La historia de Carlos Alberto Duarte (28) tiene dos partes. La primera es pre detención por robos; la segunda, ya en libertad. Hasta los días previos a su primer arresto, en 2013, era un ladrón respetado por sus colegas de Fuerte Apache, su barrio. Lo apodaban “Carlitos Wey” y, según cuentan los que lo conocieron, robaba a mano armada desde que era menor de edad.
Pero su papá, Carlos Fabián Duarte (49), no toleraba que su hijo fuera ladrón. Al punto de denunciarlo y que, por ello, fuera enviado al módulo de jóvenes-adultos de la cárcel de Marcos Paz (para varones de 18 a 21 años).
“Carlitos” salió libre en 2016. Y ahí arranca la segunda parte de la historia: hablaba solo. Los vecinos lo veían en el balcón de su departamento, o en las calles, siempre solo. Se hablaba solo y se respondía. Sin ser profesionales, afirmaban que necesitaba un tratamiento psiquiátrico. Este martes por la noche la teoría vecinal se terminaría de confirmar.
El cuerpo de la víctima, llevado por una ambulancia del SAME en Fuerte Apache.
Los habitantes del lugar hicieron la denuncia después de escuchar los gritos del departamento en el que vivía al menos con su papá, en el Monoblock 12 del barrio Ejército de Los Andes, en Ciudadela (Tres de Febrero), más conocido como Fuerte Apache. Cuando llegaron los policías, Carlos Duarte padre estaba muerto. Tenía una herida de arma blanca en el cuello.
“Tengo que matar a mi papá como ofrenda a San La Muerte para estar libre“, dijo “Carlitos Wey”, su propio hijo, que fue detenido por el crimen.
Adentro de la casa encontraron una especie de cuchillo improvisado, de mango blanco y una hoja metálica atada en un extremo. Esa -sospechan- habría sido el arma homicida.
El acusado de matar a su padre en Fuerte Apache, detenido.
Todo ocurrió este martes por la noche. El joven, con problemas de adicciones y antecedentes violentos, había amenazado en varias oportunidades a su padre, que vivía en el 1°C.
Fuentes judiciales le confirmaron a Clarín que se suspendió su indagatoria en base al pedido de su defensa, de evaluarlo psiquiátrica y psicológicamente antes de tomarle declaración.
Mientras tanto, seguirá detenido en la comisaría 3ra. de Tres de Febrero. La causa está caratulada como “homicidio agravado” y es investigada por la UFI N° 5 de San Martín. Duarte se enfrentaría a una pena de prisión perpetua, al menos si lo consideran imputable.
Un altar de San La Muerte en la ciudad de México. Foto EFE/Mario Guzmán
Durante la tarde, Clarín se comunicó con distintos vecinos de Fuerte Apache que conocen los detalles de la historia. Una de las cosas que afirman es que “Carlitos Wey” habría intentado suicidarse en la cárcel de Marcos Paz. La versión dice que se tiró de un primer piso, de cabeza. En su estadía en el penal habría sufrido todo tipo de aberraciones.
Durante los tres años de condena, Duarte padre no faltó a una sola visita. Iba y venía en el auto que se movía “Carlitos” antes de ser detenido, comprado con los botines de sus robos. El barrio, por su parte, lo criticaba. No entendían cómo había sido capaz de denunciar a su propio hijo.
Al recuperar su libertad y regresar al barrio, era otra persona. “Te juntabas a fumar un porro con él y te hablaba de las pirámides de Egipto, o utilizaba palabras colombianas, como si fuera de esa nacionalidad. Como que tenía una doble personalidad“, cuenta un joven que lo vio por última vez hace dos semanas.
“Nunca fue creyente de San La Muerte”, afirma un amigo de su etapa pre detención. “Debe haber dicho en eso por su locura. Estaba muy mal. No estaba en condiciones de seguir en su casa”, completa.
En los casi cinco años que llevaba libre, “Carlitos” se habría ido de su casa al menos una vez. Y en otra ocasión hasta habría atacado a su padre con una cuchilla. Esta vez fue mortal.
EMJ
Fuente Clarin