La presentación de llamadas al 911 con amenazas atribuidas a “Los Monos” no fue la única novedad del juicio a Ariel Máximo Cantero hijo y otros imputados por balaceras. Mientras se desarrollaba la audiencia en Rosario, a “Guille” le secuestraron un teléfono fijo en su celda del penal de Marcos Paz como parte de la investigación sobre el atentado de la semana anterior en el lugar donde se lleva a cabo el debate.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) informó que el procedimiento había sido solicitado por el fiscal Franco Carbone para esclarecer el ataque perpetrado el último miércoles a la noche. Si bien la orden consistía en buscar cualquier tipo de dispositivos electrónicos como celulares, el personal a cargo encontró un aparato analógico en funcionamiento.
Cantero se había presentado de manera irónica y desafiante el viernes como un hombre cuyo trabajo entre “oficios varios” era contratar “sicarios para tirarles tiros a los jueces judiciales”. Este lunes desistió de participar por videoconferencia en la reanudación del debate con el argumento de que iba a recibir la visita de su pareja Vanesa Barrios.
Hacia el mediodía, la unidad de Flagrancia del MPA fue notificada sobre la presencia del teléfono fijo en el Complejo Penitenciario Federal III. Oficialmente no trascendieron explicaciones sobe el motivo por el que “Guille” contaba con esa conexión.
Por lo pronto, la Fiscalía solicitó un informe sobre llamadas entrantes y salientes de la línea para determinar si pudo estar involucrado en el ataque más reciente contra el Centro de Justicia Penal de Rosario, el cuarto en tres años.
El hallazgo tuvo gran repercusión en el marco del inicio del proceso que podría acarrear una nueva condena de hasta 24 años de prisión para uno de los líderes de “Los Monos”. Sin embargo, no es la primera vez que se da esta situación desde que el delincuente se entregó a mediados de 2013 y empezó un complejo derrotero por diferentes unidades penitenciarias.
En septiembre de 2017, Cantero se encontraba alojado en la cárcel de Coronda, unos 120 kilómetros al norte de Rosario. Allí también logró disponer de un teléfono fijo en su celda, algo que se ventiló durante el juicio en el que lo declararon culpable de organizar un secuestro extorsivo agravado por la participación de 3 o más personas.
Durante el debate, el fiscal federal Federico Reynares Solari pidió que se investigara la declaración de testigos civiles y policiales que daban cuenta de la existencia del aparato. Originalmente creían que la línea sólo era interna, pero los testimonios indicaban que esa conexión le permitió al líder de “Los Monos” dar las instrucciones para capturar a un joven y pedir rescate, aunque luego lo liberaron porque se habían equivocado de víctima.
El proceso concluyó con una nueva pena de 10 años de prisión para Cantero y el Ministerio Público solicitó copia del acta y de la grabación de las audiencias. El objetivo era determinar si agentes penitenciarios cometieron delitos que le facilitaron a Cantero contar con ese teléfono.
A fines de mayo de 2018, el jefe de “Los Monos” fue trasladado al penal de Resistencia, Chaco. El operativo se llevó a cabo después de los primeros atentados que le imputan actualmente para intimidar a jueces y otros funcionarios.
Rosario. Corresponsalía.
DD
Fuente Clarin