Argentina
España
USA
Israel
En una elección con protocolos pandémicos, la fiscalización es el primer escollo que las fuerzas políticas debieron sortear de cara a este domingo. Sobre todo, para las listas que van a internas y no solo tienen que cuidar los votos en la pelea contra la oposición, sino también en el seno de su coalición.
En Juntos por el Cambio, por ejemplo, tendrán internas de hasta cinco boletas en 17 de los 24 distritos electorales. Los partidos chicos también enfrentaron complicaciones por falta de estructura.
Para evitar acumulaciones de personas, este año habrá 17.092 escuelas abiertas en todo el país, con 101.457 mesas habilitadas. “Las última horas, siempre el laburo fino es chequear la fiscalización”, coinciden todos.
“Cada dirigente nuestro también tiene que ser fiscal. Yo voy a fiscalizar la mesa donde voto, como corresponde. Tenemos que dar el ejemplo, no nos puede quedar una mesa en ningún pueblo, ni barrio sin ser fiscalizada para después sí, en la noche del 12, juntarnos e invitar a nuestros rivales para empezar al verdadera pelea”, sentenció el cordobés Luis Juez, en el acto de cierre de su campaña.
“Es muy importante para nosotros tener uno por mesa después de lo que nos pasó en 2007. Este año fue más dificil pero entre las tres fuerzas que integran nuestra lista lo vamos a lograr”, explican cerca de Juez y recuerdan cuando perdió la gobernación contra Juan Schiaretti por 1 punto. “Nos robaron”, aseguran.
Juez enfrenta la lista de Mario Negri. Uno de los dos se va a quedar afuera del Senado y la pelea, se espera, será intensa. En ambas filas temen que si la diferencia no es amplia empiecen los reclamos.
En Córdoba calculan 10 mil fiscales para tener todo controlado y en este caso las estructuras partidarias quedaron cruzadas. Hay radicales y dirigentes del PRO en las listas que se enfrentan. “Pasada las PASO, con todas las fuerzas en una misma boleta, los recursos humanos van a sobrar. Ahora es más complicado”, señalan.
En la provincia de Buenos Aires, la más populosa, habrá 6.644 lugares de votación y 38.779 mesas. Ahí la interna entre Facundo Manes (UCR) y Diego Santilli (PRO) es la más vistosa.
El radicalismo asegura que la caída de fiscales voluntarios por el tema del coronavirus se compensó con la militancia que entusiasmó con la salida a la cancha de Manes. “La UCR en el interior tuvo ola de afiliaciones que no tenía hace años”, confían. En el Conurbano les resultó más difícil, pero aseguran estar “cubiertos”.
El PRO también va a desplegar militancia: se aseguró 1 fiscal por mesa y 1 por escuela. Más 600 que quedaron anotados en una especie de “backup” y tienen que estar a tiro si el día de votación hay una contingencia o algunos se ven afectados por “contacto estrecho”o alguna otra circunstancia.
Incluso, la diputada del PRO Silvia Lospennato, va a estar encargada junto a un grupo de 30 abogados para supervisar y registrar cualquier inconveniente.
En Santa Fe, otro distrito grande y con internas, tienen más de 8000 mesas para controlar. Ahí, JxC tiene cuatro listas en pugna. El beneficio es la boleta única. “Acá el robo de boletas no lo sufrís. La cosa es tener gente atenta cuando se hace el recuento”, aseguran.
Como las boletas tampoco expresan diferencias partidarias, la fiscalización se consigue por territorialidad y “amistades”. Hay intendentes que no se juegan nada en esta elección pero tienen más afinidad con cierto sector y ponen a disposición su estructura para cuidar el voto.
Maximiliano Pullaro por ejemplo se incorporó recién este año a Juntos por el Cambio, pero viene de ser el ministro de Seguridad del gobernador socialista Miguel Lifschitz, por que lo descuentan que tiene armado propio.
Los partidos más chicos corren con desventaja en este punto. La mayoría, como Florencio Randazzo, habían lanzado campañas de afiliación a través de las redes. “Estamos bien, entre propios y voluntarios. No vamos a tener un fiscal por mesa, pero tranquilos”, afirmaron cerca del candidato a diputado bonaerense.
NE
Fuente Clarin
