La expresidenta interina Jeanine Añez, a quien la Fiscalía de Bolivia acusa de genocidio tras la salida forzosa del gobierno de Evo Morales en 2019, se ha convertido en emblema de unos y otros en su país y se la acusa de autoflagelarse en prisión o se la victimiza con un supuesto intento de suicidio.
El caso Añez refleja los enormes y espinosos antagonismos políticos de Bolivia, pero que también recorren de norte a sur y de este a oeste todo Sudamérica y que tienen correlatos en Brasil (Lula-Bolsonaro), en Argentina (Kirchner-Macri) o en Perú (Castillo-Fujimori), por nombrar algunos ejemplos.
“Lamento informar al pueblo boliviano que la señora Jeanine Añez habría pretendido generarse una autolesión (…) tiene unos pequeños rasguños en unos de sus brazos y no hay nada de qué preocuparse”, fue el primer comentario público sobre el hecho, el del ministro de Gobierno boliviano, Eduardo del Castillo.
Con sus declaraciones, minimizando el episodio sufrido por Añez en prisión, quien horas antes había sido encarcelada, puso fin a los rumores que ayer circularon insistentemente y que hablaban de la muerte de la exmandataria de facto.
Jeanine Añez, en marzo cunado fue encarcelada. Foto AFP
La abogada de Añez, Norka Cuéllar, narró los hechos de otro modo y dijo que tenía tres cortes en la muñeca izquierda y uno en el antebrazo y que todas las heridas necesitaron suturas. “A cada una se realizó tres puntos”, detalló.
Un mismo hecho dos relatos. Una dicotomía usual en la región, muchas veces avivada incluso por la prensa.
Tres expresidentes bolivianos hicieron un llamado urgente a las autoridades judiciales y de la Fiscalía General del Estado para que se adopten las medidas necesarias para “preservar la vida e integridad física y psicológica de la expresidenta Añez”, según firmaron Jaime Paz Zamora, Carlos Mesa y Jorge Tuto Quiroga, y reprodujo el diario Los Tiempos.
Contra el gobierno
A su vez, el excandidato presidencial, gobernador de Santa Cruz y uno de los más enfáticos defensores de la toma de poder de Añez en 2019, Luis Fernando Camacho, responsabilizó al Gobierno por lo sucedido.
“El Gobierno de Luis Arce y su política revanchista está superando todos los límites. Una y otra vez han manoseado la salud de Añez, en un comportamiento inhumano que es crueldad”, publicó hoy Camacho en Twitter.
Incluso, la representación de la Unión Europea y la embajada de Estados Unidos en Bolivia mostraron “preocupación” por las condiciones de salud de la expresidenta interina.
Jeanine Añez. Foto AFP
“Esperamos que las autoridades responsables hagan todo lo posible para garantizar su derecho a la salud completa, tanto física como mental”, dijo un mensaje de la representación UE.
Mientras, la sede diplomática estadounidense instó al gobierno boliviano “a asegurar que reciba la atención adecuada”. El comandante general de la Policía Boliviana, coronel Jhonny Aguilera, minimizó este domingo, una vez más, la situación de Añez.
“Ella está estable, no tiene ninguna lesión que resulte de consideración. Nosotros entendemos que lo hizo para llamar la atención”, remarcó el mando policial en entrevista con Unitel.
Acusaciones
El viernes pasado, la Fiscalía General de Bolivia había presentado una acusación formal contra Añez “por hechos calificados provisoriamente como genocidio, lesiones graves y lesión seguida de muerte”, por las masacres de Senkata y Sacaba, ocurridas luego de la forzada salida de Morales en noviembre de 2019.
El martes, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos confirmó las “masacres” de civiles en Bolivia, al presentar su informe final sobre lo ocurrido en esas ciudades, donde 37 manifestantes fueron asesinados en brutal represión.
Añez es símbolo de la historia reciente de su país. Emblema de unos y otros, claramente. Empero, sigue en la nebulosa, al menos aún, si su reciente y resonante acto fue un intento de suicidio o un intento de llamar la atención. Delgada línea entre desesperación o estrategia.
Acaso un juego perverso de palabras: estrategia desesperada o desesperación estratégica.
Agencia ANSA
PB
Fuente Clarin