La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció este lunes la extensión del confinamiento en todo el país debido al creciente número caso de casos positivos de coronavirus que se confirmaron en los últimos días.
Con los últimos 34 nuevos contagios detectados, se registraron desde el pasado martes 107 nuevos infectados. Esto llevó a las autoridades a adoptar “la opción más segura” para la población, según destacó Ardern.
Ese día, después de reportarse el primer contagio de coronavirus por transmisión comunitaria en los últimos seis meses, Nueva Zelanda, que se había declarado libre de Covid-19 el pasado 8 de junio, implementó nuevamente una serie de medidas restrictivas con el objetivo de evitar la propagación del virus.
Inicialmente, se estipuló un período de aislamiento de siete días para Auckland y la península de Coromandel, y de tres para el resto del país. Luego, se prolongó hasta este martes en todo el territorio y, finalmente, se amplió hasta la medianoche del 27 de este mes.
La excepción fue Auckland, la ciudad más afectada de esa nueva oleada de contagios en Nueva Zelanda, que permanecerá sin actividades hasta el martes 31 de agosto. En respuesta al brote de Covid-19, el Gobierno anunció también que el Parlamento suspenderá su actividad, de mínima, durante toda esta semana.
La primera ministra neozelandesa quiere evitar la circulación local del virus. Foto: Robert Kitchin/AP
Chris Hipkins, ministro responsable de la gestión del covid-19 en el país oceánico, admitió que la variante Delta del virus “cambia considerablemente las reglas del juego” y que hace parecer “menos adecuadas” las actuales medidas.
El primer infectado que se detectó desde el pasado 28 de febrero en Nueva Zelanda fue un hombre de 58 años, residente en Auckland, que se trasladó hasta la península de Coromandel después de iniciar su período infeccioso.
“Los resultados confirmaron que se trata de la variante Delta y que está ligada, mediante la secuencia genómica, a infecciones del brote de Nueva Gales del Sur (epicentro de la tercera ola de Covid-19 en Australia)”, manifestó Ardern ante la prensa, el pasado miércoles.
Un día antes, la Policía neozelandesa informó que se produjeron tres pequeñas protestas contra las medidas de confinamiento dispuestas por las autoridades en Auckland, Tauranga y Nelson. Las manifestaciones, según datos oficiales, dejaron como saldo ocho personas detenidas.
Nueva Zelanda extendió sus medidas restrictivas ante una ola de contagios de coronavirus. Foto Brendon O’Hagan/Bloomberg
La estrategia neozelandesa
La estrategia que adoptó Nueva Zelanda ante la pandemia de Covid-19, y que fue mundialmente reconocida, estuvo marcada por confinamientos rápidos y tempranos, porque apenas dejó espacio para 3054 positivos y 26 muertes por coronavirus, entre una población de casi 5 millones de habitantes.
Durante la semana pasada, las autoridades buscaron acelerar la campaña de vacunación que se inició en febrero de este año. En la primera etapa, la inoculación incluyó a los trabajadores con más riesgo de infección, pero recién a finales de julio se extendió a la población en general.
En este contexto, los neozelandeses solo pueden salir de sus casas, con mascarillas faciales y respetando una distancia de dos metros respecto a otra persona, para hacer las compras de primera necesidad, practicar deportes y someterse a pruebas para detectar el coronavirus, entre otras razones.
Con información de EFE
DB
Fuente Clarin