Las imágenes de la guardia fronteriza estadounidense dando alcance a caballo a inmigrantes ilegales haitianos han llamado la atención mundial sobre el hacinamiento de miles de personas procedentes de Haití en una pequeña localidad de Texas nada más cruzar el río Grande desde México. Pero en su camino hacia el norte, la ruta de inmigrantes que quieren alcanzar Estados Unidos partiendo desde Sudamérica encuentra otro punto de aglomeración y emergencia humanitaria: el paso de Darién.
Lo que se conoce como ‘tapón de Darién’ es la selva especialmente difícil de franquear que existe entre Colombia y Panamá. En ese paso están varados en estos momentos unos 19.000 inmigrantes, en su mayoría haitianos. Darién funciona como un sensor que anticipa las crisis en la frontera sur de EE.UU. por lo que afecta a los inmigrantes que llegan por tierra desde más allá de Centroamérica. Es el caso de los haitianos, y también de los cubanos.
En lo que va de 2021, hasta el mes de septiembre habían llegado a la frontera de Panamá con Colombia unas 70.000 personas con el propósito de seguir camino hasta EE.UU., según cifras de la Federación Internacional de la Cruz Roja. La avalancha se ha acelerado en los últimos meses: 49.751 llegaron entre junio y agosto, siendo este último mes el de mayor afluencia, con 25.361 inmigrantes, de acuerdo con las autoridades panameñas.
De esos inmigrantes llegados en los últimos tres meses, 35.038 eran nacionales haitianos (el 70,4%), en su mayoría procedentes de Chile y de Brasil, si bien su número debía ser mayor, pues la guardia panameña también computó otros 6.000 inmigrantes procedentes de esos otros dos países sudamericanos los cuales en numerosos casos habían nacido en Haití. Esa aceleración del volumen de inmigración en tránsito por Darién indica que la presión sobre la frontera sur de EE.UU. por parte de haitianos va a seguir.
El segundo grupo nacional de inmigrantes contabilizado por Panamá son los cubanos, integrado en el último trimestre por 7.359 personas (el 14,8%). Ese flujo también destacable se corresponde con el aumento del número de cubanos que, avanzado su recorrido hacia el norte, intentan luego ingresar ilegalmente en EE.UU. En los primeros ocho meses del año fiscal estadounidense de 2021, alrededor de 22.000 cubanos fueron interceptados en su intento de penetrar en territorio de EE.UU. Se trata de la cifra más alta desde que la Administración Obama eliminó la política de «pies secos, pies mojados», la cual concedía asilo a quienes llegaban por mar; su fin propició una ola de cubanos que buscaron entrar en EE.UU. por tierra, viajando primero a algún país sudamericano y luego procurando seguir las rutas de las mafias migratorias.
Fuente AlbertoNews