A mediados de 2019, Gustavo Fernando Ramos se entregó ante la Policía santafesina y quedó detenido como supuesto integrante de una asociación ilícita. Entonces rechazó la acusación en su contra y alegó que lo imputaban por ser medio hermano del narco Esteban Lindor Alvarado. No obstante, este martes aceptó una condena a 4 años de prisión como parte de la banda.
“El Tuerto” se encuentra alojado en la cárcel de Piñero y continuará allí luego del procedimiento abreviado que homologó el juez Hernán Postma. El acuerdo con los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery incluye el decomiso de un camión Scania y la declaración de reincidencia, ya que tiempo atrás había cumplido otra pena en la provincia de Córdoba por tráfico de drogas.
Ramos dijo que trabajaba como transportista, pero el Ministerio Público de la Acusación (MPA) lo ubicó dentro del círculo de confianza de Alvarado como uno de los encargados de manejar los negocios ligados a la actividad delictiva.
La evidencia recabada en la causa indica que el hombre, de 49 años, desempeñó ese rol al menos desde el 7 de septiembre de 2018 hasta el 29 de abril de 2019, cuando su hermanastro ya llevaba más de dos meses tras las rejas.
Esteban Lindor Avarado. Foto: JUAN JOSE GARCIA.
Los fiscales plantearon que el imputado fue quien tomó la posta cuando el líder de la banda fue atrapado en la provincia de Córdoba a principios de febrero de ese año. Desde entonces, se dedicó a administrar bienes y dirigir el tercer estamento de la organización. Los dos restantes estaban conformados por quienes cometían delitos violentos y las personas que trabajaban para garantizar que esos hechos quedaran impunes.
Ramos fue a visitar a su familiar varias veces a la cárcel de Piñero antes de que lo detuvieran y lo alojaran allí también. A partir del último atentado contra el Centro de Justicia Penal, Alvarado fue trasladado hace casi un mes al penal bonaerense de Marcos Paz.
Mientras se desarrollaba la audiencia preliminar del juicio a la banda, la semana pasada asesinaron a Carlos Argüelles. El mecánico fue baleado en un taller mientras estaba con su familia. Fue el segundo ataque que sufrió en menos de un año tras haber declarado contra su ex jefe.
Luego de este episodio, la defensa del “Tuerto” llegó a un acuerdo que lo deja al margen del debate oral y público sobre los delitos atribuidos a la asociación ilícita. Según consta en la causa, hasta su captura se había encargado de administrar las sociedades de responsabilidad limitada Toia, Logística Santino, Edra, Sagrado Corazón de María y Logística TSC.
Carlos Argüelles, asesinado en Rosario.
Las empresas unipersonales y comerciales registradas en la investigación servían para abastecer a la organización delictiva. Algunas propiedades eran viviendas de los integrantes o se destinaban a guardar los vehículos que utilizaban.
En base a las directivas de su medio hermano, Ramos era una de las personas que decidía cómo se registraban esos bienes, a qué precio se vendían, operaba con moneda extranjera e incluso intervenía en la facturación de los servicios de las firmas denunciadas.
Otro de los responsables de administrar los recursos y negocios vinculados a la banda de Alvarado era Nicolás Marcelo Ocampo. A principios de 2020, “El Fino” fue uno de los primeros que firmó un juicio abreviado y reconoció haber sido parte de la asociación delictiva. En esa ocasión aceptó una pena de 3 años de prisión efectiva y recuperó su libertad bajo una serie de restricciones. Hace 5 meses lo mataron a bordo de una camioneta cuando llegaba a su casa con su pequeño hijo.
EMJ
Fuente Clarin