no mejora pese a que el peso del IVA en este cálculo sea menor ( apenas el 10,5% sobre los intereses). Estas terminan pagando entre 7,3 puntos porcentuales y 12,2 puntos porcentuales por encima de la tasa de 40% anual.
Pero además de estos impuestos, el informe advierte que hay otros tributos que rigen la actividad bancaria, como los aportes y contribuciones a la seguridad social, el impuesto a las ganancias, entre otros, que llevan a que la carga tributaria explique el 44% del costo financiero total de un préstamo.
“De esta manera, si una persona paga una cuota mensual de un préstamo personal que incluye $1.000 de intereses, en realidad estará pagando $ 440 de impuestos y $560 de tasa de interés pura (neta de todo impuesto que grava la transacción financiera y a las entidades financieras)”, advirtió IERAL.
Adicionalmente las cinco provincias más pobladas del país cobran Ingresos Brutos sobre los ingresos de las entidades financieras. Estas alícuotas van desde 7% en Mendoza y Santa Fe, hasta 9% en Buenos Aires y Córdoba. En la Ciudad de Buenos Aires rige desde este año una alícuota de 8%. Estas percepciones crecieron sin pausa desde 2009 y presentan más del doble de lo que se pagaba hace 15 años.
Al mismo tiempo, los municipios también elevaron la carga de las tasas que cobran a la actividad bancaria, que promedian el 4,8%. IERAL remarcó que esto puede haber sido posible porque todos estos tributos permanecen “ocultos” en las tasas de interés, pero claramente impactan sobre las tasas de interés activas y luego sobre el crecimiento económico”.
“Para crecer en Ahorro necesitamos políticas que fortalezcan nuestra moneda. Para crecer en Crédito y en Inversión, es necesario que la política elimine las distorsiones que generan el sobrecosto argentino que no le permite a la actividad económica ser competitiva”, aseguró Claudio Cesario, presidente de ABA.
Su par Javier Bolzico, de ADEBA, afirmó que el crédito bancario puede potenciar la recuperación económica pero que se requieren “políticas consistentes con este objetivo entre ellas un esquema tributario, en todos los niveles de gobierno”
Fuente Clarin