El oficialismo sigue debatiéndose qué hacer después del 14 de noviembre si se ratifica la derrota que sufrieron en las PASO de septiembre pasado. Los peores pronósticos se superponen con otros que dicen tener mejores datos en los lugares más poblados del Gran Buenos Aires.
El temor está tomando forma en el Frente de Todos porque se avecina la fecha electoral crucial y, cada vez más arrinconado y desdibujado, nadie sabe cómo reaccionará el presidente Alberto Fernández si la derrota anunciada se ratifica. “No es bueno lo que se viene”, alertó un gran caminador del Gran Buenos Aires que sabe que nada se acomoda nunca dentro del oficialismo.
“No sea cosa que el presi (por Fernández) se pudra y nos mande a todos a la m… Ahí no habrá Asamblea Legislativa ni nada. Asume la vice”, se despachó, en una mezcla de confidencia e información.
Todas las hipótesis son válidas. Inclusive la de un nuevo corrimiento estratégico de los sectores vinculados con el Instituto Patria para sumar a figuras de verdad al gabinete, como algunos gobernadores y dirigentes sin tanto para explicar como Aníbal Fernández.
Máximo Kirchner sabe que “así como vamos nos la estrellamos” pero dicen quienes lo conocen que no cree conveniente que su madre asuma la totalidad del poder público. Inclusive le sigue preguntando a Sergio Massa si no se banca asumir como super ministro de Economía, Producción y Turismo. El tigrense duda en estas condiciones.
El presidente de la Cámara de Diputados confía que la vice le de el aval público y lo respalde abiertamente en su deseo de convocar a un gran acuerdo político. Para eso cuenta con los teléfonos de todos los miembros del “círculo rojo” y de los máximos referentes opositores, parlamentarios o en gestión. “Primero tenemos que tener claro que nosotros queremos algo concreto. No podemos ir a preguntar qué les parece lo que no cerramos antes dentro del Frente”, dijo un dirigente que también comparte esta información.
Para peor, se nota una indisimulable política de “sálvese quien pueda” en la mayoría de los distritos donde los intendentes, advertidos de los inconvenientes que surgieron en las PASO, activaron mecanismos de campaña más directa con el deseo de ganar, o por lo menos aminorar, la caída en sus territorios.
“Todo lo que hagamos o hacemos parece ser tarde. Los referentes nos dicen que no tienen más a quien visitar para pedirle que venga a votar”, dijo resignado un encumbrado operador oficialista que estuvo en todas las mesas de decisiones y, cuando no, en un cuarto contiguo al que se cocinaba todo.
La pelea de La Cámpora con muchos jefes territoriales es indisimulable. Máximo Kirchner se alteró toda la noche del cierre de lista de las PASO cuando se enteraba que un hijo, esposa o sobrino era designado primer concejal. “Cuando le empezaron a cantar la lista del distrito no pudieron seguir de la indignación que le causó”, relató un testigo que vio como se transformaba porque un pariente directo era designado por el intendente de una populosa localidad del conurbano.
Sin embargo, a los que considera “propias”, como quedó demostrado por su acompañamiento, tampoco les fue muy bien. En Moreno, conducido por la dirigente del Movimiento Evita, Mariel Fernández, si el resto de los sectores peronistas se alinearan con la oposición que encabeza Aníbal Asseff nadie se anima a decir qué pasaría.
“No lo hacemos porque daríamos una señal malísima. Tenemos que aguantar, pero en dos años habrá PASO y chau”, dijo un conocido de Mariano West, que ya volvió a hablarse con quien lo sacara del poder hace seis años, el entonces kirchnerista Walter Festa. A ambos se le suma el renovador Damián Contreras. “No habla con nadie ni tampoco se deja ayudar”, se quejan de la intendenta del Movimiento Evita. Los de Juntos, en cambio, prefieren que “termine de verse lo que pasa acá y paguen las consecuencias”.
Lo mismo sucede con Mayra Mendoza, en Quilmes, donde Martiniano Molina “ahora parece un rockstar cuando hace dos años perdió. Realmente nos da cosa que ganen los amarrillos, pero lo de Mayra es imposible”, reconoció un antiguo aliado de Aníbal Fernández con mucha presencia territorial.
Luego del acto del acto en el Deportivo Morón, un importantísimo referente de Nuevo Encuentro reflexionaba que “era innecesario hacer un acto así cuando es lo más alejado a la que espera de nosotros la gente”. En Morón, Juntos venció por diez puntos al Frente de Todos. “Las ganas de recordar a Néstor Kirchner siempre están, pero así… Yo que se, nadie ve los costos y beneficios”, comentó. Peor se puso Antoni Gutiérrez Rubí, para quien todo eso “atrasa mil años”.
Así las cosas, los dirigentes locales sólo piden que la gente que siempre los votaba vuelva a hacerlo tras el enojo que demostraron en septiembre pasado, cuando un alto porcentaje de ellos no acudió o votó en contra. Pero las planillas no suman muchas esperanzas.
Fuente Infobae